En relación al escrito de Fernando
Bravo, cronista "oficial" de la villa de Cártama, sobre las declaraciones de la familia Alejo, relativas
a la cabeza de la diosa Ceres, publicado
en su perfil de la red social Facebook el pasado 20 de noviembre de 2.018, cumple decir lo siguiente:
Como cronista oficial ("oficial",
conste) de la villa de Cártama, Fernando Bravo, estaría en su obligación y
derecho, recopilar todas las declaraciones y escritos que pongan en valor a
nuestro pueblo, puedan gustar a algunos o no y siempre con el rigor y veracidad que, más que a nadie, se supone a un cronista “oficial”.
En esta publicación del Sr. Bravo, acompañada por un árbol genealógico de la familia, una fotografía de de la
cabeza con los familiares y un logo utilizado
siempre por Fernando Bravo con la inscripción “Diario de un viajero en el tiempo”, hace referencia a las declaraciones de la familia
Alejo (intuyo que de los actuales ninguno había nacido cuando los hechos) dando
su opinión sobre la entrega de la cabeza de la diosa al ínclito cartameño, José González Marín.
Hasta aquí, todo correcto (al parecer).
¿Qué pasa después? Pues que Fernando
Bravo, en su escrito citado, entrecomilla un texto que empieza por “En el
verano de 1.945…”, terminando con, “…sin ocupar ningún cargo de importancia.
Este texto es una corta y pega (¿cómo no
en el cronista que usa tal recurso con
asiduidad), de un texto de Wikipedia, el cual el cronista no hace referencia
alguna (tan preceptivo que, hasta el
Presidente del Gobierno y algunos ministros, están en evidencia legal por
faltar al dicho precepto) aunque si aparece en la red social, pero Fernando Bravo no se cuida
de respetar su referencia de origen. Ello, de todos es conocido y la condición que evidencia.
Si queremos ser serios, conozcamos la poca fiabilidad que se le puede dar a
esta “enciclopedia social digital” tan usada por dicho Cronista Oficial
del Municipio.
Siguiendo con el texto de Fernando
Bravo y una vez terminada esta reseña de Wikipedia, continua ni más ni menos: “LO
CUAL NOS LLEVA A LA CONCLUSIÓN DE QUE LA ENTREGA DE LA ESCULTURA FUESE A CAMBIO
DE ALGÚN FAVOR….” --- temeraria concusión de Fernando Bravo y otros (“nos" lleva).
O sea, aquí Fernando Bravo habla en primera persona del plural cuando hace
referencia a “nosotros”. No queda claro en el texto a quienes se está
refiriendo. ¿A la familia Alejo, al arqueólogo, al Ayuntamiento, a la Asociación
Cartima…, o, a todos en una pañeta?
A los cronistas “oficiales” se les exige imparcialidad y
no dar juicios de valor. Puesto que su obligación es recoger crónicas.
Refiriéndonos al texto en cuestión, puede dar la sensación al lector, como así ha ocurrido
en gente de Málaga, que esa imparcialidad que se presupone, queda en entredicho
por la manera onerosa con intención
lesiva de redactar el texto y sus conclusiones finales que, el autor, Fernando
Bravo, hace suyas y de “nos”, otros.
No debemos olvidar que esta
publicación se ha realizado en la red
social Facebook, donde Fernando Bravo tiene 369 seguidores y cualquier
comentario se multiplica exponencialmente. La memoria de aquel genio de las
tablas y proscenios, bueno sobremanera amén de egregio personaje con títulos y
panegíricos mundiales, nacido en Cártama para honra de ésta, no merece tales injurias de un
forastero de fuera y sus correligionarios nativos.
En otro orden de cosas, y puesto que se adjunta al texto
referenciado, Fernando Bravo durante varios años está utilizando un logo para
las fotografías y publicaciones en circunstancias antes descritas. Ese logo es
la portada del libro “Diario
de un viajero en el tiempo”, escrito por Greg Becker. Como cronista “Oficial” que representa a Cártama y sus
gentes, desconocemos si el uso de esta imagen está autorizada, o no, por
su autor y, en caso negativo, podría tratarse de un ilícito penal
por incumplir la normativa por los derechos de autor con el perjuicio que ello
conllevaría a la imagen de la CORPORACIÓN CARTAMEÑA o responsabilidades que les
pudiera acarrear.
Para terminar, y esto es una opinión personal, hay muchas
formas de escribir y decir las cosas, pero cuando los textos escritos crean
confusión u opiniones falaces, es el caso,
la culpa es de su autor y del entrevistado en prensa en tal supuesto. A
no ser que esa sea la intención de lo de
marras; vayan ustedes a saber… ¿Se dan ustedes cuenta del daño que le han hecho
y están haciendo a la fama cultural y social de Cártama con su sectarismo y egocentrismo cuasi clínico y
capitalizado (usted es capaz de pegarle fuego a la casa de un hermano para asar
la castaña de su vanidad y pedantería). Abunda penoso anecdotario en ese sentido.
En el caso de un cronista oficial, se debe cuidar mucho las formas y
ser más rigurosos, pues de lo que dicen sus informes, escritos o comentarios
depende la historia de todo un pueblo. Basta por hoy; por hoy, dada la gravedad del entuerto.
A continuación una irrefutable muestra (una por miles) de lo que pensaba y decía todo el mundo de habla hispana coetáneo y hoy, de José González Marín y, nuestros paisanos de la época que le conocieron y diariamente convivieron en el pueblo con él. Y a estas alturas vienen ustedes a distorsionar también en Cártama la historia real. Quizás mañana le acuse algunas contradicciones más a usted:
A continuación una irrefutable muestra (una por miles) de lo que pensaba y decía todo el mundo de habla hispana coetáneo y hoy, de José González Marín y, nuestros paisanos de la época que le conocieron y diariamente convivieron en el pueblo con él. Y a estas alturas vienen ustedes a distorsionar también en Cártama la historia real. Quizás mañana le acuse algunas contradicciones más a usted: