(qué cinismo llamar a una época de la
posverdad) que estamos viviendo sólo se
puede gozar no teniendo memoria, ya que si recuerdas y comparas te invade la
tristeza. Hablando de memoria, el producto zapateril que hace LEY (de obligada aceptación
y acatamiento, por tanto) es lo más falaz, sectario y cínico que le pueda
ocurrir a cualquier fulano de gobierno. Ya Felipe que intentó darle “la vuelta
a la tortilla” de la historia que, per se, condenaba al marxismo y al bando
republicano, optó por desistir alegando que todavía vivían muchos testigos de
los hechos reales “y nos van a llamar embustero, tal somos”; así se lo dijo a Alfonso Guerra. Después el nefasto y nefando
Zapatero hizo la falaz MEMORIA HISTÓRICA, con el agravante de que a Rajoy le faltaron huevos para derogarla
cuando tuvo la mayoría absoluta. Como tampoco fue capaz de hacer con el
genocidio abortista.