MISCELÁNEAS DE AMOR Y JUSTICIA
Como sonámbulo entre la gente
Que laboran en la madre tierra,
O sentado en dura piedra
En los bordes del camino
Por el que te fuiste sin una queja
Para nunca más volver a
Donde gobierna
y afana una plebe
De vulgares tahúres
impenitentes.
¡Esas son las cuitas de mi alma,
Y por ello las lágrimas,
A veces, anegan mi mirada!
Con frecuencia reitero mi sentada
En la piedra
que hay al borde del camino,
A meditar que habremos
Los españoles hecho para que la Patria
Tanto caiga de picado…
Pero, yo seguiré compartiendo
Mis vivencias que nacen
De mi amor y respeto
Por todas las
creaturas de
Padre Dios que está en los cielos
Que nos lo dejó muy claro:
“Amaos los unos
a los otros
Como yo siempre os he amado y perdonado”.