El episodio
del que aquí me hago eco tuvo lugar hace pocos días en
Cártama cuando un prójimo, al que
cortésmente saludé y cuyo nombre omito para no poner públicamente en evidencia
sus pocas luces, me espetó de sopetón: “Vengo siguiendo todo lo que se está
sacando a relucir en el “ordenador” (así, como suena) por un tal Juanma , al
parecer de Alhaurín de la Torre, sobre González Marín, y ya está bien, Paco, de mover
tanto a González Marín que todos sabemos aquí quien fue, un cantaor de ópera
al que un día le dio a la gente por él, y ya deberíais dejar los muertos
en paz… por eso el Ayuntamiento hasta le ha quitado su
nombre al teatro”
“…Pero hombre ¿ tu
sabes lo que es poesía, o un pareado, o un soneto, una lira, o una décima o, al
menos, un romance, como el acá celebrado del Abencerraje y la bella Jarifa…?” le contesté. Y farfulló: “Paco, ni lo sé ni falta que me hace, yo sólo
se lo que dice el “As” y Pedro Sanchez…”
Palabrita del Niño Jesús que la cosa sucedió tal queda contada. ¡Que dolor, lo que están haciendo con España…!
No es la
primera vez que algún que otro aborigen
de este lugar suelta una paparrucha de
tal tenor; ello es el nefasto y nefando (algún día Dios les pedirá cuentas) fruto
de la cultura popular oficial que, cargada de
tendenciosidad ideológica sectaria
se viene impartiendo desde todas las plataformas de
difusión cultural y lectiva desde
que se implantó en tiempos de Felipe la Logse, y trajo para enseñarnos nuestra
propia historia a personajes de la ralea del hijo de la Gran Bretaña y pretendido hispanista, Ian
Gibson, el filosocialista que más embustes ha fabricado sobre García Lorca.