EL PROBLEMA NACIONAL…
Copio literalmente este artículo del
famoso, y hoy tan olvidado, poeta
malagueño, Ricardo León, del siglo XIX; artículo que podría haber sido escrito
para hoy en no pocos aspectos.
“”Lo que llamamos “problema nacional”
es un sencillo problema de sentido común. Somos la mayor parte de los
españoles como estudiantes desaplicados que luego de perder las sabias lecciones
de sus padres y maestros imaginan
encubrir la ignorancia y maravillar a
sus convecinos con cuatro novedades
sacadas de su ignorante, por ileído, magín.
La simple costumbre tan actual de
viajar por tierras forasteras antes de conocer
las tierras natales física e históricamente y abrir la boca de pasmo en
Brujas y Heidelberg, cuando no en París, sin haber visto jamás Toledo,
Sevilla, Salamanca, Burgos…, es un notable símbolo. Gentes que no conocen a Luís Vives sino, si acaso de
oídas, y desdeñan bárbaramente el caudal de nuestros pensadores, místicos y sociólogos
(que ya existían en España antes de
existir la llamada ciencia sociológica), se ufanan de de traer en el bolsillo a Kant, a Nietzsche y
a Lambroso””.
Y es que se tiene a
gala despreciar la mirífica y entrañable torre
campanario con reloj de la villa, la augusta tradición familiar y la popular, a guisa de hijos
descastados y pródigos, cuando precisamente los países que nos pintan por
modelo ( hoy políticamente el consabido “moña” y adláteres nos quieren
retrotraer como modelo a imitar a la actual Venezuela, ( ¡La de Maduro, no la del General Pérez…!) cuando precisamente los países que nos pintan como modelos cultivan amorosamente sus propias, y menos
enjundiosas que las nuestras, tradiciones históricas, archivos de enorme valor historiológico y bibliotecas
que aquí se quemaron en momentos aciagos de nuestra Historia.
““¡Destruir! ¡Barrer!, sigue clamando Ricardo León. ¡Pero si
en España (hoy más que nunca) lo que
hace falta es restaurar! Sobran las
piquetas, las innovaciones cursis, los
odios incendiarios, los fanatismos estériles; falta la fe viva y constructora,
el amor unido al conocimiento, la inteligencia desposada con el corazón…¿No es
obra de locos empeñarse en arreglar las cosas destruyéndolas (¡Ay “moña”,
cabroncete!)…La solución –dicen muchos—la solución para España es que los
españoles dejen de serlo. ¡Solución propia de los consabidos bárbaros y cobardes!
Amor a la Patria: He aquí el único remedio de nuestras
pesadumbres. Es preciso enseñar el amor de la Patria, el amor y la fe de la
estirpe. Quien no ama la Patria no puede ser ni siquiera un hombre horado. Un mal
patriota como los consabidos (as)es un traidor a Dios, a sus padres, a sus ancestros
y. a sí mismo. La Patria temporal es la imagen de la Patria eterna””