Vomitivo desprecio merecen unos
políticos ensucia patria que, a golpe de dádivas (con cargo a los depósitos públicos) a
empresas mediáticas sin escrúpulos y a
golpe de click han
creado una posverdad de los hechos, adaptada a los dolosos y espurios intereses de los partidos y
personajes políticos en cada momento.
Esto construye un panorama intelectual y emocional en las gentes que les
anula su auténtica personalidad humana y entidad espiritual, dejando de ser conscientes de la realidad de verdad de las
cosas que sustancian sus vidas. Es la más sutil perversión de la Historia que recibirán
las generaciones que nos sigan.
¡¡¡¡Qué crimen de lesa humanidad y lacerada patria!!!!