Tienen
sobradamente demostrado día a día los políticos
españoles de hoy, una enorme falta de
luces y una despampanante carencia de decencia y responsabilidad política, que les lleva a postularse para ejercer un arte (el de la política) del que en su generalidad no tienen ni puta
idea. De ahí que la sobredimensionada nómina de políticos españoles demuestren con patente asiduidad una total ignorancia de lo que es una democracia
y, menos luces aún, para usarla en el buen gobierno de la patria.
El que más presume de
tener ideas y más carece de ellas, es Pablo Iglesias y los de Podemos quien,
hasta ahora, solo ha aportado al bien común, que es para lo que les pagamos
entre todos, el especular con encaramarse en un puesto de poder, es decir,
exigir --esgrimiendo el poco más de la
tercera parte de los votos que le han concedido los ciudadanos--, la vicepresidencia
del gobierno y los ministerios más determinantes de la nación,
tras el otro mamarracho (Pedro Sanchez),
quien sin haber ganado las elecciones, o mejor dicho habiendo cosechado la
derrota electoral más penosa y abultada de la historia del socialismo en España
en todos los tiempos, con 1.700.000 votos menos que el ganador de las
elecciones, el PP, él se ha empeñado con una cara de granito, y mirando a sus
intereses antes que a los de España que
le importan tan poco destruir al alimón con Pablo Iglesias
de Podemos, prevalidos de lo poco que creemos en la democracia los españoles.
Valga por hoy este apunte y, mañana será otro día.