El trono de plata que José González Marín pagó para la Virgen de los Remedios porque el suyo antiguo se destruyó durante la guerra, fue expuesto, a petición del Ayuntamiento de Cártama, en los escaparates del comercio, "Almacenes Álvarez", en calle Granada-Plaza la Costitución de Málaga.
Ante
la perspectiva cierta de que este año (para mí que por primera vez en la
historia), no se va a poder celebrar de
forma habitual las fiestas de nuestra Patrona (Bajada de su Ermita, Procesión institucional
y Subida), quien esto escribe se propone ir regularmente recordando, negro sobre blanco, algunos de los conocidos “Milagros”
de la famosa Virgen de los Remedios de
Cártama.
En
este sentido, no se debiera haber
retirado de los muros de su Ermita, las
concreciones materiales (exvotos), que
son testimonios fidedignos e incontestables del alma individual de esos miles de devotos
receptores de favores divinos, inequívocos de la gracia milagrera de nuestra Virgen de los Remedios.
No se debe pretender que nuestra Patrona sea,
en mala hora, “objeto” de explotación
turística politiquera, cursi, ramblona y capitalizada al estilo de los tiempos de la “posverdad” que corren; la experiencia y
realidad de verdad nos dice con qué lamentables resultados.
El icono tenido por el alma popular desde siglos, como referencia divina en las entretelas del pueblo, merecen más respeto, y no ser paseada con el bastón de un alcalde, muy digno, cruzado en su pecho, sugeridor de emociones nobles espirituales. Los signos politiqueros sobran y, desdicen del genio del pueblo. Con esto que digo no ofendo; la verdad respetuosa nunca ofende.
El icono tenido por el alma popular desde siglos, como referencia divina en las entretelas del pueblo, merecen más respeto, y no ser paseada con el bastón de un alcalde, muy digno, cruzado en su pecho, sugeridor de emociones nobles espirituales. Los signos politiqueros sobran y, desdicen del genio del pueblo. Con esto que digo no ofendo; la verdad respetuosa nunca ofende.
Los
milagros que la gente sencilla, de alma aséptica, le atribuye son, aunque intrínsecamente
personales, ciertos. Yo mismo he sido testigo de hechos extraordinarios o milagrosos, de los que me
voy a permitir rememorar algunos:
El día
27 de agosto de 1.936 (para no farragar omito detalles de interés narrativo),
se llevan a mi padre junto a otro vecino de Cártama , en sendos coches y un
total de once milicianos, a matarlos en la explanada del Arroyo de la Moras, poco antes de llegar
a Santa Rosalía, o Maqueda.
Mi padre que llevaba
las manos amarradas en su espalda, logró desatarse y, siguió sin denunciarse hasta que, llegado al
matadero, los once milicianos con sus
armas engatilladas rodearon el coche en el que llevaban a ambos detenidos;
abrieron la portezuela y: “Frasquito, abajo que te vamos a ajustar las cuentas…”. Los brazos de mi padre que se abren, un
puñetazo a la quijada del que le había hablado, un miliciano rodando por el
suelo, y el resto que reculan
sorprendidos, lo que mi padre aprovecha y corre, para por segunda
vez en su vida, escapar de la muerte por pies.
Es perseguido por once
bocas de fuego a tiros limpios durante dos kilómetros, sin que ninguna bala le
alcance en su zigzagueo. Cruza, con el agua al pecho, el cao de Rubira y, después,
el Guadalhorce para internarse en la serranía que fue su asilo
durante siete meses… He aquí el milagro: durante el “paseo”, una esposa, una
hermana y dos hijitos bajo los brazos de ellas,
hincadas de rodillas, pedían con
fe ante un cuadro de la Virgen de los Remedios (mientras la imagen de Ella
cruzaba el Océano Atlántico en el barco, “Cabo Santo Tomé”, huyendo sobre las
olas, como mi padre por el Arrollo de la
Moras, de la muerte.
Y, la Virgen de los Remedios, oyó los ruegos
de aquellas almas atribuladas e hizo el
milagro de que mi padre se salvara de la cortina de tiros que le siguió hasta
que alcanzó la sierra. Este es el hecho, y, para más elocuencia, cuando iba
corriendo sale un hombre de una casa escopeta en manos, y le tira dos tiros de perdigones del 5, de
los cuales, tres le alcanzaron en su cabeza haciendo que se tambaleara, pero
la Virgen estaba por medio, y pudo seguir su huida…
Este es el hecho irrefutable porque la voz popular y poetas y cronistas, dieron testimonio de él;
ahora, sin más detalles, ¡que los hay, obviamente!, que cada cual juzgue...
Otro: José González Marín, fue víctima de una enfermedad
gravísima durante sus actuaciones en
Madrid. Los médicos capitalinos de mayor renombre le dijeron que no tenían
solución para ella. Estamos hablando de 1.935. Llegó a Málaga en coche y se
puso en manos del célebre cirujano don José Lazárraga (al que se le murió tras
una cogida el torero El Litri, porque se le gangrenaron las heridas); Lazárraga operó a González Marín a
vida o muerte. Pero según el propio galeno, Gonzalez Marín se le quedó prácticamente
en las manos. Toda la prensa de España dio la noticia de la muerte del genial
actor cartameño (oh, Cártama…), que ratificó con su parte el cirujano (yo tengo
los recortes de prensa dando la noticia
de su muerte). El milagro: A mí, mi amigo del alma, me contó llorando como la
Virgen se le apareció a los pies de su cama y le dijo que lo iba a salvar…” y, lo
salvó. Luego él, salvó para Cártama, a su Patrona Ntra. Señora de los Remedios y su tradición de siglos. ¡Oh,
Cártama…!
ANUNCIO: que cuando
termine esta serie historiológica, posiblemente deje de escribir en Internet, aunque por supuesto, sí en mi blogs;
ya ampliaré: Yo he dedicado mi vida a mi pueblo ( haré oportuno balance escrito de
ello), y el respeto a mi propia estima no me permite tolerar insultos por el delito de decir
siempre la verdad. ¡Pero!, vaya por delante mi agradecimiento a los directivos
de “Cártama no sólo fotos”, Juan Gutiérrez, Pablo Rebollar, y otros cuyo nombre
lamento no recordar en este momento, quienes sabiendo como pienso y mi insobornable apego a la
verdad, siempre me abrieron las puertas de este grupo mediático. Pero antes,
si me lo permiten, seguiré compartiendo
con nuestros paisanos cosas de nuestra Patrona la Virgen de los Remedios, que por mis
años, he vivido y conozco. Gracias. (Perdonen
posibles lapsus de redacción).
rancisco Baquero Luque Quiero aclarar sin demora que los exabruptos a que me refiero no han sido desde las páginas mediaticas de las redes, sino por el correo interior y otros recursos inaceptables, que no alcanzan a producir mella ni desasosiego en mi, sino simple rechazo por injustos.
rancisco Baquero Luque Quiero aclarar sin demora que los exabruptos a que me refiero no han sido desde las páginas mediaticas de las redes, sino por el correo interior y otros recursos inaceptables, que no alcanzan a producir mella ni desasosiego en mi, sino simple rechazo por injustos.