El perro a
que me refiero lleva la tira amarrado a una estaca porque, en cuanto huele un abigeo le muerde ¡¡Y, hay
tantos abigeos en estos tiempos de la pos verdad…!!!. A este perro,
cuando tenía poco tiempo, y a tenor de los sabios usos y costumbres campesinas de la
época, se le cortaron las orejas y el rabo y, fritos en una sartén,
se le dio a comer a él mismo. Todo ello porque así, afirmaban, se
hacía más afecto al cortijo y lo
defendía de ladrones y cacos de manos blanca con más ahínco y rabieta; a tal extremo llego
el efecto que, con frecuencia, no
conocía ni a los de casa: Un día, un hermanillo mío y yo volvíamos del pueblo a
lomos de una burra y, el fiel can, no nos conoció a primera vista; aún montados despatarrados dambos en la rucia aparejada, dio un salto y
mordió a mi hermanillo en la pantorrilla y, a mí, en el culo. Yo, que ya empezaba a tener afición a la
caza, eché manos a la zarasqueta gatillosa de dos cañones con peores
intenciones, lógicamente, que Atila, que así se llama el perro. Intervino mi padre y dijo: “Nada de tiro que espantaría el
gallinero; amarrar el perro y que no se
suelte nunca; es un peligro…”. Desde
entonces Atila sigue amarrado pero, la mala uva, se le sigue
viendo en la cara.
Todo viene a
pelo al referirme al reciente viaje de nuestros Reyes a Londres.
¡¡Jamás me he sentido más español, más
monárquico y más acordado de aquella frase de política poética de que “España es una unidad de
destino en lo ecuménico…!!”
Nuestros
reyes han sabido situar a España por las
alturas diplomáticas y, han realzado la marca Hispania con su talento, talante, prudencia, elegancia
y cultura; el rey usaba en cada momento que lo requería el idioma pertinente.
Me imagino
que, como ya sucedió en aciagas calendas pretéritas estuviéramos en un sistema republicano y que, como presidente de la misma le hubiese tocado representar a España al coletudo zorruno,
Pablo Iglesias, a Pedro Sanchez o, a
cualquier otro (a) de estos pirados que diseñan nuestra política. ¡¡¡Ojú, ojú, ojú…!!!
Ante
tan nefasta y nefanda posibilidad yo ya, he soltado mi perro y que olfatee a los
abigeos políticos que pululan por la
bendita piel de toro ibera y se las entienda con ellos. Mañana seguiré hablando de mi perro,
porque yo, que estudié siente años de
bachiller y reválida incluida geografía física y política, jamás leí que España
fuera “una nación de naciones” (¡qué gilipoyez!), sino “una unidad de destino indisoluble” Mañana,
si Dios quiere, seguiremos hablando de la primera y segunda república y, de los
cretinos que la añoran y quieren repetirla pese a haber traído a España tres
guerras civiles, (que siempre perdieron
por falta de razón y cojones y, esquilmado
su tesoro. ¡¡¡Manda huevos la estulticia de estos políticos piraos!!! Atila,
¡¡hala con ellos…!!