Fue el nefasto y nefando Zapatero quien subió la
edad de jubilación de los 65 que estaba a los 67 años.
Ahora la oposición apunta la posibilidad de establecerla en
los 70 años, con lo que en un futuro
podría ser una realidad que una nación con un impresionante y dramático paro juvenil
se encuentre con una gran parte de su censo laboral en activo formado por personas con 70 años. Ello es
muestra de la indigencia intelectual y la ineptitud de gobierno de nuestra actual clase política, acostumbrada ya a las soluciones más fáciles y demagógicas y, por tanto, onerosas.
La imagen sería de los viejos de 70 años aún trabajando y sus hijos holgando mientras aquellos les daba de comer y pagaba sus gastos.
La imagen sería de los viejos de 70 años aún trabajando y sus hijos holgando mientras aquellos les daba de comer y pagaba sus gastos.
Tenemos una serie de
graves problemas cuya raíz está en esta clase política que, como termitas, medra en España.