Miente
como un escocido el Cronista Oficial de la Villa, Fernando Bravo Conejo y, quienes
presuntamente pudieran sugerirle o dictarle sus escritos cuando, entre
otras descalificaciones, me acusa injustamente en una réplica ácida y soez a
una entrevista filmada mía. Lo hace con una retórica barata plagada de presuntas calumnias malintencionadas,
tales de ir “de pueblo en pueblo hablando mal del mío” y, no bien, como es
mi norma en todas mis charlas en Málaga y pueblos de su provincia y otras, sino
mal (El Pimpi, Ateneo, Generación del 27 etc. de Málaga, y, Estación de Cártama
varias veces, ambos Alhaurin, Alora, Coin, Pizarra, Antequera, Valle Abdalajis
( pueblo del cronista de marras charla sobre poesía en un ocasión), Villanueva
del Trabuco y de la Concepción, etc y, de otras Provincias, por citar algunas muestras,
Puentegenil, Lucena, Cabra, etc.).
Yo
reitero mi desafío firme a este pseudo erudito, recovero de fotos y escritor de “corto
y pego”, a que cite un solo pueblo (uno
sólo) al que yo haya ido a hablar mal del mío en vez de bien como es la verdad. Hablando en “roman
paladino”, no tiene huevos de demostrar ni con un solo ejemplo, las calumnias
que sobre mí fama y honor ha vertido por escrito y públicamente, escondiéndose después,
haciendo honor, no a su primer apellido, sino al segundo. Tengo hijo y nietos y
soy una persona honrada amante cien por cien de su pueblo y no puedo consentir
(¡faltaría más!) que nadie consiga con calumnias intolerables que “seré
recordado” según lo que él afirma de mí. Si no rectifica él y sus mecenas
políticos, va a temblar el verbo antes que a mis casi ochenta y seis años los
negros hados me hagan cruzar la Laguna
Esquicia en la barca de Caronte. Ahí queda eso errado (y herrado) Cronista amanuense.
Es muy grave lo que ahora de mí y antes de la historia de la Virgen de los Remedios
dijo. El hombre se distingue de la bestia por la palabra, y mentir es
prostituir ese don divino; sépalo.
Y le
recuerdo que le he tendido, públicamente, la mano para arreglar este asunto amistosamente
y, se ha escondido displicente y contumaz para que sus calumnias prospere
entre las buenas gentes de mi pueblo. ¡Oh Dios!: Pienso en que un día pudiera
surgir mi apellido entre alguien del pueblo ante mi hijo o nietos y, a tenor de lo que el Cronista Oficial (y al parecer suplente de Juez de Paz) ha
inventado se dijera que yo fuí una persona que iba tirando de pueblo en pueblo al que le vio nacer y vivió y, en realidad de verdad amó siempre profundamente y exalté siempre, incluso con varios libros definitivos, por donde quiera que he ido como buen hijo de él que soy.
A todo
esto, la entrevista que se me replica la sustancio con exquisito respeto a
mi Ayuntamiento y a mi pueblo, y lo que no gusta principalmente al consabido señor es que, atenido yo a mi derecho de libre opinión amparado en el art. 20 de la Constitución salvando el punto 4 del mismo precepto y ley, mantengo, y mantendré: Que el local que el Ayuntamiento ha dedicado para un museo de Cártama,
no es el idóneo para este pueblo habida cuenta de su colosal activo arqueológico e histórico.
Y, por eso, se me ha denigrado con
calculada falacia para echarme encima la opinión de mis paisanos, nada menos
que públicamente en las redes mediáticas. Lo dijo el Guerra: "Hay gente pa tó..."