Cártama y Los Trinitarios.- En su Magníficat la propia Virgen María, Madre
de Cristo, proclamó que todas las generaciones la llamarían bienaventurada.
Durante siglos las imágenes que
recuerdan a María de Nazaret, no llevaban título alguno y, se distinguían una de otras por el nombre del lugar en que
era venerada: Virgen de Utrera, Virgen de Lucena, de Cabra, de Monserrat, etc.
Pero, al aumentar la devoción mariana a
partir del siglo XII, dio origen a las advocaciones que después tanto se fueron extendiendo,
principalmente por el ascendiente de las
Órdenes Religiosas y, más aún, por la
aparición de un gran número de Cofradías cuyo nombre coincidían con el del
Santo titular.
Ya
Juan del Encina, 1,469 -1,529, preconiza
el don “remediador” de la
Virgen Madre, con estas estrofas.
“Pues Tú, Reina
del Cielo,
Tanto
vales
Da “Remedio” a estos males…”
“Remediadora
de males” la proclamó el poeta citado hace cinco siglos y, en coherencia con el
sentir popular y la historia mediadora de la Patrona de Cártama, es una de las
que el pueblo llano le atribuye más intervenciones “remediadoras”. basta con contemplar los miles de exvotos de personas anónimas que cuelgan de sus muros, si no los han quitado, cual en la década de los sesenta se quemaron las banderas que los presidentes de todas y cada una de las repúblicas y sus ciudades y pueblos le regalaron a nuestra Patrona peregrina por aquellas lejanas tierras, en calidad de devoción y hermanamiento con España, ¡¡a través de la Patrona de uno de sus pueblos, Cártama, la ingrata madrastra!! Lo ha demostrado con su hijo egregio de bondad, con el "caso" cobarde de las Banderas, el oprobio del cambio de nombre de su Teatro y el ruín agravio comparativo con el nombre del Campo de Futbol, cuya construcción fue idea de cartameños entusiasta y, del alcalde Romero (quiero recordar), pero fue posible (ello lo viví activamente) por la ayuda de González Marín. No es momento de decir más.
Ya se
sabe del milagro cuando la epidemia de peste en Cártama en 1.579 cual recoge la
tradición y los escritos municipales que de este caso sí existen.
La
palabra del “Remedio” viene de la raíz RE-MEDEOR, que equivale a medicina, modo
de curar y sanar extensible a cualquier medio para evitar, o reparar, un daño
físico o espiritual y, es el de Remedio” o el de “Los Remedios”, título que
llevan también muchas imágenes marianas de hospitales, asilos, hospederías,
albergues de pobres, etc. Y en sentido análogo y más amplio la Virgen María
fue, y es, invocada por el pueblo cristiano para que le remediase y remedie),
librase (y libre) de toda clase de males
y calamidades, como las sequías y otras
adversidades de los pueblos campesinos.
Bibliografía:
< Gaudio est espes (Concilio Vaticano II)