Juan
Bedoya Vargas, cartameño cien por cien,
es amigo mío. En el concepto que él sabe tengo la amistad verdadera, con
ello lo he dicho casi todo.
Juan
Bedoya es de profesión cartero rural (ha
poco jubilado) y también labriego de
vocación y de hecho en su propia heredad familiar.
Y, esto
que sigue le avalora aún más: Es un hombre de notable cultura adquirida de
forma casi autodidacta a base de una fuerza de voluntad y constancia de eremita
del Medioevo, y una curiosidad mental sobresaliente.
Investigador empedernido, sobre todo de la Historia e Intrahistoria de nuestro
pueblo que hinca sus raíces en la noche de los tiempos, de lo que ha conseguido acopiar un archivo
imprescindible para los anales locales, y ello, a base de lecturas selectas y horas y
horas ente el ordenador en rebusca continuada
de cosas de nuestra Cártama por todas las hemerotecas digitales de España,
cuyos bellos frutos siempre tiene a disposición generosa de quienes tenemos hambre y sed de saberes, y quieren llevar llevar el agua al molino.
Repito,
Juan es AMIGO mío y gran persona notablemente culta; con ello está dicho todo
por esta parte. Me había propuesto y prometido expresar públicamente este mi
sentir hacia él. Dicho queda.