Imperio Argentina se desplazó el 20 de abril a la Habana para acompañar a sus amigos José González Marín y su auxiliar escénico, Antonio López Plana, "Antoñico" para cantarle a la Virgen de Los Remedios que aquel 23 de abril de 1,937 sería procesionada en La Habana de Cuba porque, en su condición de exiliada tal día le cogía en Cuba y, ella, entre otros muchos españoles llegados desde distintos puntos de iberoamérica para partir en tan excepcional hito lírico mariano. Como tantas acompañando a su amigo Pepe González Marín, subió el pino camino de la coqueta Ermita, ella cantándole emotivas canciones y él, recitándole poesías a la Virgen "Chiquitina" que le salvó su vida a primeros de 1.935 cuando estaba desahuciado de los mejores médicos de España.