viernes, 28 de octubre de 2016

RECORDANDO A NUESTROS PERSONAJES: ENRIQUE LÓPEZ ALARCÓN


              (DRAMATURGO E INMENSO POETA BOHEMIO DE CÁRTAMA)                                                                                                                                          
   1881-1948
España desde Cártama
"Mas no podemos ofrecerte flores,
que en abril, esplendente primavera,
se fueron a formar los tres colores
que esmaltan el cendal de la bandera;
pero... aún le queda al vate la jornada
del poema de España libertada."
                               Enrique López Alarcón.
       ***
         El poeta, dramaturgo, empresario teatral (Director del Teatro Español de Madrid) y periodista, Enrique López  Alarcón, cartameño  virtualmente nacido en  Málaga (nieto de José Alarcón Luján), avalora  con su obra y actividad artística su  pueblo de nacencia, Cártama, siendo por ello, y en  justicia de patria  chica, susceptible  de ser recuperada su memoria y biografía (ya iniciada), en beneficio de nuestro patrimonio histórico- cultural. Cártama tiene la inmensa fortuna de contar  entre tantos otros personajes egregios de incidencia nacional,  con este hijo  de hondo  calado en la literatura y el periodismo español e internacional de su época.
         Al  terminar  la aciaga guerra civil de 1.936-39, se exilió en Panamá, Santo Domingo y Cuba, país  en donde murió con nostalgias de terruño.         .
         Fue un representante del teatro poético iniciado en España a principios del siglo XX por Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina, continuado, entre otros, por  Goy de Silva, Luis Fernández Ardavín, Joaquín Dicenta, Joaquín Montaner, Ramón de Godoy Sala, Antonio y Manuel Machado, Fernando López Martín, Pedro Muñoz Seca y Miguel Echegaray. En su exilio, como otros intelectuales en  la misma tesitura,  tuvo que dedicarse  al periodismo.
         Cuando Villaespesa volvió de América a España,  enfermo y abatido, López Alarcón le organizó un homenaje en el Teatro Español de Madrid (que dirigía) el día 25 de enero de 1932, al que asistió el presidente de la República, Aniceto Alcalá Zamora; intervinieron  Manuel Machado, Eduardo Marquina, Fernández Ardavín, y  el rapsoda cartameño, José González Marín, su paisano y amigo desde la niñez,  recitó  poemas en honor del común amigo y gran poeta almeriense homenajeado.
         Enrique López Alarcón nació  el 22 de junio de 1881;  falleció, en La Habana, en 1948. Cursó sus estudios primarios en Málaga con los jesuitas, desde donde pasó a la Universidad de Granada para estudiar Filosofía y Letras. Con veintidós años se marcha a Madrid, en donde ejerció de redactor de numerosas publicaciones: La Época, La Tribuna, El Nuevo Evangelio, El Mundo, El Intransigente y La Mañana. Fue fundador de La Gacetilla y del periódico literario Gil Blas y, como quedó dicho, director del Teatro Español de Madrid.
          Durante la guerra civil, en coherencia con su espíritu libérrimo   y bohemio,  frecuentó los círculos anarquistas, colaborando en sus periódicos. En su exilio, tras breves estancias en Panamá y Santo Domingo, recaló en la Habana en 1940, donde murió dejando una hija mestiza. En los años dominicanos, publicó una colección de sonetos dedicados al dictador de este país, titulada Sonetos a Trujillo.. Ya en La Habana, publicó Soy español (para su amigo y paisano González Marín),  Madrigales y sonetos (1940) y, el poemario Martí (1942); también fue director de algunas puestas en escena del grupo Teatralia.
         En 1,937, en Santo Domingo tuvo ocasión López Alarcón de verse a diario con su paisano, Pepe González Marín quien, con la Virgen de los Remedios, patrona del pueblo de ambos en España,  había tocado en aquella república caribeña en su célebre  periplo poético mariano.  El gobierno del General Trujillo no le dio permitió entonces por obvias sospechas políticas  (después tras la publicación de Sonetos a Trujillo, sí), para acudir a la Habana  el 23 de abril de 1.937 a participar, como otros muchos artistas e intelectuales, en  la singular celebración del día de la Patrona de Cártama, peregrina por aquellas repúblicas iberoamericanas,  que   hubo de celebrarse en Cuba.
          Entre los títulos de mayor relieve de su numerosa obra dramática se cuentan: Golondrinas(1905), Con mujer y sin mujer (1905), La sal de Madrid (1926), Voy a ser cocota (1926), una comedia casi picaresca, de la que el crítico de ABC escribió: "… y si a ello se añade un diálogo pulcro y elegante como corresponde a los prestigios de López Alarcón, fácilmente se comprenderá el agrado con que fue escuchada la obra", Vivir (1929), La Dictadura (1930), Romance caballeresco: Comedia melodramática a la española, escrita en verso en tres actos y un epílogo (1933) y, Los majos del Perchel (1935), comedia lírica estrenada en el Teatro Calderón de Madrid. En colaboración con otros dramaturgos escribió un buen número de obras: con José Ignacio Alberti, Sebastián el bufanda, o, El robo de la calle Fortuny (película policíaca en cuatro actos y en prosa  estrenada en el teatro Romea de Madrid, en 1916), y, El collar de esmeraldas (1918); con Cristóbal de Castro Gutiérrez, Gerineldo. Poema en cuatro jornadas (1909), Los insaciables (1909), comedia picaresca en prosa, en cuatro actos, Las manos largas (1926) y La mano de la reacción,  zarzuela; con Ramón de Godoy y Sala, La Tizona (1917), drama romántico, y La madre Quimera, farsa romántica en cuatro jornadas (1918); con Alfredo Escosura, La Maragata (1931), zarzuela, y con Fernando Alarcón (otro escritor oriundo de Cártama), Paleta,  humorada lírica en tres actos y veinte cuadros que se estrenó en el Teatro Eslava de Madrid el 9 de junio de 1933. Entre las traducciones y versiones escénicas señalamos: en colaboración con otros autores, Fígaro, barbero de Sevilla y El casamiento de Fígaro  de Pierre Agustín Caron de Beaumarchais; Fortunata y Jacinta, versión escénica de la novela de Galdós, Fuenteovejuna, versión de Lope de Vega, y, Piénsalo bien,  traducción de Pirandello. Como poeta su obra fundamental es Constelaciones (1906). Entre sus novelas citamos: La cruz del cariño (1909) y Melilla 1909, crónica de un testigo, diario de la guerra escrito durante las operaciones en el Rif (1911), en que recoge su experiencia como corresponsal de guerra de El Mundo, en la Campaña de África de 1909.

         Este poeta cartameño (aunque nacido, repito,  circunstancialmente en Málaga) muerto en el, seguramente voluntario, exilio (se había casado en la Habana) nos dejó estos versos a la Cuba de Baptista: "Si Cuba libre nos da su leyenda, / clava el pendón y levanta tu tienda. / ¿Dónde encontrar, como hallamos aquí, / yunque y martillo, tambor y trofeo? / ¿Dónde el machete de Antonio Maceo? / ¿Dónde la estrofa y la fe de Martí?"

lunes, 24 de octubre de 2016

AÚN EN EL CORTIJO DE LA RIBERA

                  Ante las falacias y distorsiones unilaterales y excluyentes con que en virtud de la nefasta y nefanda Memoria Histórica se quiere reescribir la historia reciente, yo inicio un nuevo libro a mis 85 años con la esperanza de que Dios me de tiempo para terminarlo. Se intitula, "MI PEQUEÑA Y CIERTA MEMORIA HISTÓRICA" Este título es susceptible de modificación a tenor de lo que sobre él opinen  mis amigos y tertulianos que mevienen animando a escribirlo. A continuación inserto un trozo de uno de sus capítulos. Los que han de decir, dirán, probablemente en tertulia comida que (D.M) solemos tener en el restaurante de Sierra Gorda.

                                                                              ***
                      Escribo  este episodio el día 22 de octubre, sábado, de 2.016, a propósito de los recuerdos que me suscita que hoy o mañana (cito de memoria), cumple 80 años el tercer hijo de mis padres, Antonio, de los seis que tuvieron. Aquel  día autumnal,  en el que mi madre daba a luz a este nuevo hijo  en el Hospital Civil de Málaga, temblaba la camilla paritoria con cada una de las secas explosiones de las bombas que los nacionales dejaban caer  contra  Málaga desde sus aviones, no lejos de dicho sanatorio.
                 Al bondadoso doctor le extrañó el sereno llanto de mi madre que tenía mezcla de alegría pero, dejaba traslucir gran pesar. Cuando él con la dulzura que le caracterizaba le preguntó si le preocupaba o temía algo, recibió esta respuesta:  “Don José temo mucho por el destino de este hijo y de otros dos que están con mi padre y hermanos en un cortijo de Alhaurinejo (El Convento), porque me encuentro con tres hijos, no tengo nada y no se si mi  marido vive o está muerto en el otro lado del frente a donde dicen que  se ha pasado; cuando el 20 de agosto le daban el “paseo” once milicianos en dos coches  para al final matarlo, se escapó de uno de los coches y corriendo, perseguido a tiros durante una legua, se internó hacia  la sierra Almotaje  y ya no he vuelto a saber más de él: y, cómo vivo y crío yo a mis hijos…”
Era el sentimiento trágico y angustiado de la vida  de miles de seres de uno y otro bando, que  a aquella buena madre y esposa no le era ajeno.
El santo y eximio doctor, D. José Gálvez Ginachero, que como dije la parteaba, le puso entre las manos un rosario que mi madre había pedido (¡en aquellos momentos de persecución religiosa)  y, graciosamente, él también le regaló, ¡oh Dios!, una estampa de la Virgen de los Remedios de Cártama de la que era devoto.
Mientras tanto, en el cortijo, El Convento, sus dos hijos habíamos a refugiado con nuestro abuelos y tío debajo de la cercana a la casa  alcantarilla de paso de aguas de la vía del tren suburbano y, desde allí, oíamos el rugir de los motores de los “aparatos” en sus cabriolas y veíamos como entre ellos  aparecían  vellones de humo de los cañonazos que les tiraban desde tierra. Algunos vinieron a dar la vuelta sobre nuestras cabezas tras vaciar su carga. Preocupación y zozobra por doquier.

Luego explicaré como se escapó mi madre y después, mi hermana y yo de la vigilancia del “comité que nos tenían por rehenes mientras “Frasquito”  (mi padre) no se entregara.

Ya a en el comedio de la década de los cuarenta, acompañé a mi madre a recibir durante una pequeña temporada las aguas de Carratraca; allí nos encontramos que en el mismo humilde hotelito se hospedaba también, solo,  el bueno de don José Gálvez. Mi madre lo abrazó y le enseñó la estampa que siempre llevaba en un cubre relicario en su pecho. Emotiva escena. Desde aquel día a la hora de almuerzo y cena el venerable sabio  nos honraba compartiendo mesa con nosotros. Sistemáticamente, tras el almuerzo me cogía del brazo y me hacía acompañarle a departir con el cabrero que tenía puesto el redil de sus cabras bajo un enorme y tupido castaño en donde el ganado sesteaba a aquella  caliginosa hora.

 Dado lo convulso del contexto sociopolítico  que necesariamente  describo, este libro puede que no guste a ninguno de los sectarios fundamentalistas, fanáticos aún de alguno de  los bandos que, a lo bestia,  se enfrenaron en cainita y estúpida guerra, de la que alcancé a ser testigo directo y sufriente.

                 En efecto, yo, el mayor de mis hermanos,  alcancé a vivir --lo recuerdo en todo detalle y objetividad de contexto dada la intensidad de las dramáticas vivencias que se gravaron indeleblemente  en el venaje de mi ser-- el aciago devenir de aquella fratricida guerra de 1.936 que, tan duramente, afectó a mis padres y a los dos hijos ya nacidos. Cinco años tenía yo  (“niño de la guerra”), y aún menos  mí única hermanilla…….                                                             ***
            

viernes, 21 de octubre de 2016

COSAS QUE DAN PARA PENSAR

< España es el país de la Unión Europea con mayor  deuda pública que hemos de pagar todos los españoles desde que nace hasta que muere en cuantía de 15.000 euros por persona.

< La trama púnica (PP) regaló un televisor de 5.000 euros y un cuadro de firma al alcalde SOCIALISTA de un pueblo de Madrid.

< ¿Por qué cada vez es más  difícil confrontar ideas en España sin insultarse las partes? ¿Por qué siempre salen mejor librados en  la vida social, y no digamos en la política, los que usan la mentira descarada que los que se atienen a la verdad?  ¿Por qué mienten tanto los políticos de hoy?

< ¿Es cierto que el Ayuntamiento de Cártama cobraba a los beneficiarios  de recalificaciones de terrenos un 10% de la plusvalía así obtenida?

     Un comunicaado de la Asociación de Vecinos que preside José Luís  Lago, si no lo he leído mal dice aludiendo a un contencioso con el Ayuntamiento y a su portavoz Miguel Espinosa:" ...continuó con  mi pregunta sobre el pavimento que se llevó el agua en la subida en vehículo a la ermita de Nuestra alcaldesa perpetua la Virgen de los  Remedios" 

    Lo anterior  tiene mucho arroz que menear desde todos los puntos de vista: evangélico, de distorsión del sentido de la devoción popular, político, electorero cutre e irreverente, laico de pacotilla, etc.etc, que merece una parrafada más pormenorizada. ¿Alguien se imagina a la madre de Jesús ("dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"), que parió al nazareno bueno y pobre por antonomasia en un establo, que desde la cuna fue perseguido por los poderes públicos de su época..., "alcaldesa perpetua de algún pueblo de Judea"? ¡Qué pocas luces tienen esta gente y debió tener el cura que  permitió semejante tropelía evangélica!  


< ¿Por qué el Arqueólogo oficial del Ayuntamiento y el Cronista oficial del PSOE en la Villa se dedican a perseguir  boca a boca  mi libro, “Cártama histórica. El juglar y la Virgen Peregrina” , atribuyéndome, distorsionada y aleve, aseveraciones que sólo existen en la mercenaria inventiva de estos individuos? ¿No sería más coherente que este arqueólogo explicara al pueblo el sentido de las cuantiosas inversiones que van realizadas en una obra de prospección faraónica, así como la razón de llamar  MUSEO a un cuchitril que no resiste el análisis técnico para tal cometido? SEGUIREMOS HABLANDO

SANGRANTE PARADOJA MUNICIPAL

              El Cronista Oficial en la Villa, del PSOE  (¿quién puede negar el aserto?), viene últimamente haciendo positiva  referencia en sus escritos (como no puede ser de otra manera sin reiterar algunas estulticias historiológicas en que ha caído al respecto no ha mucho), al genial y famoso artista nacido en Cártama y patrimonio activo de toda la comarca, e incluso de España,  JOSE GONZÁLEZ MARÍN, de lo cual, nos congratulamos todos los que amamos nuestra historia incluidos sus personajes ilustres.


Con ello coadyuva dicho cronista oficial a recuperar y a desagraviar ante  sus jefes la excelsa memoria del predilecto hijo de la villa, JOSÉ GONZÁLEZ MARÍN, tan vilipendiada hasta la infamia denigrante  por el elemento oficial del lugar,  a los cuales deja dicho cronista en el más  cutre de los  ridículos porque, si el propio cronista ensalza implícitamente a nuestro insigne paisano (como no puede ser de otra manera, repito), qué razón tienen  sus virtuales patrones para haberlo venido infamando hasta  la calumnia lesiva, e incluso quitarle ab absurdo  su nombre al Teatro que lo llevó en Cártama desde 1.942, siendo él el personaje más famoso de las tablas y candilejas del mundo en su personal y noble arte escénico. Amén de quedar fuera de todos los homenajes reivindicativos  que la comarca ha dedicado a su hijo adoptivo nacido en Cártama.  Ya lo dijo Azorín en si libro “El político”: “No hay  zorra con dos jopos; quienes no saben que es un pareado, no les pidan que escriban un romance” Pero, est modus in rebus.VALE

OTROSI: Dejamos para otro momento el sabroso comentario que tiene lo que se dijo y se hizo constar en acta referente al cambio de nombre de nuestro Teatro, en el pleno extraordinario de 20 de febrero de 2.014. Constituye una aleluya a la incoherencia, el sectarismo y la sinrazón, sin que ello quedara a la zaga el tonsurado edil bisagra (Escalona Idañez) que tanto se distinguió cuando estaba en  la oposición para que no le quitaran el nombre del rapsoda al Teatro y, en la sesión de Pleno a que me refiero, y ante el estupor general, ahora se adhirió a que no se le  restituyera. Es así este hombre: Se cambia de chaqueta como las culebras rastrojeras mudan de piel.  

viernes, 14 de octubre de 2016

¡¡¡DE AQUELLAS FERIAS CARTAMEÑAS DE ANTAÑO ¿QUE SE HA HECHO?...!!!

            Con inevitables remembranzas de aquellas ferias  de niñez y juventud, e incluso de no hace mas de 40 años, han pasado hogaño las fiestas  feriales  de Cártama; las dos que habían. De aquellas ferias de abril y septiembre,  que aglutinaban en gozo  popular a todas las clases sociales  en fruición de cosechas o devota  a la Reina celestial, Nuestra Srª de los Remedios, Patrona de la Villa, cuya festividad  se inició por siempre jamás (y así continua), la trágica data del 23 de abril del año 1.579, cuando una letal epidemia de peste  diezmaba la población y, la Virgen,  fue sacada en procesión de rogativa por las calles de Cártama y siguiendo  el itinerario que aún cada año pasea, según las crónicas, la Virgen la cortó. La otra era en septiembre por San Miguel a la salida del verano cuando los labradores dan salida en el mercado  de ganado a los animales que compraban en abril para engorde con las rastrojeras estivales. Fiestas del pueblo con sabores a pan en silos tras la trilla, paz y concordia entre las gentes; auténticas metáforas de las églogas y geórgicas virgiliana y del Beatus ille horaciano. 

            Su advenimiento, empero,  como Patrona, fue el 26 de abril de 1.485, recién tomada la plaza a los moros por las huestes de los Reyes Católicos. Al principio, se le dio culto bajo la advocación de Virgen de los Reyes (era la imagen a la que los propios monarcas rezaban en la capillita de  su tienda de campaña). Sin embargo, el pueblo, en virtud de la ubicación de su Santuario y de una leyenda ancestral,  rompió en llamarla, Virgen del Monte, hasta que, tras la realización del milagro de la peste antes invocado, por indicación de los monjes trinitarios que se distinguieron en la atención  a los enfermos de pestilencia,  se le puso de Los Remedios, que era, y es precisamente, la Patrona de la Orden Trinitaria.

               En aquellos lejanos siglos, los troveros y juglares le dedicaban rendidas endechas de devoción, algunas de ellas transmitidas de generación en generación  tomadas de los poetas iniciáticos   del Mester de Clarecía.

            Del Marqués de Santillana, transcribo a continuación algunas estrofas de una de sus cantigas a la Virgen, que tantas veces a  lo largo de los siglos nuestros devotos antepasados dedicarían a su Patrona.

                                    “Santa Virgen escogida.
                                      de Dios Madre muy amada,
                                      en los cielos ensalzada.
                                      del mundo salud e   vida.

                                      Del mundo salud e vida,
                                      de muerte destruimiento,
                                      de gracia llena cumplida
                                      de cuitados salvamento...
                                     
                                      Grand fianza he yo en ti, Sennora:
                                      La mi esperanza en ti es toda hora,
                                           de tribulación sin tardanza
                                               venme librar agora.

                                     Estrella del mar, puerto de folgura,
                                        de dolor complido et de tristura
                                          venme librar et conortar,
                                              Señora del altura. 
           
LA PROCESIÓN DE ENTONCES

            Como ya se ha dicho, siempre siguió el mismo itinerario desde el año 1.579. Con los primeros claros del día empezaba la animación.  No existía carretera, camino vecinal o simple trocha o veredilla sin invadir por  la avalancha de romeros.  De toda la comarca, de todos los pueblos de la provincia, de toda la costa malagueña y de la propia capital, acudían familias completas impulsadas por la fe mariana, a dar gracias a Ella por alguna merced recibida o a implorar otra.

            Nadie venía impulsado más que por su fe trasmitida de padres a hijos sin necesidad de la sugestiva publicidad. Todo espontaneidad, arranque voluntario, en esta avalancha de romeros que en la madrugada del 23 de abril empezaba a inundar la Olaze y la Iglesia parroquial de Cártama: Trenes, especiales, coches, autobuses, caballerías y un interminable rosario de gentes a pie .

            Muy de mañana se celebrara misa. A las once, un  predicador de verbo elocuente ofrecía el pregón a Nuestra Señora en un templo abarrotado hasta el más leve espacio de devotos.  Millares de velas arden en los quemaderos atestiguando  la fe del pueblo. En la calle, los bares estaban abarrotados incluidos sus frescos y emparrados patios. Pintorescos grupos poblaban los alrededores bajo las acogedoras sombras de los árboles de la parte Sur. 

            Y la mayestática procesión entre una intensa luminaria de cirios y velas, bengalas de fuego morado que eran encendidas al paso de la Virgen desde las casas, y Miguel Morenito, echando cohetes y encendiendo ruedas tronadoras delante la celestial Patrona, en medio de dos filas  interminables de gentes silenciosas de todas las clases sociales; titinean las tulipas de cristal y se estremecen las campanillas del trono.

            Esa es  a grandes rasgos la procesión ¿quién puede describir la intimidad  devota de cada alma, el motivo por el que reza, por el que ofrece exvotos, el motivo por el que descalzo algunas personas camina su lado... Y, ya a altas horas de la noche, al conjuro de la marcha real, La Virgen de los Remedios, la Virgen que un día será peregrina por tierras lejanas de allende el océano, hacía su entrada en el templo parroquial. Ya sólo queda la nostalgia, y la espera a otro año, y a otro, y a otro desde siglos pretéritos...             

            LA FERIA.-  
       
            Como era costumbre generalizada, a la festividad religiosa se les unían celebraciones agroganaderas relacionadas con los ciclos agrícolas y lúdicos populares. La feria de ganados de abril en Cártama data, según pragmática del Rey Felipe II, del año 1.590; esta feria fue, y es,  una de las primeras de toda la región andaluza, y simpre fue de las importantes por la cantidad de ganado que afluían a ella y el número de transacciones (tratos) que se llevaba a cabo en su transcurso.

            El contorno ferial era indistintamente parcelas lúdicas o Real de la  feria, y, mercado de ganados; éste entonces situado  en  el barrio que aún se sigue llamando, “El Mercado”. Era el mercado, el reino de la campechanía al tiempo que de la charlatanería pero,  cada trato, era un protocolo notarial, firmado a perpetuidad con un apretón de mano sellado con la mano del “correor” impuesta sobre las del comprador y la del vendedor, que sentenciaba: “El trato está hecho, suyo es el mulo y de usted el dinero ...” Y aquella ceremonia, para ser de por vida,  no necesitaba firma, ni sello, ni visado y..., ¡anatema social quien se saltada la palabra dada1.

            Y aquello era “bendecío” con un  buen calibre de pirriaque seco de Ojen en el sombrajo-cantina de cañaveras del Guadalhorce, mientras un aficionado al cante del lugar, entonaba con buen paladar el célebre fandango de Cártama, que ya no se oye cantar:
                                              “Por las trenzas de tu pelo
                                              un canario se subía;
                                              y se paraba en tu frente
                                             y  en tu boquita bebía
                                             creyendo que era una fuente”


            O aquel otro fandango que compartían Alhaurinejo y Cártama:

                                              “Viva don Antonio Vargas,
                                              alcalde republicano,
                                              lo digo con ilusión,
                                              no he visto alcalde más bueno,
                                              ni con más buen corazón”
            Arribaban al  “mercado” una barahúnda de personajes del mas diverso pelaje y catadura: tratantes, “correores” (payos y gitanos entremezclados: “pólvora seca”), marchantes,  arreadores de piaras, gitanos “esquilaores” y...vendedores, vendedores ambulantes a porrillo: de jáquimas, albardones y aparejos, de varas varias de adelfas, de tarajes, de sierpes de olivo, bastones de toda medida, algunos de adelfas peladas y pintadas de vistosos colores para niños y mocitos cursis; todos voceaban, todos pregonaban sus mercancías, y, de entre todos, sobresalía el pregón del chaval que en un pirulo vendía el agua que llenaba en el cercano pocillo de “Gasparillo” (el trompetilla y pregonero del alcalde): “Agua fresca y sabrosa, a gorda la pechá...”

            Y la carrera de un mulo cogido de la jáquima por un gitano mientras otro restallaba tras él el látigo para espabilarlo a los ojos de presunto “compraor”, y, un mugir de toros, y un berreo de vacas, un balar de cabras y ovejas, y el rebuzno encendido de un garañón empalmado al olor de la florida burra al que la gitanilla dieciochena mira de reojos mientras la madre, que ha pasado ya por todas,  le sugiere: “hija, tráeme la olla que voy a echar los garbanzos...” “Voy má...” Gente todas dignas de la pluma de un José Carlos de Luna:

                                            “Te ví a mercar en la feria
                                              un pañolito de taye,
                                              pa que cuando te lo tersies
                                              jagan palmas en la caye
                                             Sabe a Canela
                                             el suspirito /
                                             de una mosuela”.

                                                          ***
                                            ...Le lució ser peujalero;
                                            rejuntó cien peluconas
                                            y mercó unas treinta yeguas
                                            que él las yerbea y agosta,
                                            las marcea y las alambra,
                                            las manosea y las doma.

                                            Cuando a pan huelen las mieses
                                            y en las eras se amontonan,
                                            Frasco ajusta el pataleo
                                            y trilla con sus seis cobras
                                            --bordoneando cencerros
                                            las falsetas dormilonas
                                            de un lento cante cansino
                                            ansioso de brisa y sombra--...

                                            Ya se remató la trilla.
                                            ya no pican las alondras
                                            el rubio grano en reguero
                                            de gavillas reventonas...

                                            En relejes de barcina
                                            aletean silenciosas
                                            las zumayas agoreras,
                                            pardas de polvo y de sombra...

                                           Los grillos campanilleros
                                           a humilde rebato tocan...”

                                                          ***
                                          ¡Ay campos de mi niñez,
                                            quien os pudiera sentir
                                            bajo mis pies como alfombra!..
                                                              **

             Y  Fernando Villalón:

                                                                             “El  pájaro Kuki
                                                                             de todo  se entera
                                                                              y ocultarle algo
                                                                              no vale la pena.

                                                                              Anoche Maruja
                                                  con un pollo pera
                                                  flirteaba un poco
                                                  después de la cena.

                                                  Los dos se miraban
                                                  (sus ojos se besan)
                                                 --¿En qué piensas, chica?
                                                 --En lo que tú piensas...

                                                 Y el pájaro Kuki
                                                                            que estaba a su vera
                                                                            contesta: --¡ Cochina!...”

          Y... ¡García Lorca1, y Alberti, y Pemán (¡oh su “Feria de abril en Jerez”!)...

                                                              ***
            Eran de llamar la atención los esquiladores, de los que se cuenta y no se acaba; bajo un árbol bordaban sobre el lomo de cualquier rocín a golpe de tijeras signos fálicos, flores, trenzas.  Otro estaba especializado en pelar y adornar el cuerpecillo menudo de los perritos “lulú” y “pequineces” que le llevaban empingorotadas  damas.

             Garantizando el orden, una pareja de la Benemérita a caballo, era la representación de todas las virtudes cardinales.

            Y una pléyade de compradores de mayor y menor cuantía; éstos acompañados de sus mujeres, tesoreras estrictas de sus ahorros, es decir, las que  tenían la última palabra en qué y como se gastaba una perra gorda.

            Todo, y más en un ambiente rural. Los niños, acorde con la época y los medios lúdicos de aquella cultura enraizada en tradiciones seculares, gozaban de cosas tan sencillas como unas meras norias de canjilones animadas por los platillos y el bombo de Joaquín el de las Norias: “Chinchipún, chinchipún, chinchipún”...y tras una decena de volteretas:--“¿quereis más?” Y la chiquillería que gritaba “¡Siiiiiii!”, y, Joaquín, con su bombo: “chinchipún, chinchipún...” Y, el tren eléctrico en la era de Ramolichi que al pasar por el tunel, el “demonio” daba con una escoba a los chavales (en este túnel, Juan Díaz “Pitana” al intentar quitar la escoba al diablo, cayó y las ruedas del tren sobre los rieles le cortó varios dedos de una mano); y el consabido organillo de manubrio que ponía dulce y melancólica música y canciones populares en el ambiente ferial; y el baile en el patio de la Hermandad de Labradores amenizado por una orquesta que deparaba piezas musicables bailables mientras llevábamos en nuestros brazos a la chavala de los sueños.

            Y la buena música de la banda de Alozáina, la mejor entonces y más antigua de la provincia, que durante los tres días feriales, incluido el de la Patrona, iundabaq los cielos de Cártama. En las casa de familias más pudiente el Ayuntamiento asignaba uno, o dos, músicos al que debía dar comida y cama, o sea, alojamiento. De esto hecho se fraguaron auténticas y perdurables  amistades.

            En definitiva, una avalancha de colores hacían de aquellas ferias una exposición pictórica: banderolas, cadenetas de papeles variopintos colgados a lo largo de la calle de en medio; carreras de cintas a caballos enjaezados intentaba a galope prender la cinta bordada por la hembra preferida para que ésta se la amarrara al brazo o, más cerquita aún de su cara, se la anudara al cuello; y cucañas, y repique de campanas a la hora de la novena a la Virgen de los Remedios en cuyo honor se celebraba toda esta parafernalia festiva, y los cochecitos topes, y las casetas de tiros, y el puesto de golosinas, y, tantos y tantos motivos feriales que aglutinaban en un solo latir emotivo a un pueblo. Tantas cosas que el viento se llevó.

                                                                      
                                                  


                                                      

A PADRO DUEÑAS



 Pedro: ¿te acuerdas de nuestra entrevista cuando escribíamos "El Faraón de los decires" con Frasquita la Casta sobrina del cura que le entregó la Virgen a Pepe González para que se la llevara a América a principios de julio de 1.936 (el 2o de julio, según documentos, ya estaba en Buenos Aires) y de que ella fue la niña que auparon para que bajara de un altar en su casa la Virgen auténtica y pusiera la copia y, como nos dijo que ella llevó  a casa de G. Marín la auténtica disimuladamente en una caja de cartón? 

¿Y de la entrevista que le hicimos a Fernando Navarro Cortés (la tengo grabada) y de lo que nos contó sobre G. Marín que le libró de la mili tras salir de la cárcel por ser socialista?

 ¿Y de mi conversación telefónica ante tí con Pilar López, bailarina hermana de la Argentinita y lo que nos contó de éste y Benavente y G. Marín  al que tuvieron enfermo en su casa? 

Voy a escribir sobre ello y te invoco como testigo de excepción copartícipe; cuando nosotros faltemos eso se le sustraería a las nuevas generaciones. Es nuestro deber ciudadano y cultural contar estas cosas, y yo tengo ya todo "el pescao vendio" por lo que  debo darme prisa. Un abrazo colega

Pedro Dueñas Carvajal Francisco Baquero Luque pues claro que me acuerdo sobre todo de algunas opiniones de Fernando Navarro que me sorprendieron gratamente. Animo y hazlo aun se ve que tu mente y tu mano están en perfectas condiciones para escribir sobre este tema.

Me gustaResponder112 horas