A los cielos yo les
pido
Que me expliquen el arcano
(Que desde siempre me obsede)
De mi existir en la tierra,
Y el destino contestó:
El misterio no soy yo.
Miré al infinito inmenso a ver
Qué me decía el firmamento
Y el vasto espacio
arguyó:
Soy impenetrable secreto
Sólo al descarnado
espíritu abro.
Entonces corté en mi
rosal
Una bella rosa roja
A ver si en su fragancia, en
su gama,
Y en su purpúreo mimo
Yo vislumbraba mi sino;
Y la flor, cosa tan
leve, me dijo:
Paciencia inquieto peregrino,
Yo también voy buscando a Dios.