Amar, amar, amar siempre y con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo;
amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.
Y
cuando la montaña de la vida
Nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
¡amar la inmensidad que es de amor encendida
y arder en la fusión
de nuestros pechos mismos!