LAS COSAS COMO SON
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González Marín, como poeta de poetas, fue un preclaro exponente de las letras y la cultura española; UNICO como recitador entre cuyos méritos, amén de su inimitable arte, cabe citar:
1°. Sacó la poesía del dominio excluyentes de las altas clases y se la llevó a su auténtico dueño, El pueblo que recitada por él ñ, lo hacía comprensible a todas las mentes.
2°. Era Doctor en Derecho por la Universidad de Madrid, cuando entró como actor joven nada menos que en la Compañia de Teatro, entonces, del mundo, Doña Maria Guerrero con la que fue y actuó, por primera vez, en América, etc.
3°. Llevó a cabo la más grandiosa Cantiga Mariana llevándose y recorriendo con ELLA todos los países de América Hispana. Salvando a nuestra Patrona al tiempo que protagonizaban la más grandiosa epopeya Mariana que conoce la historia, menos Cártama y los cartameños.
Este preclaro personaje era, pues, todo un arte profundo, espiritual y culto que llegaba a lo sublime (a las crónicas y hemerotecas me remito). Compararlo con toreros, por muy Manolete que sea y, minimizarlo en su pueblo, como según harán el próximo 15 de Noviembre, es una absoluta incoherencia; e poeta es finura espiritual, arte sublime.
El toreo es muy respetable para mí pero, no puedo admitir que no sea la tortura cruel y salvaje de un toro que agonizante retorna lastimosamente a su querencia en cuya puerta muere.
Seguiré dictando sobre esta reflexión.