viernes, 30 de diciembre de 2016

AMPLIACIÓN OBJETIVA A UNA NOTICIA ARQUEOLÓGICA

                     
             
       González marín convaleciendo de una enfermedad grave  que aprovechó para leer los Pregones de Salvador Rueda, Entonces  concibió llevar la poesía al pueble llano escenificada. Arriba en la hamaca entre dos algarrobos que le tenían puesta y, abajo, con su hija Isabelita en la Casa campera de Trascastillo.
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   En la página que en Facebook tiene la Asociación de Amigos del Museo (o lo que sea) de Cártama, se ha insertado una noticia, también en esta ocasión  con profundo oportunismo mediático populista, según la cual un forastero, se dice que  arqueólogo capitalino amigo del de Cártama que, al parecer hacía senderismo a pisa matas por las bajeras  del Tajo de la Umbría encuadrado por la parte sur en la histórica finca, Trascastillo, ha venteado fóllegas íberas concretadas en una especie de farallón de argamasa que ya, ha tiempo, algunos que conocíamos su existencia denunciamos al Ayuntamiento de turno sin que le dedicara  al evento la más mínima atención.
                Dado lo intrincado,  abrupto y de difícil acceso del paraje en donde  en los tiempos de que se nos habla habitaba  el oso, el lobo, culebras,  y hasta según se atreven a afirmar algunos,  leones y otras peligrosas creaturas de cuatro patas (también halas de dos por su lengua viperina), es de colegir a caballo de la lógica los restos correspondían al picadero reservado y aislado de algún sicalíptico cacique (siempre los hubo y hay) ibero turdetano  de los entonces asentados en estos pagos.
                A lo antes referido, y con la buena y única intención de enmarcar el acertijo de marras  en su cabal y cierto contexto, me permito (con permiso, espero, de los muy sapientes, exclusivos y excluyentes  “prácticos” locales del tema) añadir con toda realidad de verdad (ya digo) datos –por supuesto comprobados—relativos a la irrefutable riqueza que esta finca atesora en sus más de doscientos mil metros de extensión, sobre la historia e intrahistoria de Cártama, que atañe a lo nacional y, quizás en algunas singulares connotaciones, interactiva con la mundial.
No digo ni mucho menos, que el dato que motiva este oportuno comentario por mi parte, carezca de total verosimilitud, porque un poco más abajo, hacia el norte de la finca, sí aparecieron siendo yo su propietario y debido a unos trabajos que en ella realizábamos  obreros y servidor,  algunos testigos sedentes íberos, según expertos que siempre, y buenos, los hubo en Cártama (no ahora solamente) y, por supuesto romanos, amén de  aljibes moros fantásticamente conservados y, en la casa vivienda y de labor, existió y debajo de su suelo sigue, un lagar  de pisa de uvas, posiblemente el de origen romano  del que ciertos documentos producidos hace décadas por la Junta de Andalucía, y que creo conservar, sitúa en la Cártama de entonces (Cartima) el primer lagar romano para  mostos y vinos de España.
Como esto da para más, en una segunda parte, que prometo, diré y matizaré como en esta finca, siendo en ella convaleciente de gravísima enfermedad el hijo de los dueños, José González Marín, nació la idea y el germen de un arte nuevo y noble: la escenificación genial de la poesía española. Ni más, ni menos. Hasta la próxima entrega D.M.




REMEDIOS LÓPEZ POETA DE NACIMIENTO AMIGA DE SIEMPRE


Foto en mi casa en donde nos visitaba casi a diario y recitaba sus versos que me partían el alma.
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Remedios López es voz del pueblo y genuina metáfora de una España  profunda y dolorida que conocimos  los dos: una cruel guerra civil y una posguerra de hambre, piojos y carencias.

 Sus versos callejeros tienen ritmo, profunda sencillez y mensajes con dejes de tragedia griega, tal como fue su vida (¡Dios, hasta tuvo que parir en un pajar como María a Jesús: ¡Así quiso siempre tanto a sus hijos y los defendió en la adversidad como una loba !). Con sus poemas callejeros y dulcemente irónicos fustigaba la injusticia de una sociedad insolidaria, pero siempre con amor a flor de pellejo. Un día quise que compartiera una conferencia mía en el Pimpi, y de la forma más sencilla me dio un baño y puso la sala en pie ¡Olé tus cojones, le dije!. Me cabe el honor de haberle hecho el primer reportaje periodístico en el desaparecido DIario Costa del Sol, allá por el año 1.968 y, después otro en SUR.
El gran Tico Medina la llevó a Televisión, se escribió un libro con su vida y sus versos callejeros y la hizo entonces famosa, pero a veces la vida no deja crecer a los mejores, te persiguen incluso por serlo. Lo dijo ella en versos justos:

"Ni en el cielo hay gobierno:
San Lucas tenía una novia
y se la quitó San Pedro...."

Amiga buena y genial, te recuerdo, te quiero y te deseo lo mejor en donde quiera que estés. Un beso de corazón a corazón.

jueves, 29 de diciembre de 2016

REMEDIOS LÓPEZ ESPÍRITU PURO Y AMISTAD ENTRAÑABLE



CARRETAS DEL RECUERDO


...por las rutas del recuerdo
van rodando las carretas.
Se mueven siempre sin  prisas
pero tarde o pronto  llegan
chirriandole las    las yantas
por caminos de rodadas...
al son de los platillos
los carreteros cantar
temporeras y  tonadas...

CON LA MAMA BUENA Y GUAPA EN LANJARON

Son tiempos  de recordar tiempos idos y  personas queridas que ya no están entre nosotros. Tenía yo 20  (1.951) años y, parece que fue ayer cuando acompañé a la madre buena y guapa a tomar ella  las aguas de Lanjarón para sus dolamas.
En una de las fotos dedicatoria  a la novia en Cártama, hoy mi mujer.

UN GRAN SER HUMANO DE CORAZÓN INFINITO

El grande hombre bueno que pese a ser Exmo señor, dueño de las más altas  condecoraciones, famoso en tres continentes, el mejor rapsoda (actor) del mundo, mimado de todos los públicos y de la prensa de habla hispana y portuguesa  como nadie, cuando estaba en el pueblo en donde nació y en los de la comarca, descendía a condición de niño, y éstos, le amaban y lo tenían como igual tal  vemos en la foto. Que buen señor si hubiera buenos paisanos; pero algunos con engaños y calumnias,  le denigran y nadean después de muerto lo que equivale a  hacer lo propio con Cártama. Y, lo triste, es que él no necesita ya a sus paisanos, son sus paisanos y la historia del pueblo que le vio nacer y la comarca guadalhorceña, a la que tanto amó y dio prestigio y prez,  los que le necesitan a él; pero han ultrajado su imagen excelsa  y,  advenedizos forasteros de fuera acá arribados  han pretendido mancillar su memoria; la de un hombre bueno y artista genial que cantaba en Cártama y le escuchaban en América ¡¡¡Agggg!!! 

miércoles, 28 de diciembre de 2016

0TRA JOYA BAJO TIERRA EN SITIO CONOCIDO


COMIENDO EN UNA VENTA CON AMIGOS

Con amigos de Málaga comiendo en Venta Naranjito pasado Puente Fahala el empezar un camino a la derecha,  en unas navidades hará ya más de cuarenta años ¡¡Eran otros tiempos!!

FOTOS ANTONIO MANCERA

                 ARRIBA: Plantación de rábanos y ABAJO, escardando lana con mis amigos  en El Serrao (Almogía)
QUIERO RECTIFICAR YA QUE LO ESCRIBÍ EL DÍA DE LOS INOCENTES Y LO DE ARRIBA NO SON  RÁBANOS, SINO ALCACHOFAS Y, LO DE ABAJO, NO LANA SINO ALMENDRAS. 

HONRA DE LA COMARCA DEL GUADALHORCE Y DE ESPAÑA


miércoles, 21 de diciembre de 2016

ANDANDO Y PENSANDO



El lamento ante las injusticias agudiza el aguijón de

 éstas. No lloriquear, pues, sino defender la justicia

abiertamente de forma civilizada y democrática, pero

 contundentemente ante quienes la conculca. No hacerlo

 así es signo de falta de criterio solidario y ético en la 

conducta personal y  ciudadana



ACERTIJO: A ver quien acierta el siguiente, rimado:


                Un amo le pidió al mozo

                Lo  que en el mundo no había;

         El mozo fue y se la dio


         Y él tampoco la tenía.

AMOR Y PAZ

Desde  mi blogs  y, desde la magnífica plataforma informativa que es FACEBOOK, ( a la que incluyo en este mi voto de felicidad),   deseo  de corazón  a todos mis amigos de la red  y amigos en general, incluído nuestro AYUNTAMIENTO que nos representa a todos los que a diario de alguna forma convivimos en nuestro pueblo,  a  sus  funcionarios y empleados que a diario laboran por nuestra gobernanza les deseo, repito, unas fiestas navideñas y un futuro de constante  BIENESTAR, AMOR y PAZ.   

viernes, 9 de diciembre de 2016

EL LUTE EN CÁRTAMA

Artículo publicado en SUR por este escribidor en 1.983

jueves, 8 de diciembre de 2016

LA MIRADA INEFABLE DE UN DEVOTO POETA DE POETAS

   

Una mirada  puede entrañar toda una hermosa historia y,  dice casi siempre,  más que  un largo discurso, porque las palabras son proclives a  estar  llenas de falsedad; la mirada no; es el genuino lenguaje del corazón y del amor; es una plática inefable que todo el mundo entiende.  La que, emocionado, comento  aquí es arpegio de una mirífica epopeya,  única en el orbe hispano  (norte de África, América y España)   que,  sólo fue posible al  estar avalada por la biografía excepcional de un genial  personaje nacido en un pueblo de nuestra tierra guadalhorceña.   


Así, pues, la mirada que en la foto dirige (era característica en él en los tensos o  admirativos  estados de ánimo)  José González Marín  a uno de los  grandes amores de su vida, la Patrona de su pueblo, Nuestras Señora de los Remedios, lo dice todo de forma impactante;  mirada, repito,  que  denota  en su arrobo inefable, entre otras causas nobles de su vida,  la inusitada gesta mariana y poética antes evocada,   que un día de julio de 1.936,  llevó a cabo durante año y medio  en un  delicado y dramático momento de nuestra historia reciente  con evidente peligro de su propia vida; ello, por su noble empeño de salvar la tradición cohesiva y aglutinante de su peculiar pueblo que tan bien conocía, quería y benefició siempre. Pero, digamos desde ya, que su pueblo no ha resistido últimamente la prueba del algodón en la gratitud  que le debe a tan insigne hijo, sino muy al contrario.
No obstante,  su mirada lo atestigua fehacientemente, era  un hombre sustancialmente bueno que fue por la vida poniendo paz y amor en donde existiera  odio y rencor. Ahí están para corroborarlo las hemerotecas con sus crónicas a lo largo de medio siglo día a día, tanto de América como de España y norte de África.
Ésta del preclaro personaje comarcano es indubitablemente   una de esas miradas indefinibles,  compatible con el pincel de un Leonardo da Vinci, que  encierra todo un mundo de emociones emanadas de las bellas experiencias vitales y artísticas de un ser excepcional    que, insisto,  llegó a protagonizar la  epopeya mariana más extraordinaria de la historia toda.   
Pero vamos a  una oportuna y siquiera mínima semblanza suya para quienes aman la historia real de su pueblo, siempre inseparable de la de sus personajes egregios; es decir,  que sin historia ningún pueblo puede conocerse ni ser dueño de su futuro:

1º.-  José González Marín nació  en Cártama (Málaga). Fue un personaje universal  por su arte y por sus condiciones humanas: Licenciado en Leyes, no obstante fue fiel a su vocación de actor adquiriendo aún muy joven notable fama como tal, y en especial como eximio  rapsoda. La II República le distinguió con la Gran Cruz de Isabel la Católica; hijo adoptivo de gran parte de España;  recibió durante su larga trayectoria artística  infinidad de homenajes populares, de intelectuales, poetas y de artistas; fue el personaje de los teatros al que más páginas  le dedicó la prensa de su tiempo  incluidos los años  iníciales como primer actor siempre   en las más egregias compañías  teatrales de su tiempo: María Guerrero, Enrique Borrás, La Xirgu, Membrive etc.etc..
Un día  tuvo la genial decisión de iniciar (más bien, de aflorar lo recóndito íntimo) un nuevo y noble arte:  la escenificación en solitario de la poesía   siendo  a un tiempo, como dice Manuel Alcántara en el prólogo del libro, “El Faraón de los decires”, “no solo un actor, sino un  actor y toda la  compañía
2º.- Liberó  la poesía del excluyente claustro  de los intelectuales y la llevó, escenificada genialmente, al pueblo llano haciéndola comprensible para  todas las inteligencias y clases sociales. Una auténtica revolución socio-cultural que nadie, incluidos los  partidos políticos, lograron ni antes ni después y, en esa misión,   estuvo recorriendo toda su vida España entera incluidos sus pueblos y, en el mismo empeño  llevó a cabo más de treinta viajes a América actuando en  todas las  ciudades y pueblos desde el cono sur a Nueva York,  dando a conocer con su arte   la poesía y  a los poetas españoles, así como a los de aquellos países cuyos poemas matrices, en especial los afroantillanos,   divulgó e hizo famosos. Por eso  los propios poetas, cual aparece en las crónicas,  lo consideraron su  “Hermano mayor “ y,   “Poeta de poetas”, amén de  ser proclamado por  inspiración del insigne periodista, César González Ruano,  “EL FARAÓN DE LOS DECIRES”.
Escenificando los poemas afroantillanos

3º.-  En  la comarca de la hoya guadalhorzana,  mucha gente de toda condición    son devotos desde siempre  de la cinco veces secular imagen de la Virgen de Los Remedios, Patrona de Cártama. Y,  es hora de preguntarse en  justicia: ¿Existiría hoy esa tradición multisecular de Cártama si un día José González Marín no salva  esa imagen (joya de la imaginería sevillana del siglo XV)  impregnada de efluvios devocionales de generaciones y generaciones de antepasados nuestros, metáfora ideal y  necesaria  de  aquella Virgen belénica e histórica de carne y hueso, llamada María, que parió en la pobreza de un establo al Dios de los cristiano, Jesús de Nazaret?.
Hay sobradas razones analógicas para asegurar que no: Si en vez de ser quemada en las aciagas datas de nuestra guerra civil de  1.936 la copia que, en  lugar de la auténtica (que González Marín se llevó a América para evitar su quema)   dejó en su lugar construida ad hoc por el imaginero, Francisco Palma --- quien  luego restauró, por voluntad y a   costa de José González Marín, la Ermita de la Patrona  de Cártama devotada en toda la comarca que fue quemada durante el periodo frentepopulista ---  la que hubiesen quemado, obviamente,  es a la verdadera  y no la citada copia que quedó  en su mismo altar en casa del cura párroco, connivente con la estrategia del rapsoda; es decir, hoy ya no existiría la ancestral tradición mariana de La Virgen de los Remedios, como dejó de celebrarse  la enjundiosa tradición de  los “pazos” de Semana Santa y las cofradías  de “verdes” y “moraos”, al ser quemados todos sus titulares.  
4º.- Y en esa mirada de amor a la Patrona de su  pueblo y sus gentes, está todo el compendio de  la cantiga mariana más bella y emotiva  de la historia de la humanidad protagonizada por una Virgen bella de talla chiquita que recorrió en brazos de su paje juglar todas las ciudades de habla hispana de allende la mar océano.
Dos cosas definen al ser humano: su mirada y sus hechos y, aquí, tiene total y evidente  sentido tal  adagio.
5º.- Todos los pueblos de la comarca han rendido en una u otra ocasión merecido  homenaje de gratitud a su egregio hijo adoptivo, José González Marín, habiendo quedado voluntaria y capitalizadamente al margen de tales actos y en absoluta evidencia y ridículo, su pueblo natal. Y lo mismo parece que sucederá con el que, al parecer, se le va a rendir nuevamente con motivo de cumplirse el 80 aniversario de la antes referida peregrinación de la Virgen de los Remedios por Iberoamérica y, el inigualable hito de que aquellas repúblicas hermanas, en honor al juglar y a la Virgen Peregrina española, entregara a Ella (representada en su juglar y paje) por manos de los respectivos presidentes de gobierno su  enseña nacional en señal de exvoto y HERMANAMIENTO con la  España  en liza cainita, sin distinción de bandos. Muchos años orlaron dichas  banderas los muros del Santuario serrano en Cártama, que, dicho sea con pena, fueron quemadas en la década de los años sesenta del pasado siglo.

Como cierre de este sucinto bosquejo histórico conmemorativo sólo se me ocurre, con el alma dolorida,  esta exclamación: ¡¡Pobre Cártama en un tiempo leal y famosa!!

sábado, 3 de diciembre de 2016

JOSÉ GONZÁLEZ MARÍN Y JACINTO BENAVENTE

 

RAFAEL BRINES






El dramaturgo dejó Valencia al terminar la guerra civil, pues aquí vivió los tres años de la contienda. Detenido en Barcelona en julio de 1936, junto a Muñoz Seca, fue puesto en libertad.

Este año, noveno del siglo y del milenio, se cumplirán los ochenta  que el escritor español y premio Nobel Jacinto Benavente abandonó Valencia, ciudad donde residió los casi tres años que duró la guerra civil. El autor de Los intereses creados marchó en el verano de 1936 a Cataluña, para pasar unas vacaciones en la Costa Brava. Le acompañaba el actor Diego Hurtado Álvarez, hijo del secretario del escritor, y que fue quien años después nos contó lo ocurrido. 
Al producirse el alzamiento militar el 18 de julio de aquel año, la policía detuvo inmediatamente a dos conocidísimos autores teatrales que precisamente se encontraban en la Ciudad Condal: Jacinto Benavente y Pedro Muñoz Seca, que fueron conducidos a la Jefatura de Policía. Órdenes del Gobierno mandaron inmediatamente que Benavente fuera puesto en libertad, pues su renombre internacional podría crear problemas a la República. El humorista creador de La venganza de don Mendo, el aludido Muñoz Seca, continuó sin embargo preso, hasta que en noviembre de ese mismo año fue fusilado en Paracuellos del Jarama.
Nuestro aludido informante y testigo del derrotero de don Jacinto -así se le conocía y se le sigue nombrando- nos indicaba que su superior pensó, una vez liberado, regresar a Madrid, para lo que se trasladó a la llamada Estación de Francia, en Barcelona, para tomar el tren y volver a su casa en la capital. Y allí, en un andén, coincidió con una actriz valenciana, Isabel Pallarés, y su esposo, que le advirtieron de los peligros que podía correr, y le ofrecieron venir con ellos a Valencia. Y así lo hicieron.
Primeramente, se alojaron con familiares de la aludida actriz, en un piso de la calle de Cirilo Amorós, entre las hoy de Félix Pizcueta y Pizarro -ésta última, entonces, pasó a llamarse Solidaridad-. Su ayudante, el actor Luis Hurtado, aprovechó que Alejandro Casona vino a despedirse de don Jacinto y marchó con él al extranjero. Quedó los últimos meses de la guerra ya solo el dramaturgo, que tuvo una extensa actividad teatral; intervino en numerosas representaciones, llegó a interpretar en alguna ocasión el Crispín de Los intereses creados, pasó a ocupar un piso en la calle de la Sangre -que había pasado a rotularse Capitán Tejero- y acudía a los numerosos teatros, principalmente al Olimpia, que estaba muy próximo a su nueva residencia. Asimismo, testigos presenciales recordaban que iba muy a menudo al Hotel Valencia, en la calle del Convento de San Francisco -bueno, entonces se llamaba de Mariana Pineda- donde con el conserje saciaba una de sus aficiones: jugar al ajedrez. 
Pero su otra afición, fumar buenos puros, la cumplía al mismo tiempo. Y se comentaba que frecuentemente caía sobre el tablero la ceniza del habano que fumaba don Jacinto. Y el conserje, muy respetuoso con el gran escritor, soportaba entre alfiles, caballos y otras piezas la ceniza; más aún, el dramaturgo no tenía inconveniente en soplar, cayendo esas cenizas sobre las ropas del trabajador, que soportaba la molestia sin rechistar. Y con su buen humor, don Jacinto le dijo en cierta ocasión: "¡Sople, sople usted también alguna vez!" Otro hecho memorable de su estancia de tres años en Valencia fue cómo encargaba siempre a la Central del Fumador, que estuvo en la calle del Convento de Santa Clara con salida a Ruzafa, los puros que le satisfacían; al extremo de que después, y durante los trece años que todavía sobrevivió en Madrid -hasta su muerte, en 1954-, seguía solicitando que le enviaran este tabaco desde el mismo establecimiento.
Porque sabido es que al final de marzo de 1939 -va a hacer 70 años- finalizó la guerra civil; y cuando el general Aranda entró en Valencia, al Ayuntamiento acudió el escritor, y se disculpó por el tiempo de colaboracionista con las autoridades republicanas en los tres años anteriores: "Ya sabe, mi general: me obligaron, me obligaron". E inmediatamente -lo cuenta en su biografía el escritor José Montero Alonso- el recitador José González Marín le embarcó en un coche y le condujo a Madrid, donde hace 70 años terminó su accidentada permanencia en Valencia.

(El coche era el suyo propio que le acompañaba, y lo conducía  su fiel ayudante escénico, Antonio López Plana, “Antoñico”)
 (Rafael Brines)
                                                                              
Devota mirada del poeta de poetas