En reciente crónica me refería a la irresponsable y temeraria política de la
Junta de Andalucía sobre el gravísimo problema medioambiental que crean los
vertidos de aguas fecales por los Ayuntamientos
en ríos y cauces públicos, lo cual, si mal no recuerdo, podría ser delito y, en
ese sentido e intenciones, ha denunciado recientemente ECOLOGISTAS EN ACCIÓN a tres alcaldes y
concejales de medio ambiente del PP, con
tufos ello de selectivo; pero al zorro
maquiavélico por mucho que se tapaba las
orejas siempre se le veía el jopo.
¡Lagarto, lagarto!
Se ha impuesto, pues,
una más amplia investigación del grave
entuerto pora mí como cronista libre e
independiente que, sucinta y claramente, comparto hoy con quienes me lean.
“Los alcaldes de la mayor parte de municipios (todos
prácticamente, sean del PP o PASOE, etc)
del Guadalhorce que aún siguen vertiendo
sus aguas residuales al río por no tener depuradoras…están siendo
inspeccionados y sancionados por la Junta de Andalucía, a pesar de estar
pagando un canon de vertido” por no tener depuradoras de cuya confección se ha subrogado
la Junta de Andalucia a cambio del dicho
canon, que también lo pagamos los
vecinos de cada pueblo junto con el recibo del agua que nos cobra Aqualia, y
que significa un incremento sobre el importe del consumo de agua de un 20%, tal compruebo en mi factura de este
mes en Cártama, la Junta autoriza (cójanme este mosquito por un huevo: digo
AUTORIZA) a que viertan las aguas fecales municipales en el río.
Se habla de que la Junta lleva recaudados por el canon de
vertidos unos 900.000.000 de euros. ¿Dónde están? Y las depuradoras por hacer
cuando debieron estar terminadas hace diez años. Oposición de Cártama, indaguen
este grave problema y comuníquenlo a los vecinos, a los que nos rascan los bolsillos una gente de mal vivir.
El alcalde de mi pueblo, Jorge Gallardo, y siempre según las fuentes que manejo impresas, hace unos cuatro años se las cantó a sus
correligionarios, entonces mangoneando
en la Junta, de esta guisa: “…las aguas
residuales de Cártama en un 99% son vertidas sin tratar directamente al río…desde
hace cinco años recibimos una multa de
unos 6.000 euros al año que recurrimos por parecernos “no justa” que ha
supuesto incluso problemas con la Administración autonómica a la hora de
obtener subvenciones. He aquí explicado el kafkiano y rocino proceder de la
Junta. Multa a los Ayuntamientos por verter al río las aguas fecales que les ha
autorizado verter a cambio de un canon que cobra religiosamente y, encima, cabe
precisar que han azuzado ECOLOGISTAS EN ACCIÓN para que denuncien ante
Seprona el vertido a cauces públicos de tres Ayuntamientos, la que Seprona no tiene más remedio que admitir e, investigar,
y pasar el atestado del presunto delito al Juez; y, un juez, se sabe cuándo
empieza, pero no cuándo y cómo termina. Y, reitero, los Ayuntamientos denunciados según
la nota de SUR de días atrás, son todos del PP. ¡Lagarto, lagarto…!
Y, alguien dirá, “y la oposición qué…” En Cártama a la oposición
ni se le ve ni le espera, salvo a algún que
otro, de los más jóvenes que aún mantienen floridos ideales. Dios se los
conserve que falta hace en este país
gente con ideales cívicos y solidarios, o sea, Quijotes y no tantos Sanchos pancistas
que sólo piensan en sus ínsulas Barataria, o sea, en
la mamandurria.
Y, también se quejaba nuestro alcalde, Jorge Gallardo, de este despropósito de la Junta: “…es
totalmente absurdo que alguna de las multas haya sido porque uno de los colectores de
saneamiento que discurre por los arroyos que desembocan en río haya reventado unos metros antes de llegar al Guadalhorce y
nos multen por contaminar.
La Aldeasa de Alhaurín, Antonia Ledesma, afirmó hace algún
tiempo: “…no tiene sentido que los
mismos a los que pagamos por autorizarnos
a hacer una cosa nos sancionen por hacerlo” Y, así, la tira.
¡Pues sea!, vamos a decir algo sobre contaminación ambiental por culpa de la Junta
de Andalucía:
La mayoría de las acequias de riego de huertas de la ribera guadalhorceña,
nutren
sus caudales con aguas del rio en cuyo curso los labradores hacen presas en
precario para desvíar aguas a sus acequias y almatriches. Naturalmente, con
esas aguas infestas con alto grado de toxinas venenosas, se riegan, amén de cítricos
que pueden infestar su frutos a través de
sus vasos liberianos y leñosos, pueblas como lechugas, coles, acelgas, rabanillos, alcachofas, etc y, los
pájaros al nutrirse de frutos y gusanos
infestados mueren, hasta el punto, irresponsables y pancistas políticos, de que ya no quedan en nuestros
campos apenas pajarillos. ¿Dónde están las bandas de chamarines, trigueros, jilgueros, tordos, cogujadas, avefrías en este tiempo.
Han muerto envenenados. Son ustedes reos de la mayor catástrofe ecológica
silenciosa. Y, ¡oh Dios!, el rio va cada vez más contaminado hasta el edénico
paraje natural de enorme y rara fauna y flora que también lo tienen ustedes, políticos,
en grave peligro ecológico en su
desembocadura.
Y se dicen ustedes,
indigentes morales, amigos de la ecología, ¡¡¡mierda!!!
NOTA IMPORTANTE: Caigan en la cuenta de que al consumir verduras obtenidas en terrenos que riegan estas aguas existe un evidente riesgo, en no menos de un 70%, para la salud de las poblaciones ya que la contaminación con toxinas venenosas en incluso lavadas antes del consumo no se descarta en absoluto.
NOTA IMPORTANTE: Caigan en la cuenta de que al consumir verduras obtenidas en terrenos que riegan estas aguas existe un evidente riesgo, en no menos de un 70%, para la salud de las poblaciones ya que la contaminación con toxinas venenosas en incluso lavadas antes del consumo no se descarta en absoluto.