Llevo una temporada en la que una serie
de goteras en mi salud y 86 tacos, me han obligado a solicitar atención médica
con frecuencia tanto en casa (médico y enfermera de cabecera, ¡oh María!) como
en Centros hospitalarios ( Clínico de
Málaga y Hospital del Guadalhorce) y, he de manifestar sin ambages y en
justicia a fuer de bien nacido, que en todo caso he recibido una atención
exquisita y, como siempre, una terapia eficiente.
La última vez fue ayer mismo por el equipo de Urgencia que
encabezaba el doctos, Navarro, del Centro
Médico Estación de Cártama.
Ello contrasta hirientemente, según
leemos y comprobamos a diario, con la falta manifiesta de deontología cívica del sector leguleyo oficialista-político que medran de la sanidad.
Si no fuera por la responsabilidad y abnegación hipocrática de médicos y sanitarios, la
Sanidad Andaluza se habría hundido.
Así lo he visto y comprobado y, así,
con gratitud, lo digo públicamente porque
es de hacer justicia. Gracias galenos y
sanitarios, ángeles de azul y blanco. Gracias en mi nombre y en el de tantos otros
que no se atreven a hacerlo por temor a los secuaces de lo políticamente
correcto. Yo me entiendo. Gracias.