En todo hay siempre plausibles excepciones. En lo que aquí argullo también.
Las asociaciones
civiles que en España van de poner orden en el desconcierto político que nos están llevando al carajo, actúan como
hicieron una familia campesina de acá
que vivía en el campo: Les despertó muy pasada la media noche, el alboroto de aleteos y cacareo de la puebla gallinácea; el
matrimonio y sus hijos en ropas menores llegaron al gallinero y, se dedicaron a recoger las aves del suelo y subirlos a los travesaños de dormida de
la colonia avícola que era parte importante de su activo campero.
Pero los simples, más
que simples diríase, campesinos, no se
preocuparon de la pareja de
coletudos zorros, los cuales,
poco más lejos engullían unas gallinas que se llevaron sin que los labriegos
los molestara. A la mañana siguiente, al
ir a la faena vieron el montón de plumas
de sus gallinas que, los zorros, tan tranquilos, se habían zampado.
Lo único que ya les era
posible hacer a los labriegos y labriegas era llorar ante las plumas de sus gallos y gallinas: “¡¡Ay
mis gallinitas que me ponían huevos y mis gallos que las pisaban para hacer echaduras y sacar pollitos de sus huevos..!!”
Uno de los hijos, ya zagalón, le dijo a sus padres: “¡¡No lloréis
ahora, que me quitasteis la zarasqueta ya engatilla que traía en la mano, porque os ha dado por pertenecer a esa
leche que es la sociedad protectora de
animales…”
Moraleja:
El raposo coletudo consabido se está comiendo una buena tajada de España, Pedro
Sanchez se lo pasa pipa decretándonos a los españoles lo que le sale de los
huevos y, el cobardíca de Pablo Casado, gritando en el Congreso pero por detrás
firmando todos los cheques en blanco que le dice Sanchez e Iglesias. Todo para que no le llamen facha,
cuando ser facha auténtico es lo más decente
que se puede ser en España. Y si no lo creen, vamos a las comparativas.