UN PAÍS SOMETIDO: ESPAÑA
Erich Fromm (psicoanalista, psicólogo
social y filósofo humanista, alemán de mitad del siglo XX), de quien he leído
su obra, “Anatomía de la destructividad
humana”, cita como verbigracia de una
de sus propuestas futuribles, un mito griego de la Edad de Hierro, que viene a rezar: “A medida que se suceden, las generaciones
van empeorando. Día vendrá que se habrán convertido en tan malas, que adoraran
la fuerza; se someterán sin protestar al poder y dejaran de honrar al hombre de
buena voluntad. Finalmente, cuando el hombre ya no se subleve contra el mal (ya
está sucediendo), cuando ya no sienta vergüenza en presencia de lo miserable, Zeus lo destruirá a su vez”. Pero incluso entonces, será posible aún
hacer algo, si el pueblo es capaz de reaccionar
sólo para anular la acción de los jefes que lo oprimen.
Y el escritor, premio Nobel, Octavio
Paz establece con clara visión de la realidad: La crítica, cualquiera que sea
su índole, literaria, filosófica, moral, política sobre todo, no es a fin de
cuentas sino un higiene social.”Es la única decencia que tenemos contra el monólogo del caudillo y la gritería de la
banda, esa dos deformaciones gemelas que extirpan al otro, al otro que nuestro
semejante”
Según estos solventísimos postulados,
España (lo estamos viendo ya) está seriamente abocada al subdesarrollo y la dependencia exterior.
Decían otrora sus oponentes que
Franco a base de futbol había alienado al pueblo español. Pero la realidad de
verdad es que es actualmente cuando el
hombre está tan alienado que nada le sorprende ni interesa.
En definitiva, el hombre hoy no es
un lobo para el hombre cual se metaforizó otrora, pero hoy si un rebaño para
algunos lobos disfrazados de la madre de los siete cabritos del cuento.