En Cártama los leñadores que suministraban la leña las tahonas para alimentar el horno del cocido del pan, acarreaban la leña perfectamente cargada en el hato de los burros con autenticas galumbas que parecía milagro el arte de la carga.
El "leñaor" salía al monte muy de mañana; rebuscaba los trozos de taramas o cortaba con sus herramientas ad hoc retamas, romero y, con sus corbillos, cortaban a los árboles las ramas secas que iban empañetando para, tras ello, cargarlas en los burros. Cada mañana la gandinga de cañas secas, las retamas y romeros, etc. quemadas en las tahonas do se cuece el pan inciensaba el aire imprimiendo al pueblo una fragancia belénica, Olor a pueblo. Otros tiempos que no volverán.