COMO
UN CUENTO
RESIENTE DESCUBRIMIENTO
Lo
escribió el Sábado, 24 Agosto, el ilustre periodista, Jon Juaristi, en su
columna de un medio nacional. Según Juaristi, las vacas con sus “pedos” ¡que cursilería
semántica!, el pueblo liso y llano, toda la vida de Dios, le llamó a la
ventosidad de cualquier creatura, tirarse un “PEO”.
Pero, a lo que vamos:
Las vacas con sus “peos” son los culpables del cambio climático de nuestro
voltario planeta que, habiendo salido de las manos de Dios un paraíso en donde
los seres no morían, la prevaricación de Eva que indujo melosamente a su esposo
Adán a comer la fruta maldita que fue la
única prohibición que Dios les impuso pero, ya entonces, era una realidad el
adagio que “dos tetas tiran más que una
carreta”. Para convencer a su esposo de que si comía la manzana prohibida, él tendría
igual poder y parné que Dios y, Adán,
primer político de la historia, no fue capaz como político primigenio, de
resistir el impulso que inclina a la apropiación indebida, deleznable esta a los ojos de Dios quien,
inmediatamente, de seres inmortales les condeno a la condición de mortales que tendrían que ganar el pan de
cada día con el sudor de su frente,
amén, de apechar con el dolor, las enfermedades y, el trance de la muerte. He aquí
la realidad de la metáfora de la vida cristiana pero la misericordia del padre
quiso dar una oportunidad salvífica a sus creaturas humanas si estas cumplían una
serie de preceptos y tributos tal fueron las tablas de la ley divina.
En el aspecto científico
de este fenómeno, siempre según Jon Juaristi, las vacas con sus “peos” y eructos,
son responsables, aproximadamente de la mitad de los gases de efecto
inverdadero que causan el calentamiento del planeta. “Una vaca lanza al día
unos 300 litros de metano a la atmósfera, lo que supone unos 120 kilos al año. Otros
científicos afirman que esa apreciación es corta; la media según diversos
factores oscila entre los 250 y los 500 que dando la media anual por día en
torno a los 400”. Al parecer, los científicos se están devarando el caletre
buscando una vacuna para conseguir que las vacas en vez de “peos”, estornuden.
Volviendo a “Adán y Eva”
tuvieron dos hijos, CAÍN y ABEL y, estos marcaron la metáfora de las guerras
civiles de la humanidad, protagonizando el primer fratricidio por política egoísta, matando Caín a Abel con la primera arma que pilló a
mano: una descarnada quijada de burro.
Todo se veía venir:
hubo un político que, está en la mente de todos, que le declaro la guerra a la
carne de vaca.