El que tiene hambre y sed de verdad
se extraña hoy del común; es nota
discordante en la sociedad civil. Pero la verdad tiene tal grandeza per se, que
hace sentirse gigante, y quizás en casos privilegiados serlo, a quien la cabalga en su breve estancia por
este, muchas veces, valle de lágrimas.
Por el contrario, la mentira
empequeñece al embustero, y como no se le desmenuce, desmenuza a quien por ella es señalado. Si son
gobernantes, en vez de mundos divinos,
hacen diablos mundos como, hoy por hoy,
estamos viendo nuevamente en fiel calco de lo que sucedió en la etapa final de la nefasta y
nefanda república.
He podido ver hoy en un medio
periodístico, una foto de Pedro Sanchez con los Reyes de España, y, él, el Rey,
llevaba en su solapa un tip que reproducía un tricornio de la benemérita Guardia Civil. Sin palabras el Reya ha dejado claro que está de parte de la verdad y,
en la foto, le pone cara circunspecta al embustero.