MI RIO AMADO
Guadalhorce
sereno, oye mi querencia
Que
me viene sobre recuerdos lejanos
De
tus aguas orladas de sotos nemorosos
En
donde abunda flora y fauna edénica
Que
Virgilio me recuerda en Églogas y Geórgicas.
Hay
en ti, Guadalhorce, cenital ternura,
Majestad
en tu porte y hermosura.
En
tus aguas otrora claras, padre sol reverbera
Y las
noche estrelladas en ti se reflejan.
Eres,
Guadalhorce, un trenzado de siglos
Que
alimentan la razón de mis quimeras
En
el velo ensimismado de mis saudade
Metáforas
de mi pueblo, tu canto y mi pena.
Aún discurres milenario por la vega ubérrima
Entre
sotos, cañaverales, juncos y tarajes.
Amo
a corazón latente al álamo vertical
Que
desde tu orilla apunta al cielo,
En
cuya fronda de ramas y trémulas hojas
Anida
y arrulla la tórtola y el ruiseñor gorjea.