No, hoy no puedo pensar. No hago más
darle vueltas a una idea fija, y eso no
es pensamiento, es angustia, miedo, balance negro. Anoche Pedro Sanchez empleó
dos horas de comparecencia en la TELE para decirnos a los mayores que en la
escabechina que se avecina el coronavirus no iba a dejar vivo a un viejo. Le
faltó decir que España se ahorraría pensiones, medicinas y gastos sanitarios,
etc. y se podrían hacer apaños de ERE aún más rentables. Para paliar la
angustia me dediqué a hilvanar versos libres que, por supuesto enseguida van a
la papelera; verso del siguiente tenor que también, como a su autor, les
aguarda un “triste destino” cuando la más acusada furia del bicho vírico llegue
a su cenit, mas antes que después. En lo que me cagué prefiero no decirlo. ¿Pa
qué?. Por distracín los poemitas que me dequé a pergeñar eran del siguiente
tenor.
Ya no se puede decir “España mía”
Que eso es dolo de
lesa progresía:
Ahora débese decir
bien alto
Para que lo sepan unos
y otros
“en este país en que vivimos”
Ya solo quedamos
Sancho Panzas
Porque las izquierdas
de progresistas
Hemos matada a
Rocinante y a su amo
El caballero de los altos ideales,
Y de paso hemos quedado los
“ progres”
Con la
ínsula Barataria de linde a linde