Cuando escribo este suelto está pasando por debajo de mi
balcón la Cabalgata de los Reyes Magos
que Organiza El Ayuntamiento de Cártama y, sin ambages alguno, desde aquí,
emocionado (lo confieso), doy mi más
efusivas gracias (motivos espirituales no me faltan para ello) y felicitación
al alcalde de mi pueblo, Jorge Gallardo, así como al área de gobierno, asociaciones, policía,
etc. que con él han colaborado en la
organización de tan entrañable muestra
en aras del sentimiento de los niños; y de mayores en la añoranza porque se
trata de niños pero también de nosotros
que un día lo fuimos y tenemos derecho reconstruirlo siquiera unas horas en el
territorio del mito, el cálido bucle ---como escribe hoy también otra pluma de más alcurnia que la
mía--- de seguridad en que nos creíamos aún el nidal de toda la familia de
antaño. ¡¡¡Bravo Jorge “, ¡¡bravo a
todos!, me habéis trasladado con tan magnífica y autentica cabalgata a la época
de los afectos limpios, de las emociones ingénuas, de los deseos prístinos que
podían cumplirse con sólo sentirlos, inmunes a la amargura y el desencanto.
De inmediato, para crear el ambiente pertinente a tan grato
memento, encendí el ordenador a todo volumen y una atmósfera de saudade invadió
mi casa:
Ya vienen los Reyes Magos,
ya vienen los Reyes Magos
Caminito de Belén, olé, olé y olá…,
Cargaditos de Juguetes,
Cargaditos de juguetes, olé, ole´y olá…
(No recuerdo bien,
cito de memoria y esta es desleal a veces, el sentimiento, nunca; perdón)
Os agradezco a todos esta tarde de ensueño, y ese Belén en el
Ayuntamiento, que aunque no he podido
visitar este año, lo recuerdo con
sentimientos dulces ¡¡¡Bravos…!!!