lunes, 17 de junio de 2024

 


UN HOMBRE BUENO Y SOLIDARIO

En el verano de 1,947, quiero recordar, me tocó ser Ayudante Escénico en las vacaciones, de González Marín en el Teatro Calderón de Madrid, donde le hicieron un homenaje al rapsoda cartameño. También nos acompañó en esta ocasión, Antonio López Plana “Antoñico”, acompañante de González Marín durante todo el periplo del peregrinar de la Virgen de los Remedios cartameña por América. Pero en esta ocasión, después de la actuación del recitador en el Calderón de Madrid, tenía que ir en su coche Hispano Suiza a Toledo que conducía Antoñico.

En el Entre-acto en el citado Teatro Calderón, acudieron al camerino, cómo en todos los Entre-actos, insignes personajes de la literatura, la poesía y, entre ellos, militares de alta graduación (Coroneles, Generales, Tenientes Generales y, hasta Capitanes Generales de regiones militares).

Recuerdo cómo, un General, creo que el General Asencio, le dijo a Pepe González Marín: “Pepe, nos hemos enterado que tú, de tu bolsillo estás ayudando a sobrevivir a los padres de soldados que se valían del jornal de su hijo, hoy soldado y, eso no es justo. Por ello te rogamos que cuando encuentres un caso en estas circunstancias, de inmediato le des una carta al soldado dirigida a su jefe militar y, nosotros, lo libraremos del Servicio Militar bajo la fórmula de Permiso Ilimitado para que, con su sueldo, pueda contribuir al mantenimiento de sus padres”.

Pepe González Marín libró decenas y decenas de quintos, por este procedimiento que el ejército consideraba ya, como un servicio a la Patria.

 

¡¡Callen pues, las acerbas calumnias al bueno y solidario, José González Marín, en su pueblo por envidia o algo peor!! ¿Qué hacían estos mal nacidos detractores  del más famoso de los recitadores de todos los tiempos en la conferencia magistral y de encomio en Málaga? ¿Quizás dar el pego a los conferencistas?

Se adjunta como elocuente testimonio una significativa carta.