Distinguidos señores (sras): Con fecha 13 del cte mes de enero,
con el nº de Registro 2.017 dejé en el Registro de Entrada un escrito dirigido a todos los miembros de esa Corporación que
espero sean sabedores de su contenido: presuntas calumnias difamatorias hechas
públicas por el Cronista OFICIAL de ese Ayuntamiento en presunta connivencia, según se desprende del propio texto, con miembros de esa
Corporación, bien por acción u omisión.
Es evidente la intención del autor, o autores, de quebrar mi imagen y lesionar mi fama y honra para echarme encima la opinión
del pueblo en que he nacido y vivo, al que siempre he hecho bien con
aportaciones que no son de este momento consignar, pero que dieron lugar a que
ese gobierno municipal me ofreciera un homenaje público que por razones personales
desestimé.
Por dichas razones y otras que todo el mundo conoce, es
absolutamente injusta la falaz y malintencionada nota pública con los designios
aleves antes expresados, y, por el único motivo de haber grabado esta parte una
entrevista en la que, en uso de mis derechos de libre expresión (art. 20 de
nuestra Ley Magna y congruentes), expuse mi opinión de que el local que ese
Ayuntamiento ha designado para sede del anunciado museo de Cártama, no es
idóneo a tal fin.
Casi todos los partidos que forman parte de esa Corporación
tienen en sus filas algún profesional
del derecho en ejercicio quienes, a la vista de mi escrito y el SUPLICO del
mismo, sabrán valorar el trato injusto de que he sido objeto que, de ninguna
manera, es susceptible de que se le aplique el silencio administrativo; yo no estoy dispuesto a que así sea cuando lo
que está en juego es mi dignidad y buen nombre. CONSTE.