De izquierda a derecha: La alzacola y el Cuco.
Siempre, en la apreciación campesina, se establecía una cierta paridad entre algunos "pájaros" y los políticos; en todos los tiempos cocieron habas. y la casta política era tenida por una especie de "pájaros de cuidado."
Se decía, "ese es un alzacolo", del indivíduo de catadura inconstante, incoherente, hoy dice una cosa y al rato sobre lo mismo dice otra, sin cuajo ni carácter, inepto, chiquilindongui y macandito, un tontaina vivalavirgen en una palabra. Alguien así como Garzón el ministro de turismo.
Y, decir de alguien, "ese es un cuco", era tanto como llamarle, por poner un ejemplo, un Pedro Sanchez o una Zapatero: embustero, fanático, traidor y con un ramalazo patológico pero irregular en las revisiones al siquiatra, avaricioso e indigente moral. Este pájaro, el cuco, es tan cuco, que va poniendo sus huevos en los nidos de otros pájaros nobles, como el verderón, el chamarín o el "tontito de los álamos blancos para ahorrarse incubarlos él en su propio nidal cuya construcción también se ahorraba en el colmo del egoísmo.
Hasta el canto del cuco es zaragatero: "Cu co, Cu co, Cu co...", el del alzacolo en cambio es dicharachero: "Aluí ali, aluí ali..."