He
aquí una inofensiva y sin ánimos
acerbos, croniquilla del lugar.
Quedé
“pasmao” cuando me contaron el clerical suceso: A Cártama, villa
mariana por excelencia, por designios “zoovirginales” de nuestro querido
párroco, ha arribado en brazos de nuevos residentes y, con intención de careo de flamantes prosélitos
(“hay gente pa tó”), una nueva advocación inmaculada: “La Divina Pastora”; titulación
sustanciada con un
peculiar icono bucólico tocada con un grácil
sombrero de apacentadora de ovejas y cabras.
La imagen, de ser gráfica y no
talla, ofrecería estampa análoga a las
que incluye Concha Espina en si libro “Al Amor de las estrellas”, o, “Mujeres
del Quijote” --- “Luz de luzmela”, “Maritorme”, la “Dama de los altos
pensamientos, “La rústica ahechadora de “jabas”, “Dorotea”,
el acuciante amor de don Quijote, quien buscando en aras de amores el domicilio
de su amada “Dorote” una lóbrega noche en el Toboso, parécele serlo un gran edificio
al que envió en descubierta a su
escudero Sancho quien, al cabo, gritó: “Esta
casa no es la de su dama de los altos
pensamientos, señor y amo…”. Ante ello, lamentóse, Alfonso Quijano: adujo contrariado:
“CON LA IGLESIA HEMOS “TOPAO”, AMIGO SANCHO…”
Dicho lo dicho, añadamos:
Simultáneamente venimos oyendo de solventes ediles, que la ERMITA de nuestra
Patrona, a los cinco siglos de haber
sido legada en propiedad y uso constante por los
Reyes Católicos a los devotos y Parroquia de Cártama en 1.485, a
quien pertenece ahora es al Ayuntamiento por mor de transacción con acusadas pintas de espuria, con lo que la Virgen de los
Remedios, nuestra secular Patrona, queda
a estas alturas cronológicas (parece mentira) en mera “OKUPA” de su propia casa.
La Divina metafóricamente apacentadora de caprinos y ovinos, llegó
el 8 de diciembre y fue ese mismo día proclamada copartícipe mariana de Cártama
desde el altar mayor, en donde quedó instalada tapando la Cruz tradicional sin
que, salvo morosas alusiones se rindiera
el solemne tributo a la Virgen María siendo uno de los días más señalados del
catolicismo: El de la Anunciación ó Purísima Concepción. Ya se nos dijo: “El manantial debe estar siempre más arriba
que la fuente”
“Con la Iglesia hemos “topao”, amigos…”
Y,
como desagravio, digo a la Virgen de Los
Remedios, con Gabriel y Galán en el día de la Purísima Concepción:
¿No me has dicho, musa mía,
Que te place cosas bellas?
Pues viértete en la armonía,
Que es centro de todas ellas
La belleza de María,
La más grande santidad….
¿No tienes para tu alteza
De cosas pura tonada?
Pues la esencia, la riqueza,
El sol de toda pureza
¡Es María Inmaculada!...
Y que una voz concertada
Diga ante tanta grandeza
La Humanidad posternada:
¡Gloria a Dios en la pureza
De María Remediadora!....