domingo, 8 de septiembre de 2024



He tenido casualmente ocasión de hablar con un señor de los afectados por el reciente caso de una avalancha de Ocupas que en el Barrio de Arguelle de Madrid han invadido 12 domicilios familiares, con un nuevo método en la OCUPACIÓN, todos a la vez perfectamente sincronizados. Amén de este sistema los dueños de los hogares OCUPADOS han sido víctimas de malos tratos (vejaciones injustas, desaires dolosos, etc.etc.) y, por supuesto obligados a abandonar sus hogares con todo el cúmulo de despropósitos que sumen a las familias en angustias y riesgos de caer en depresión y en graves distonías neurovejetativas y somáticas.
Creo que los códigos y las fuerzas del Orden público tenían tipificados este delito como violación del domicilio, severamente perseguido y castigado. 
Pero eso fue cuando España estaba bien gobernada. Este es un problema de Molicie legal de los que tienen el deber de garantizar lo más entrañable y sagrado que tienen los seres humanos. Por doquier pasa don Pedro es abucheado y entre el vocerío se oyen calificativo de este tenor: 
"PINOCHO, PINOCHO, PINOCHO..."