Por el camino agareno de subida a la Ermita de la Virgen de los Remedios cartameña y comarcana con nuestra dulce amiga, la poeta de raza, Celeste Torres, y ella me dedicó el más hermoso de los romances marianos jamás escrito a nuestra Patrona del que me siento orgulloso. Lo escribió en una noche y lo tituló, "El niño de la Virgen". ¡Quietos recuerdos del alma...! Sí, son fechas de recuerdos remansados que quiero compartir.