Por falta de espacio no se insertan cientos de cartas al director y artículos de este tenor.
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Por el irresponsable
affaire y aviesa intolerancia en la persecución por parte del Ayuntamiento desde
que Cártama viene haciendo desde que, con Escalona,
alguien propuso quitarle su nombre a la calle que lo lleva y romper con un
martillo su busto, el Ayuntamiento no
debiera intentar ahora intentar
capitalizar como salvador el nombre de
la persona a la que ante sus paisanos le ha destruido imagen, honra y fama de
la forma más injusta, ingrata y cruel hasta llegar al agravio comparativo más
lacerante.
En los
momentos en que se le cambiaba su nombre al Teatro que siempre lo llevó, tuve la honra de que la casa real me escribiera al obtener uno de mis
libros, e incluso en esos momentos, me esforcé en defender al Ayuntamiento de mi
pueblo, cosa que este está demostrando con sus lameculos y lacayos no merecer.
Las cosas han llegado a un punto en España, que llamarse, o ser de izquierda,
al contrario que antes, es un baldón.
En este
innoble y vejatorio entuerto del cambio de nombre al Campo de futbol, que sin él
no hubiese existido, ha llegado a todos los pueblos de España de los que
nuestro paisano era hijo adoptivo y, por lo que
he leído, están en reaccionar a
nivel nacional. También me he esforzado en explicar que erl asunto parte de una minoría de
descerebrados, y un pueblo de la Costa
me han contestado que “si en una habitación hay
diez persona y aunque solo fumen tres, cuando salen todos huelen a humo”. "Que ¿qué dicen los concejales de la Corporación...? Eso quisiéramos saber..."