La Corporación Municipal y el Alcalde a la cabeza saben y se lo pasan por semejante sitio lo siguiente: El Teatro-Cine José González Marín, lo compró el Ayuntamiento presidido por don José Escalona a su entonces propietario Diego Castro Villalba, su dueño entonces. Don Diego Castro lo tenía apalabrado a un comprador para hacer un grupo de viviendas, con lo que una interesantísima parte del acervo cultural tradicional de Cártama, se perdía.
El precio de la compra que hizo el Ayuntamiento del Teatro fue de siete millones de pesetas y, ya se disponía el Alcalde a pedir un préstamo de cuatro millones porque de los siete que costaba sólo tenía tres.
Eso llegó a oídos de don Ramón Soler (la familia Soler estaba muy agradecidos a don José González Marín quien, cuando ya estaba enfermo se trasladó Madrid para gestionarle a la familia Soler un coche Mercedes por lo que entonces se llamaba la Rama Oficial) porque en el comercio no oficial le costaba el doble
También hizo lo mismo con Juan Diaz Carrión, "Pitana" al que le gestionó la compra de un Camión Pegaso.
En Madrid, nuestro paisano se sintió muy enfermo y, unos amigos cartameños que vivían en Madrid, lo trajeron enfermo en un coche a Cártama y, al día siguiente nuestro paisano murió
Don Ramón Soler visitó al alcalde Escalona y le dijo: "don José, no pida usted un crédito para los cuatro millones que le faltan. Yo. se los traigo aquí a fondo perdido, pero pongo una condición: Que nunca se le quite el nombre del Excmo Sr. don José González Marín.
Luego le dijo al Alcalde: don Ramón, así será y, al parecer, así se lo hizo saber al Sr Garrido y a Jorge Gallardo y, éstos, lo primero que hicieron al obtener la alcaldía fue quitarle el nombre de González Marín al Teatro y, ponerle un espurio topónimo como es Carthima, que adolece incluso, de una falta de ortografía: en el Latín los nombres propios no llevan H intercalada.
Esto que digo es absolutamente cierto, porque, lo escuché de su propia boca a Escalona y al mismo señor Soler y, ahí queda esto para que lo juzgue el pueblo.
Está es la seriedad de estos individuos que nos gobierna, que hasta no han tenido miramiento de poner la efigie del Abencerraje y la Jarifa en la fachada principal del Teatro, para regodearse a costa de la Memoria Preclara del mejor rapsoda del mundo de todos los tiempos.
Soy incapaz de definir este obsceno y traidor entuerto de los políticos de Cártama.