INTRAHISTORIA



NUEVO TRONO DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS



Cuando la Virgen de Los Remedios volvió de su periplo por todas las repúblicas, cuidades y pueblos de iberoamerica, desde la primera semana de 1.936 al día 20 de diciembre de 1.937 (año y medio), su Ermita había sido devastada y su antiguo trono de plata expoliado. Aquél devoto, paje y juglar singular, hijo de Cártama, José González Marín,se dedicó en cuerpo y alma a restaurar la Ermita y construirle un trono de plata a la Virgen de todos los cartameños, que él había salvado de ser quemada. restañando así la secular y hermosa tradición de su pueblo, que trágicos avatares de la historia había cercenado de cuajo.


Verso a verso, estrofa a estrofa, canción a canción, soneto a soneto, romance a romance... por todos los escenarios de Andalucía, fue allegando fondos con su arte y su emoción de hombre de bien , hasta conseguir que, aún a los 75 años de aquella odisea única en la historia de España, cuando sus paisanos, EL PRÓXIMO DOMINGO 6 DE JUNIO DE ESTE AÑO DE 2.010 SUBAN A SU PATRONA EN OLOR DE AMOR MULTITUDINARIO, sepan que ese hornazo de plata en que ELLA es trasladada, como la tradición que acoge el acto, se debe a aquel pregonero del bien y el amor irrepetible, que merece ser tenido como un hijo más de su pueblo, al que dio fama y prestigio por el mundo entero.


´La nota que aparece arriba, es la que figuraba unida al recien construído Trono a que nos referimos, por plateros cordobeses, que pagó el eximio aedo cartameño, y, que al venir de Córdoba estuvo expuesto al público en Málaga, en los escaparates de los almacenes Epejo Hermanos en la Plaza de la Constitución de la capital. Muchos ctameños cedieron objetos de plata, medallas, etc, que están fraguados en el trono actual. Baste por hoy este emocionado recuerdo a un amigo que merece reconocimiento, y del que tuve la suerte de ser AMIGO. Seguirá esta apasionante historia.


RECONOCIMIENTO. A vosotros, Antonio Fuentes, Juan Andrés (oh Juan Andrés manita de ordenadores), Esther, Srs. de Atalaya, de Vista Vega Cártama, Fernando Bravo, Juan Martçin, Juan Bedoya... que me habeis animado a proclamar la verdad de nuestra historia local segun mi leal entendeer y saber, y a no sentirme solo en el empeño. Gracias

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COSAS DE NUESTRA PATRONA: COFRADÍA ANTIGUA



Existen en este archivo personal testimonio documentales de que la Virgen de Los Remedios de Cártama tuvo en una época, no excesivamente remota, su Hermandad y Cofradía siempre con un fin social (de ayuda material y moral a los más necesitados)que se explicará en otra ocasión. De aquel espíritu solidario nos queda aún las manifestaciones de condolencia multitudinario en los duelos y desgracias personales. Como testimonio documental ---uno por muchos--- adjunto aquí copia de un legajo del Archivo Catedralicio referido a Cártama fedatario de lo antes dicho.

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MANTO DEL AGUA DE LA VIRGEN

El manto a que se alude en la nota anterior, pese al tiempo transcurrido y a que todos los enseres de la Virgen fueron quemados durante la aciaga y fraticida guerra civil espoañola, fue salvado por algún devoto (a), quien cuando la Virgen volvió de América en los brazos de su salvador de la quema, José González Marín, lo devolvió a la Iglesia. Se conserva en el actual museo de la Virgen en la Iglesia Parroquial de San Pedro de Cartama.



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CISNEROS PARTE DE CÁRTAMA A LA TOMA DE ORÁN


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CURIOSIDADES CARTAMITANAS


Fueron aquellos años primeros del cambio político en España, cuando el nombre de nuestra flamante constitución se le impuso en cada municipio a alguna rua importante ó, se levantó un monumento en su honor.

Regía entonces los destinos de Cártama el cura-alcalde, José Escalona Idañez y, ya conocemos a nuestro caro amigo: él quiso que el simbolismo constitucional en Cártama sobresaliera de lo común. Dicho y hecho: Traslada su original concepción de la cosa al perito municipal, nuestro buen amigo, Joaquín Ortega, quien, al hilo de lo concebido por el edil mayor, lo interpretó arquitectónicamente de la guisa que aparece arriba.

Por entonces hacía furor en las salas de cines de toda España una película que recogía el argumento de una novela de Camilo José Cela, bajo los auspicios del autor malagueño, Alfonso Canales, titulada, "EL CIPOTE DE ARCHIDONA". Según infirió la gente llana del lugar, el emhiesto monumento cartameño obedecía a un pique de Pepe Escalona que se dijo para sus fueros, y para sus foros: "pa cipote, el mío, o sea, el de Cártama". Cuando su magín cobró luz y cayó en la cuenta del cachondeo, más que justificado, que aquélla alegoría interpernal había suscitado, de inmediato ordenó que se echara abajo más que de priesa. Y ahí quedó la alcaldada de marras. Es historia y, la historia, según Cicerón, es maestra de la vida. Téngase en cuenta, siempre.

No sólo en tiempos del ínclito Escalona, y en estos que lamentamos, ocurrieron cosas dignas de una antología del cachondeo: También habremos de hablar en su día, por ser historia (de la que en este blogs no nos vamos a salir), de las ocurrencias de doña Leo y Juan Carlos, Reme Vargas etc: Aquéllas pasturas a nipones a base de chivos a gogó que terminaron podridos (dicen), en los frigoríficos porque los comensales hijos del celeste imperio resultaron más vegetarianos que carnívoros; ó los "recovecos" del Parque Agroalimentario, y, la historicida demolición con nocturnidad y alevosía de la ancestral Ermita de Casapalma.

Por si algún curioso (a) quiere tener una mera idea del argumento de la dicha obra, se trata de una pareja de novios jóvenes que van al cine en Archidona; se arrebujan en los mútuos costillares, y ella, en un arrebato tórrido echa mano a la bragueta del novio, y, a saber que haría, pues el álbeo chorreón imapactó en la melena rizada a la "permanent"y espaldas endonmingadas de la ocupante de la butaca de delante y, ¡allí fue troya!. Se colige, infiere y precisa que Pepe Escalona habría visto la excitante película por aquellas calendas.

Querido amigo Pepe, no te me cabrees, que amén de historia, es coña, que no viene mal en estos tiempos de crisis.

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CADA PUEBLO CON SU AUTOESTIMA


El actor, Manuel Luna, caracterizado de Espronceda . Aparece en esta fotografía un autógrafo que reza: "A Pepe González Marín, amigo de toda la vida con el cariño de siempre". 






La Fundación García Aguera de Coín, barriendo para adentro trata de demostrar con añejos legajos, incluso agenciados fuera de esta localidad, que el poeta, José Espronceda ---uno de los máximos exponentes del romanticismo español---, que nació en Almendralejos (Extremadura), llevaba en sus venas sangre coineña y, que por tanto, forma parte del linaje de personajes ilustres de la vecina villa.
Otro tanto hace Alhaurín el Grande rindiendo recientemente homenaje al hijo adoptivo de aquella localidad, nacido en Cártama, José González Marín.
Como cartameño que quiere a su pueblo y a su enjundiosa historia, no voy a sacar conclusiones de los datos antes expuestos, por sí mismos ya son elocuentes, pero deben saber esos pocos que denostan a sus preclaros paisanos por razones inconfesadas, y casi seguro inconfesables, que a quien perjudican es a nuestro pueblo, Cártama.

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OFICIOS ANTIGUOS: LA CORNETA DEL LISTRE, "PESCAERO"

Artículo dedicado a este "pescaero" peculiar, de Cártama, en el Diario SUR de Málaga por este autor en octubre de 1.978, que se inserta en el ambiente localista de la época, cuando, Cártama, aún tenbía "sabor a pueblo". Son de esos artículos que se escribían a pie de tajo, sin mayor preocupación de las normas semánticas, sino la de enviar cuanto antes la noticia al periódico.


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ANTIGUA SEMANA SANTA DE CÁRTAMA



Fue el año 1.929 el último en que se celebraron los actos de la Semana santa en Cártama, pueblo que siempre tuvo una acendrada tradición semanasantera, que el pueblo solía vivir con gran interés y fruición religiosa, plasmado ello en diversos actos de fervor y participación popular: Los “pasos” y las procesiones de imágenes; de éstas contaba con algunas de interés artístico.
















Hablando concisamente de los “pasos”, participaban en ellos gentes del pueblo que tenían su propio vestuario, consistente en:

Túnica hebrea, vestidos de sayones, de romanos, de caracterización de los apóstoles, apóstoles, caretas de cartón piedra, sandalias, etc. Todo ello pasaba de padres a hijos o algún familiar vecino con dotes interpretativas.


Las caracterizaciones y representaciones incluían el diálogo entre los “actores”, y se llevaban a cabo por algunas calles de la villa, cuya arquitectura ancestral constituía un fondo o escenario muy parecido al de la Galilea en que tuvo lugar la vida y pasión de Jesús, que se trataba de reproducir por aquellas fechas antañonas en Cártama. Estos actos, siguiendo el rol que Claudio Roldán aporta al libro, “Semana Santa en la Provincia de Málaga”, editado en 1.994 por el Obispado de Málaga en colaboración con la Universidad de esta capital, consistían en:

1º.- Sacrificio de Isaac
2º.- La samaritana y Jesús en el brocal del pozo
3º.- María Magdalena como mujer pecadora y arrepentida (1)
4º.- Las negaciones de Pedro
5º.- Juicio de Jesús ante Anás, Caifás y Pilatos (2)
6º.- Ecce homo: Presentación al pueblo
7º.- Jesús camino del calvario.
8º.- Las tres caídas de Jesús. La Verónica.
9º.- La crucifixión
10.- La Resurrección en el interior de la Parroquia.

Obviamente, para realizar este dilatado programa de actos a tenor los libros sagrados, la participación de gentes del pueblo era realmente nutrida en cuanto a acores, como multitudinaria en el acompañamiento, prácticamente todo el pueblo tirado a la calle para darle esplendor a sus fiestas mayores tras la de la Virgen de Los Remedios.


Siguiendo la misma fuente escrita antes citada así como el dictado de la propia memoria y la tradición oral, aparte de los actos citados también se celebraban en Cártama procesiones según el siguiente ritual:


Jueves Santo: “Coronao” (Jesús coronado de espinas), titular de la Cofradía de los “verdes, que salía de la Iglesia Parroquial a la caída de la tarde.

Viernes Santo: Jesús con la Cruz a cuesta, Titular de los “moraos”, talla que se salvó durante la guerra civil y se puede admirar en la Iglesia Parroquial en un altar a la entrada a la izquierda. Es una talla de gran valor artístico realizada por el célebre escultor, Fernando Ortiz (1.717- 1.771). El actual retablo lo hizo el alarife cartameño, Fco. Cañamero Gutierrez, pagado en su totalidad por José González Marín.
También el viernes santo salía por la noche la procesión del Santo Sepulcro y la Vigen de los Dolores
Durante las procesiones se cantaban saetas a los titulares por cantaores locales que, aunque no profesionales, tenían una enorme maestría, como Pintana, Frasquito “La Corní” y, la célebre cantaora de saetas (ganó en una ocasión el primer premio de saetas en Sevilla), Mariquita la del Terralo, ó, “La Terrala”.

Y, el Domingo de Resurrección por la mañana salía la procesión de Cristo resucitado.
Existía una vieja tradición, hoy lógicamente desaparecida y de la que tan sólo guardan memoria los mayores del lugar: En especial los niños y adolescentes amarraban con alambres o tomisas cuantas latas podían encontrar por los arrabales, y tirando de ellas en veloz carrera las arrastraban por las calles del pueblo produciendo un enorme ruido con el pretendían celebrar la Gloria del Cristo resucitado. A efeméride se le llamaba e,l “día de las latas”.
Todo este rico acerbo tradicional y religioso, se perdió durante la cainita guerra civil española de 1.936.

No merece la pena (fue, eso, una pena) relatar el intento de resucitar estas tradiciones, que llevaron a cabo los representantes vivos de aquellas viejas cofradías. Se iniciaron estupendamente y el pueblo participó (era por los finales de la década de los años cincuenta y principios de la de los sesenta del pasado siglo), con enorme entusiasmo en los preparativos, pero un incidente público entre el párroco y los componentes de la hermandad de los “verdes” terminó radicalmente con aquella prometedora iniciativa. Hoy quizás sea Cártama el único pueblo de la provincia que carece de manifestaciones procesionales de Semana Santa.

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¿SOMOS HOY MÁS FELICES?


Navidades de 1.931. Haciendo buñuelos (estampa)
En aquellos años, las cosas eran más auténticas pese a la falta de medios.Y, al contemplar hoy una escena hogareña de datas antiguas, cabe preguntarse: ¿Vivimos mejor que entonces, ó, solamente estamos mejor debido a los adelantos técnicos? Una cosa es estar mejor, y, otra muy distinta, vivir mejor. La faz de las señoras de la fotografía (una de ellas con 6 hijos) podría, quizás, darnos la respuesta;irradian paz y sociego interior en navidades pese a que, probablemente, el único extra que le permitan los medios materiales de la época sean: Un humero alimentado con leña, un lebrillo donde labrar la masa para los "guñuelos", una sera llena de mazorcos que avivan el fuego y, unas sillas bajas de anea. ¿Podían ser felices los seres humanos de entonces en estas circunstancias? Miremos bien la mirada y la serenidad del rostro de estas cartameñas de entonces, porque a poco perspicar que seamos, posiblemente obtendríamos en ellas la respuesta.Ya lo dijo el filósofo: "La felicidad no consiste en las muchas cosas poseidas, sino en saber gozar de las que se tiene" Estos tiempos de consumismo, ausencia de valores, nihilismo y búsqueda desaforada del "bienestar", dan una felicidad sospechosa y, por supuesto, caduca.

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LA CULTURA VISIBLE EN LA CÁRTAMA ACTUAL

Insistamos en ello: No serían suficientes varios abultados tomos para contener escrita la vida y el arte singular, noble y único de un personaje, como José González Marín, nacico en Cártama, a la que en todo momento quiso brindar (¡que buen señor...!), el constante clamor de sus multitudinarios triunfos, que durante más 40 años fue cosechando initerrumpidamente por todos los paises, ciudades y pueblos de tres continentes.

Sin embargo, paradójicamente, desairando incluso a Su Majestad la Reina de España, Doña Sofía, que implicitamente aconsejó que siguiera llevando el nombre del egregio cartameño el Teatro que, hace 42 años, Cártama erigió para honrar y celebrar a su hijo predilecto favorecido por el gobierno de la II República con las más altas condecoraciones que se otorgan a un civil, su nombre ha sido quitado de dicho coliseo. Razones habrá, aunque las ignoramos. Si las razones de tan enorme entuerto son infundadas , éste no tendría perdón electoral.





Al escribir, o conocer, la biografía del ínclito cartameño de famia mundial, de facto estamos conociendo y percibiendo el hálito de la historia poética, cultural y social de la España de la primera mitad del siglo XX, pues como podemos leer en el suelto periodístico inserto arriba, y en miles más de la época, nuestro paisano fue admirado y querido por su arte y bondadosa condición humana --¡dejen de calumniarle los que no le conocieron, ni saben lo que es una lira, una silva, un pareado o una quintilla!---, por Presidentes de Repúblicas (entre ellos los de España), Reyes, poetas --sus "hermanos", según le proclamaron por el bien que les hizo con su arte y con los arpegios de su voz--, artistas, pensadores, y, sobre todo, por el pueblo liso y llano al que llevó la poesía de nuestros poetas más excelsos de forma asequible, redimiéndola para el acerbo popular, su auténtico dueño, de las cobachuelas en donde la tenían secuestrada los intelectuales.

Aunque también debemos parar mientes en que probablemente tengan sus razones (aunque sean torticeras), quienes quieren borrar la memoria del genial rapsoda de la historia de su Cártama natal, pues siempre los vanidosos egotistas (y no nos referimos ahora a los políticos de turno), expanden murmuración contra sujetos de méritos sobresalientes creyendo que ellos les pueden disputar, incluso después de muertos, como es el caso, la admiración pública. Puede incluso que desestimen la cultura de la gente de su pueblo y que crean que, enm efecto, nadeando a los que valen más que ellos sobresaldrán y por tanto, los que sean de la política, serán favorecidos, por méritos de tal tenor, con el voto de la ignorancia que es lo que en su fuero interno creen que está sumida la gente de su pueblo. El Benedictino, Benito Feijoó ---que, por cierto, desde el siglo XVIII tiene una calle en Cártama que la gente llaman, "calle del fijo"(diremos en su día por qué se le puso tal nombre)---, decía en uno de sus cientos de libros: "No se ve otra cosa en el mundo, sino perversos exaltados y virtuosos abatidos; la lisonja y el engaño dominando; la verdad y la horadez gimiendo" Así lo dijo este sabio español del siglo XVIII.




Sí, a lo mejor llevan razón estos tales creyendo que Cártama entera admite y acepta como conveniente para nuestra imagen y propia estima que se vitupere y olvide a hijos de esta hidalga tierra que le dieron prez y fama por el mundo entero. A lo mejor, aunque mucho es de temer que más seguro sea, a lo peor; a saber...



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¿POR QUÉ TIENE FEIJOO UNA CALLE EN CÁRTAMA?

Imperfecta fotografía tomada de un libro de texto de literatura del plan 1.938

Lo prometí días atrás en estas páginas, y lo cumplo: Hablemos de Feijoo (no "fijo"). Es ASUNTO CULTURAL Y DEL DEVENIR CARTAMEÑO, DE INTERÉS: 

Estamos ante otro apasionante personaje, que sin ser cartameño, mereció que en el siglo XVIII se le dedicase una de las calles de Cártama: El Benidictino fraile, Benito Jerónimo Feijoo. Por esa razón, he dedicado un tiempo en recordar al sabio benedictino tal me lo enseñaron en 6º de bachiller allá por el año 1.946, con la particularidad de que en el exámen de revalidación de bachiller me tocó desarrollar su obra y su biografía, pura casualidad pero siempre me picó la curiosidad intelectual el hecho de que a este polígrafo (científico, literato, filósofo, ensayista, polemista, poeta, etc), se le hubiese dedicado una calle, precísamente, en Cártama, mi pueblo, en tan lejanas datas. Yendo por partes, de él conviene saber, al menos sucintamente:

a) Una vida provinciana: Nacido en Casdemiro (Orense) en 1.676, abrazó la orden Benidictina y fue profesor de la Universidad de Oviedo, en donde siempre permaneció alejado de la Corte entre sus libros y sus cartas.

b) Curiosidad universalEn contraste con esta vida retirada, Feijoo --en Cártama a su calle le llaman "el Fijo"-- nos muestra el espectáculo de su curiosidad intelectual, que no conoce límites ni fronteras. Todo lo que ofrece algún interés en el pasado o en el presente, en la ciencia o en las artes, en la vida o en las costumbres, es objeto de la atención de este doctísimo benedictino.

c) Actitud intelectual del padre Feijoo: Hace en sus escritos una crítica de los conocimientos llegados a él, exigiendo que dichos conocimientos no se apoyen en la rutina, la vaciedad gleval, la superstición, la ignorancia atrevida y la pedantería que en su tiempo impregnaban las ciencias, lo que después se llamó, y hoy se podría llamar también, "eruditos a la violeta". Entre otras supersticiones inconcebibles en época aquella que ya se podía considerar moderna, Feijoo atacaba la creencia en sátiros y neréidas, en echadores de cartas, en los exorcismos y en la milagrería de dusosa base teológica, en las brujas y curanderos, y, en suma,la confusión entre la fe lúcida y la superchería.

Su obra fue muy extensa y está contenida en dos libros capitales: TETRO CRÍTICO UNIVERSAL , y, CARTAS ERUDITAS Y CURIOSAS. Se necesitaría un tomo para describir la obra del célebre fraile científico. Baste por hoy lo dicho, para, en otra entrega, exponer las curiosas razones de la relación de este sabio con Cártama, hasta el extremo de merecer la nominación de una de sus calles hace ya varios siglos. Solía invocar una frase de Séneca: "Aestimes judicia, non númeres...",que traducido significa: "El valor de las opiniones se ha de computar por el peso, no por el número de los opinantes" Lo de, "vox pópuli, vox Dei", es falso: Desde tiempo inmemorial la "vox populi" de Cártama llama a esta calle , "del fijo", y no Feijoo. 

Por supuesto, que cualquiera podría argüir que el hecho de ser Benito Jerónimo Feijoo un personaje relevante de la España de su tiempo, sería razón suficiente, como lo es hoy, para dedicarle una calle en cualquier pueblo de nuestra geografía. Pero, aparte de que no era esa la tónica más común de aquella época, en la que la toponimia urbana estaba en total relación con hechos y costumbres próximas y familiares de lo cotidiano de la Villa --- Calle Arriba, de Enmedio, de Abajo, Toril (en donde esperaban los todos a ser lidiados), Viento, Hospital, etc ---, en este caso concreto, lo más seguro, a tenor de la investigación realizada, es que el hecho esté relacionado con circunstancias puntuales de aquellas datas, y que constituyen una de las páginas más interesantes de la Historia de Cártama, cuya inclusión aquí requeriría un excesisvo espacio.
Por otro lado, el hito está tratado con la amplitud exhastiva que requiere un dato historiológico de este tenor, en mi libro, ya varias veces citado, "CARTAMA EN SU HISTORIA (EL JUGLAR Y LA VIRGEN PEREGRINA)", de inminente publicación que, por otro lado, dado su caracter divulgativo en todas sus 450 páginas y a la profusión de documentos y fotografías soportes que se incluyen , se ha estudiado un precio de arranque absolutamente asequible y popular para Cártama: Unos 10 ó 12 Euros.

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