A
mi amigo bueno, Antonio Fuentes, que de versos sabe mucho.
Mientras viene la muerte tan
temida,
Yo a escribir y a rezaros, que es
mi vivir.
Pero, ¿qué es la muerte tan oscura,
tan cercana?
Decírmelo vosotros que en ella estáis:
Padre, madre, hermanas de mi alma
recurridas.
¿Es acaso la muerte un encontrar nueva Vida,
Que ni a imaginar alcanzamos
quienes vivimos,
Como tampoco
sabemos de dónde venimos?
Nada nos aclara la metafísica y
las ciencias
Del misterioso cielo que empero presentimos
Y de ese tránsito que es la muerte tan cercana.
Supremas preguntas sin respuestas
Son estas de la sombra inexorable
Que nos obsede desde el nacer
Hasta la misteriosa muerte, tan
temida
Que hasta imaginarla postrimera
nos aterra.
Y ¿por qué eludimos el pensar en la muerte
Si ella ha de ser nuestra eterna hermana
En el profundo misterio de la otra
patria tan cercana?
Acaso…,¡insondable drama! ¿es el paso hacia la
Nada?
Cristo dijo que en El está la
vida esperada
Y por eso no es la muerte
solamente
Un futuro de humo, polvo, tierra y ¡nada!
Además, yo a la ciencia pregunto ¿Qué
es la nada…?
Así, pues, Dios: ¿Cuál es el gran día, cuando nacemos
O cuando inexorablemente Caronte
en su barca
Nos lleva, cruzando la laguna
Estigia a la otra patria?
¿De dónde, Jesús mío, me vino la vida, tan querida?;
Tú nos dijiste: “Yo soy el
Camino, la Verdad y la Vida”
Pero, a donde, ¡Dios!, me lleva la muerte tan cercana.
Entonces, ¿he vivido para morir,
o muero para vivir?
Yo lo sé, concluyo: Vivo para
vivir porque ¡Dios nos ama!.