De caza en el Cortijo El Pino, entre Casarabonela y Alozaina con un grupo de amigos: Diego Marín Sepúlveda, amigo del dueño de la finca en la que estuvimos tres días;Enrique Marín Rojas; rafael Marín Rojas: Fco Marín Morales; Vicente Castro García; Fco. Baquero Luque (servidor) y, un jóven familiar. Octubre de 1.949. De todos los presentes, ¡Oh Dios!, soy el único que queda vivo. Pero Amado Nervo me endulza el alma:
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
Las piezas cobradas fueron en su totalidad para gentes necesitadas.