Amigo,
tú me has preguntado
Y yo
te respondo a mi modo.
Repudio
las injusticias, y en virtud de ello,
Tenemos
razones para el corazón contrito.
Yo
no hablo palabras vagas,
Lo
hago con las más vivas
De
mi lenguaje claro y sincero,
Por
ello al pueblo a diario escribo,
Comprometido
con la verdad
Que,
¡vive Dios!, es mi mejor regalo.
En
mis retinas conservo
Luces
de estrellas y luna,
Que
me aclaran las ideas y por eso veo claro.
Cada
amanecer la bienvenida al sol le doy,
Embelesado
en la aurora
Que
por detrás de aquella loma
Asoma
con biznaga de diamantes
Rayos
de luz regalando.
Aún
amante de la Creación de Dios,
Cada
día lamento más
Vivir
hoy en un país de enanos,
E indigentes intelectuales
que de todo opinan
Sin
querer saber ni aprender nada;
Necesitamos
un Bahamonde, que montado
En
la bicicleta, le dé la vuelta a España
Enardeciendo
al pueblo que dormita derrotado.
Me
siento junto al que sufre,
Y no
otra cosa que empatía,
Puedo
dar a los desheredados
de
la opulencia mamandúrrica que desgobierna.