A los pueblos los han engrandecido o empequeñecido
socialmente siempre, el conocimiento que
sus habitantes tengan de sus propias raíces y de su devenir histórico.
Y la misma regla rigió, y rige, para el mosaico que con ellos como teselas forma
la nación.
Otro factor ontológico
determinante del grado de civismo y
nivel cultural de los pueblos, lo determinan las que a lo largo de milenios
fueron denominadas “minorías selectas”,
naturales y sin necesaria filiación “tribal”, o de grupo, cuya existencia se remontan a la Grecia
de Pericles que las hizo células capitales de la democracia pericletana, de la que se
derivaron la praxis de todas las posteriores hasta nuestros días
Porque solían ofrecer
con sus vidas y formación intelectual un
ejemplar testimonio, las minorías selectas de todos los tiempos fueron los hermanos
mayores ejemplarizantes moralmente y de acción
ciudadana y personales que
guiaron “naturalmente”, “sin mando coercitivo” a los pueblos.
Hoy, estas benefactoras minorías se han diluido en la común manada víctimas del nuevo y capitalizado
negocio que se trae la partitocracia que nos arruina material, moral e incluso higiénicamente,
pues sabido es que la gestión que han hecho en España de la pandemia, es la más
irresponsable y temeraria de toda Europa.
Una sociedad civil que se precie, no debe, ni puede estar sin
arruinarse al albur de una clase política que actúa y gestiona mirando más a sus
intereses de partido e individuales que a los de un país con cuarenta y siete
millones de almas a las que engañan, explotan y sojuzgan.
Prueba de todo ello es el asqueroso aquelarre que se trae el
gobierno con el “caso” del rey emérito, que a fin de cuenta habrá presuntamente
cometido una falta administrativa, pero
que no ha robado nada a España, sino unos dineros allegados fuera de ella; y si ha
de pagar algún impuesto se le exige, acordándose también que si España ha
tenido una democracia, en gran medida se le debe a él.
Pero (¡¡pero!!), de
alguna manera hay que blanquear la bofetada electoral que los españoles de Galicia
y Euskadi han dado a Pedro y sobre todo al malhadado “coleta zorro”, y para ello, pone en riego en estos momentos en que Europa también nos castiga por tan
mala gestión gubernamental, los destinos de la patria.
Y, una prensa
mercenaria haciéndoles el juego espurio
y faláz por esta pandilla de insensibles que
rigen los medios.
Estos dos malnacidos, en vez de resolverles a los españoles
sus problemas, se lo han creado y siguen
creándoselos y, lo que le cuelga, morena. Una cosa es de cajón: Son los peores
gobernantes que ha tenido España desde la invasión de Atila a hoy.