jueves, 31 de marzo de 2022
¡¡¡A TÍ TE
HAN DADO…!!!
Un
pretérito amigo mío, por más señas de la Estación de Cártama, días pasados me
endiñó la más grata, exacta y coherente metáfora que jamás oí.
Me
dijo, insisto, con toda verdad y
adecuación al suceso, refiriéndose al recitador español, José González Marín: “Indudablemente
---(porque lo saben hasta los chinos) tú
has recuperado del olvido programado por envidia y odio que en los pueblos se suele tener a las
personas que más valen---, la imagen y
memoria del rapsoda hispano, González Marín.
Y,
he aquí la metáfora a que me he referido antes: “Tú, Paco, dicho sea
de manera adecuada al caso, has vareado la encina; ahora estate quieto,
y déjanos (a la Asociación llamada “cultural”
ABINDARRAE-PSOE) que nosotros aprovechemos
las “bellotas”.
También
me citó un antiguo adagio popular “carthamitano”,
que dice que aquí se le da una patada a
un terrón y, debajo, aparece un “filósofo”
que, en algún caso no sabe ni lo que es
un silogismo; para recordar que es, valga este ejemplo, burdo enunciado de uno
que otrora era corriente entre las
gentes del pueblo:
“Todos los cojos están cojos porque lo han jodido/; a ti, fulano, te vi
ayer con un chulo y hoy te veo cojear/, luego a ti te han dado por detrás…”
Los
libros de texto en que estudié Lógica en quinto de Bachiller explican
así que es un silogismo: Argumento que consta de tres proposiciones, la
última de las cuales se deduce necesariamente de las otras dos, como el ejemplo
salido del magín popular que antecede.
miércoles, 30 de marzo de 2022
Monjitas mercedarias que cuidaban del culto de la Virgen de los Remedios depositada a la devoción pública en un Convento de Buenos Aires
martes, 29 de marzo de 2022
DE LA VIRGEN DE LOS
REMEDIOS POR AMÉRICA
Contestando a la
pregunta de un amigo informático de San José de Costa Rica, no fue en este mes
de marzo de de 1.937, cuando en la capital costarricense, mientras recitaba en
el escenario del Teatro a Lorca y Alberti, desde el patio de butacas, hicieron socialistas
y comunistas de aquel país inducidos desde España, uno de las cuatro atentados
que a José González Marín le hicieron por aquellas repúblicas por el delito de
haberse llevado para salvarla de la quema, la imagen de la Patrona de Cártama, La Santísima Virgen de los
Remedios, que como siempre protegió a su juglar salvador. Le tiraron, cuando
recitaba tres tiros de arma corta desde el patio de butacas y después salieron
corriendo perseguidos, caso inusitado, por las mujeres y señores que presenciaban el recital. Fallaron los
disparos y, González Marín, hierático, siguió recitando a Alberti y Lorca.
Aquello motivó que el
Nuncio en una emotiva ceremonia religiosa CANONIZARA a la Virgen peregrina antes de retornar a Caracas, en Venezuela y
después a Cuba.
OTRO AÑO SIN SEMANA SANTA EN CÁRTAMA
Está al llegar la Semana que recuerda la Pasión y Muerte
de Cristo.
Si no
todos, sí casi todos los pueblos de España,
de hasta 200 habitantes (podía citar algunos de éstos) celebran esta fiesta
cristiana con Procesiones y actos litúrgicos. Todas, excepto Cártama con 27.000
habitantes.
Jóvenes de Cártama y Estación, me
instan a que como periodista y cronista libre de nuestro pueblo desde el año 1.968, escriba algo sobre las causas
reales de este fenómeno socio-cultural-cristiano localmente. No tengo recuerdos
muy halagüeños de otras veces que lo he
hecho, pero me es imposible emocionalmente negarme si me lo piden jóvenes de mi pueblo.
He aceptado, pues, y con todo gusto.
Empecemos
con un sucinto recorrido por el contexto
histórico que dio lugar, en su día
en el año 1.929, que creo se celebraron
las últimas, si bien en la década de los 60 del pasado siglo se recuperaron
esplendorosamente pero, por diferencias
de los “verdes” (con el silencio de “morados”) el empeño terminó ---las cosas de nuestro pueblo (ahí tenemos
en otro orden, los obscenos e irresponsables “affaire” del nombre del Teatro, José González Marín, del
campo de futbol y el final del maravilloso “Certamen de rapsodas”, el discurso
oficial con suma injusticia en su oración
municipal y, por omisión clerical (“Sancho con la Iglesia hemos topado”) de la
inauguración del Museo de la Virgen de los Remedios)---, pero no sigamos
moviendo más las ricias por carretadas del municipal-clerical “cacicato de mierdilandia”. Pero, vamos a lo
que vamos
2ª PARTE
Una de las primeras acciones habidas…fue,
además de varias detenciones arbitrarias, el ataque que se llevó a cabo contra
la iglesia parroquial y contra la ermita del pueblo. Ocurrió en la tarde del
lunes 20 de julio de 1.936.
…La
iglesia parroquial fue destinada a ser sede de los centros políticos. De
hecho cada uno de ellos ocupó una zona específica del edificio eclesial: los
socialistas, el altar mayor, los comunistas, el coro bajo,
En
la ermita de la patrona, Nuestra Sra. De los Remedios, las pérdidas por el saqueo y daños alcanzaron una tasa
importante…
Quemaron o requisaron el armonio, cuatro
cálices, dos custodias de plata, un copón de oro, una cruz parroquial de los
Reyes Católicos de gran mérito y valor artístico e histórico, dos ciriales, una
campana, un púlpito de piedra donado por el ministro Carvajal, de gran valor,
una pila bautismal, cuatro confesionarios…
Inventariando por encima, y siguiendo el relato del buen
cura don Antonio Palomo al que conocí, fue el que a mi hermana menor y a mí nos dio la primera
comunión. Sigue el sacerdote: “…las pérdidas de la imágenes fueron muy importantes: Un San Pedro (el
titular); Santa Ana (¡Santa Ana!),
siglo XVIII, de talla, gran valor artístico, regalada por los viñeros,
esquilmeros y pegujaleros; Crucidicado tallado, siglo XVIII gran valor y
mérito; un Señor de
“Cuatro fueron los retablos destruidos: El
del Altar mayor, el del altar del Sagrario, el de
¡Dios que historia más sobrecogedora la de Cártama, y, en especial, la de su Patrona…! El periodista de radio Alhaurín el Grande, Alejo García García, al explicarle yo en reciente entrevista que me hizo, estas miríficas circunstancias de nuestra tradición mariana, incluido su odisea por tierra americanas, dijo: si los americanos contaran con n esta historia, habrían hecho varias películas sobre ella, sic.
El informante
explicó en su escrito sobre como se desarrollaron algunas de las profanaciones
de las imágenes. En este sentido reseñó que “al
Cirineo le colgaron una escopeta, le pusieron un sombrero miliciano y
cartucheras y, de esta suerte, le pasearon por las calles del pueblo en medio
de los gritos de la chusma encanallada que le abofeteaba cuando se le caía
alguna prenda de la indumentaria que, para escarnio,
le pusieron”. También, “algunos milicianos revestidos con los ornamentos sagrados,
casulla y capa, se pasearon por la plaza del pueblo simulando con sus gestos y
voces funciones religiosas…”
Como he dicho antes, todo lo sucedido hace ya muchas décadas, en un pueblo normal habría sido ya totalmente restaurado, de tal manera que cabe pensar que Cártama, nunca tendrá manifestaciones populares de Semana Santa. Ojalá nos equivoquemos en esta apreciación.
No ha nacido
un nuevo Exmo, señor José González Marín, que cargue con la tarea y los gastos,
a base de dar recitales dejándose el alma y los pulmones (entonces no había
micrófonos), por esos escenarios de Dios recabando fondos para hacer, el sólo en un año, para
Es mi deber defender con uñas y dientes la memoria difamada del hombre más bueno, y mejor amigo que he conocido y, he aquí la sangrante paradoja el personaje de España que más ha hecho por los socialistas de su pueblo y de España. O es que Alberti, eran de extrema derecha, y fueron entre otros muchos grandes amigos suyos. Pero estos macanditos del Ayuntamiento local del que han hecho el “cacicato de mierdilandia” no tienen fibra sensible como políticos en sus corazones; lo vienen demostrando.
Y por último,
queridos jóvenes paisanos, UN CONSEJO DE
VIEJO CON 91 AÑOS: No clamar jamás para que otros os hagan la labor que os corresponde HACER a vosotros. Con la verdad por bandera dadles siempre el pecho a la vida. Moriréis,
el día que os toque, en paz con vosotros mismos, con la gente buena y con Dios.
Poneos la meta de tener el Año que viene
las mejores y más bellas manifestaciones externas de Semana Santa en Cártama,
este pueblo cargado de potencialidades en todos los órdenes, DE CULTURA SEDENTE
y de HISTORIA.- Os quiero.
domingo, 27 de marzo de 2022
AMÉRICA
(CONTEXTO DE ARTE Y DE UNA BELLA CANTIGA MARIANA
Con el título de “Presentación del recitador Pepe González Marín ante los pueblos de América”, José María Pemán construyó un largo poema del que hemos creído oportuno incluir aquí algunas de sus estrofas más significativas, ya que hacerlo con toda la pieza literaria resultaría excesivamente largo
“Público: éste
que ves
un tanto cantaor
y un tanto
poeta, que va
uniendo su verso con su canto
como dos rosas a
la vez,
¿tú no sabes
quien es?.
¡Pues es
un andaluz que lleva, como un santo,
por nimbo su
sombrero cordobés!
Un andaluz de CÁRTAMA y de MÁLAGA:
nombres dulces y
esdrújulos con aires de canciones,
que llevan,
resumiendo las frescas emociones
de
tres as colgantes como tres limones
verdes de
juventud y primavera.
(¡CÁRTAMA!...MÁLAGA!
¡Palabras de
alegría
al ritmo de su
esdrújulo bonito!
Colegialas que
van a pie cojito
por los
renglones de la geografía…)
Y un andaluz que
ha nacido
en ese rincón
florido
---ya
comprenderán ustedes---
con el cielo
azul por techo
y la espuma del
Estrecho
por alfombra, y
por paredes
las cuatro rosas
del aire,
ya comprenderán ustedes
que un tal
andaluz es hombre
que no hay cosa
que le asombre
ni asombro que
no desaire,
ni luz de
ilusiones rosas
que no ruede en
las tranquilas
negruras de sus
pupilas
hartas ver
tantas cosas.
(¿Qué cosa va a
encontrar nueva
un malagueño que
lleva,
por su costa de
esmeralda,
bordada de
tiempo y gloria,
cuarenta siglos
de Historia,
como una
alfombra, a la espalda?)
Por eso no
busquen ustedes en mí
la canción
extraña
que embruja y
engaña
tanto nuevo rico
como hay por ahí…
¿Si cuando la
nueva canción que se empeña
en decir los
mismo, de distinto modo,
iba, cuesta
arriba, subiendo a la peña
del nuevo
Parnaso, cruzó en un recodo
con la malagueña
que ya iba de vuelta,
sabiéndolo todo!
Si cuando
empezaba aquél
a buscar un nuevo traje
que verdeciera
el lenguaje
como verdece el
laurel:
mi dulce MÁLAGA
fiel,
ya tu cantabas
en él
aquello que tu
cantabas:
¡Rayito de sol
miel,
que das donde
ayer no dabas…!
¿Quién va a
enseñarme a cantar
y hacerme ver
más que veo?
¡Si soy de una
tierra que es toda Ateneo:
fábrica,
cortijo, cielo, tierra y mar!
Que me escuche
el que quiera escuchar.
Aquí no hay
engaño:
este es el que
canta y éste su cantar.
Bueno o regular,
sabido o
extraño,
extraño o
sabido,
yo soy yo, nada
más ---¿entendido?
Yo soy yo, del
principio hasta el fin…
¡Yo no estoy
traducido!
¡Yo soy Pepe González Marín!
---
“Cómo no: el Santuario de
---
“¡Y también
---“¡¡¡
---“...
Yo me la traje sobre las olas para salvarla, y aquí la tengo para que “remedie”
a mi pueblo de Cártama sus heridas y
continúe su tradición de amor a Ella”
(Juan Hernández Petit)
--- 1.937---
sábado, 26 de marzo de 2022
BENDITA Y DURA VIDA LA DEL LABRIEGO
Dedico
este humilde canto al labriego ---que se
ha manifestado, por fin una vez, ante
los poderes públicos clamando justicia---
a mis amigos de “Mesa Guadalhorce”, en el que incluyo al no menos amigo, Manolo Reina Olmedo, y, cómo
no, a Celeste, “mi novia lírica”. Y, con el corazón en ristre en la memoria, a mi padre y a mi hermano Juan José (ambos ya
en el cielo) con los que tanto bregué al alimón en las hazas de la amada ribera Guadalhorzana.
***
Sufrido,
empobrecido y olvidado el pequeño y mediano labriego; paria de los sistemas; siempre, en desigual lucha con la brava tierra para
sacarle la bendición social y solidaria de los frutos que alimentan a sus congéneres.
Seguimos ignorando la bendita misión del campesino y
lo enjuiciamos con irresponsable e insolidaria displicencia: Él es el que en
su solidario designio del cielo, brega con la tierra y nos hace asequibles sus
frutos obtenidos con continuados esfuerzos a la intemperie, soportando, además del duro
esfuerzo labrantío, los imponderable
adversos contrarios y diversos: meteorológicos, sequías, riadas, plagas, usura,
avaricia impositiva de los Gobiernos, etc. Y ello, en total entrega física,
mental, emocional y con riesgo económico
porque, invertir en la agricultura
conlleva un alto riesgo del capital invertido, siempre de parco valor añadido.
Pero,
en realidad de verdad, los auténticos beneficiarios del valor comercial de las
cosechas que obtiene el campesino, han
sido siempre los intermediario; para,
como los pulgones emplear métodos de
succión que rozan la usura descarada contra los beneficios de los pqueños y medianos
empresarios agrarios.
Saben los intermediarios que el campesino suele estar descapitalizado y, les adelantan dineros bajo el compromiso de llevar a sus cuartelada de mayorista, a comisión, los
productos para su venta a minoristas, a los que venden caro, para pagar
barato al agricultor mediante
unilaterales e indiscutibles albaranes que constituyen la trampa cruel. En ese albarán consigna el
precio que él al intermediario le parece bien con ratios casi usureros.
Recuerdo
que uno de los sábados que vacaba cuando estudiaba en los Maristas de Málaga que, la patrona de la pensión despotricaba contra el pobre labrador de esta guisa: “Así se han puesto ricos los catetos del campo…¿hay derecho a que un
kilo de tomates me cueste cuatro pesetas?…¡Ladrones!”
Aquella
tarde, ya en casa, fui al sombrajo-labor de mi padre. Me lo encontré rociándoles un pañil de tomates a los cerdos, que los devoraban. “Hola, hijo, venga ayúdame, coge otro pañil de esa pila y rocíaselos tú también a los cochinos a ver si a través de
ellos convertimos los tomates en carnes y obtenemos algún beneficio”. Ante
mi extrañeza, mi padre me explicó: “Es
que en la liquidación que me ha hecho el mayorista de las tres últimas cargas que le envié, no ha salido el kilo ni
a dos reales (0.50 pts)…Todo el año tras el pujal de tomates para esto, ¡Dios
Santo…”
Los
gorrinos en efecto, engordaron, pero al mes y medio de lo que cuento, una
epidemia de peste porcina, tan frecuentes entonces, acabó hasta con las cerdas de cría y las camadas de lechones que
amamantaban. Yo quise meterme a torero---como lo digo--- para ganar dinero y
ayudarle a mi padre que ya tenía cinco hijos más. Pero fue él quien me dijo “No me des más quebrantos de corazón, si te
tiras a una plaza, no vuelvas más por casa…” Mi padre era un mediano
labrador, luchador cien por cien como en general toda la gente del agro.
Hasta
existía un adagio infeliz del refranero
campesino que rezaba: “El campo
envejece, empobrece y envilece” En extremo hiriente e injusto el
último palabro de tal propuesta (“envilece”),
tan en boga en un tiempo. He dejado
antes explicado en alguna medida la razón que quizás contenga lo de “envejece” y “empobrece”, pero siempre
de forma altamente digna en estos
hombres hermanos de la tierra,y jamás
envilecida. La madre tierra no
envilece nada, sino que ennoblece y
mucho. Nací en un cortijo y tuve niñez fe oro en dicho cortijo de 200 fanegas de tierras entre regadíos, tierra calma, olivares y
sotos nemorosos cabe el río que me dieron circunspección y pátina de persona de
bien que de boyeros, gañanes, porqueros,
aguadores, braceros, pastores, etc. aprendí para siempre desde mi nacencia.
Porque
una simple y pizpireta lechuga
que despectivamente minimizan muchos alegando, “eso
nace sola de la tierra”, requiere durante su ciclo vegetativo (como
toda planta cultivada), un largo y duro
trabajo, siempre a la intemperie, y haga frio, calor o diluvie, no olvidemos esto.
Entre
la siembra y el fruto hay un gran trecho de tiempo que exige en dicho tiempo duros trabajos y afanes constantes susceptibles, no del nadeamiento habitual que por desconocimiento se le aplica al
hombre del campo, sino admiración, gratitud y ayudas estatales. Valga como
ejemplo, uno por cientos, el que
con propósito didáctico, me permito describir pormenorizadamente: las
faenas que requiere desde su laboriosa y complicada siembra hasta que el molino lo muele y obtiene
la candeal harina con que se hace en las tahonas el pan que nutre a la humanidad: EL TRIGO:
Ya, el cacho de pan
que con el que desayunamos cada
mañana, guarnecido casi siempre con un lamparón de aceite, nos recuerda al campesino, su entrega total y ciencia empírica.
Su
semilla germinal es otro grano de trigo. tras el abonado del terreno, ya en tempero, el labriego ase la mancera del arado y levanta el barbecho; al mismo tiempo, otro siembra: rítmicamente, va sacando de un
saco fino convertido en talegón que
cuelga al hombro, puñados de granos que, con empaque de solvente eficiencia
práctica, va voleando a largos pasos por la amelga sin que un solo grano
sobrepase el surco que señala la amelga
contigua en la que hará lo propio.
Otras
veces, “pinta” (echa) tras la yunta a cada paso
en el surco que el arado tirado
por ésta va abriendo, pequeños pellizcos de grano que luego, a la vuelta de la
yunta abriendo yunto el arado va enterrando la semilla
depositada (pintada) en surco anterior
dejando la siembra hecha.
A
los cuatro meses será ya caña con espiga
empanzada y reventona de prietos granos, promesas de cochuras
en las tahonas que alimentan el fuego de los hornos con leña que suelen ser ramón de olivos,
tomillos, jaras y romeros, cuyos vahos, son inciensan el pueblo cada alborada tras dejar en los
grandes cestos las teleras de pan que alimentan a la humanidad.
Llega
el momento de la siega realizada por segadores, y a veces segadoras, con hoces y dediles normalmente bajo un sol de
justicia del inicio estival; tras ellos va quedando sobre los rastrojos un
tendal de gavillas que la carreta o bestias con angarillas, barcinan a la era para su trilla una vez la mies emparvada.
El
rulo sobre la mies y el morero subido en
el, arrastrado por colleras de mulas convierten los pajotes en fina paja ---con la que luego desde los
pajares, los boyeros irán pasturando en los pesebres del tinado al ganado
acornilados a ellos en horarios
madrugueros que le marca por su
situación en el cielo el lucero miguero--- se produce por los moreros el
aventado en incansables movimientos
rítmicos de brazos de abajo a arriba en trayectos de ida y vuelta sobre la parva empuñando el bieldo con el que lanza paletadas de mies trillada al aire, para que
las ráfagas de aire separen al trigo que, por su mayor peso, cae al empiedro de
la era mientras a la paja la arrastra el pausado viento casi
diez metros en el sentido que éste corre ue a base de una y otra parva acumula
una montaña de paja.
Después,
el apaleo del trigo, como la paja pero sólo grano ya, con palas ad hoc de
madera y, finalmente, el cribado hasta dejar el grano “limpio de polvo y paja” amontonado en forma de pirámide con el astil
de la pala clavado en su vértice símbolo
de que la dura tarea con esa parva ha terminado. .
Este
duro faenar conformaba un ambiente humano dinámico bajo un sol abrasador cuyos efectos
sólo se paliaban a la hora del rengue a
la tupida sombra del sombrajo de la pesebrera-gañanía que siempre existía
necesariamente cabe la era en el que a la hora del almuerzo y merienda comían hombres y
animales de brega y engorde. La hora de la merienda era celebrada
desde el rulo por el morero cantando una
temporera de trilla al son amodorrado del
sonar de la esquilas de las mulas:
Ya
está jecho el gazpacho
Y
en los dornillos,
Señor
morero mayor
Espante usted a las moscas
Y
a los chiquiiiiillos
Aludíamos a la innegable cultura empírica
del hombre del campo de sofisticada técnica agraria. Conocía el significado de accidentes meteóricos cual que si la luna llevaba cerco que, de ser
positivo, o no, era señal de lluvia o sequía y, por ende, imprimían esperanza o
inquietud de que ese año “se pusiera era o no” con lo que ello era de importancia transcendente te para el devenir
del año agrícola; otro ejemplo: el riesgo cierto de hacer las
siembras de alfalfa forrajera con la
luna llena o en cuarto creciente, porque seguro que el ganado vacuno podía “coger aire en el vientre (se
meteorizaría) y reventaría la res en tal
caso; las “cabañuelas (este proceso se hacía en el mes de agosto y requiere
capítulo aparte; y con la siembra de las judías pasaba igual, o sea, que si
sembraban en luna llena o cuarto creciente, las vainas no tenían semillas y,
por ello, sólo era apta para ensaladas, y cocidos pero nunca para obtener
habichuelas en grano, etc.etc. Una auténtica sabiduría y cultura plural del
labriego.
Estas y otras
tareas camperas han aportado desde la noche de los tiempos
temas literarios (cultura humanista en uno de sus aspectos más entrañables) de
la inspiración de los poetas, novelistas, místicos, etc, desde los griegos con
un Virgilio, un Horacio, a un Cervantes con su inigualable y rural Quijote, su jamelgo Rocinante, y un esmirriado
borriquillo; venteros, las mujeres de la obra del “manco de Lepanto”: Aldonza
Lorenzo (la idealizada dama de los altos pensamientos y amor de Alonso Quijano,Fémina inquieta y
andariega, La enamorada ideal, Rosa de pasión, Clara niña, Contigo pan y
laureles, Diana cazadora, la doncella capitana, Maritornes, yVioletas de paz y
dela muerte.
¿Quien
dijo que el labriego es un patán sin ciencia ni poesía………… ?
HE TENIDO UN
SUEÑO DE PAZ FRATERNA
A mi amiga, Reme Miguel, que me comprende
***
Todos los
hombres somos hermanos
Y todos
cruzamos el mar de la historia
En el mismo
barco;
Todos tenemos
el mismo ancestral currículo:
Nacemos de un misterio, y juntos crecemos
Mientras por
desgracia a veces nos odiamos
Y, fenecemos
hundidos en el misterio
De un Dios
al que no queremos verlo
Porque El es
la Verdad, el Camino y la Vida,
Y eso a
muchos no nos conviene porque robamos
Y, de ello,
hacemos (¡oh hermanos políticos!)
Nuestra vida,
y nuestras mentiras como camino;
Sin por qué, hacemos nuestra historia
insolidaria;
Todos (blancos,
grandes, pequeños, negros…)
Tenemos el
mismo sol alumbrándonos
Y las mismas
noches con estrellas
A las que
pastorea por las praderas del cielo
La misma luna,
luminosa, bella, y eterna de nácar.
¿Por qué,
pues, hermanos no hacemos de paz la
Tierra?
viernes, 25 de marzo de 2022
BENDITA Y DURA VIDA LA DEL LABRIEGO
Dedico
este humilde canto al labriego ---que se
ha manifestado, por fin una vez, ante
los poderes públicos clamando justicia--- a mis amigos de “Mesa Guadalhorce”, en el que
incluyo al no menos amigo, Manolo Reina
Olmedo, y, cómo no, a Celeste, “mi novia lírica”. Y, con el corazón en ristre
en la memoria, a mi padre y a mi hermano
Juan José (ambos ya en el cielo) con los
que tanto bregué al alimón en las hazas de la amada ribera Guadalhorzana.
***
Sufrido, empobrecido y olvidado el
pequeño y mediano labriego; paria de los
sistemas; siempre, en desigual lucha con
la brava tierra para sacarle la bendición social y solidaria de los frutos que
alimentan a sus congéneres.
Seguimos ignorando la bendita misión del campesino y
lo enjuiciamos con irresponsable e insolidaria displicencia: Él es el que en
su solidario designio del cielo, brega con la tierra y nos hace asequibles sus
frutos obtenidos con continuados esfuerzos a la intemperie, soportando, además del duro
esfuerzo labrantío, los imponderable adversos
contrarios y diversos: meteorológicos, sequías, riadas, plagas, usura, avaricia
impositiva de los Gobiernos, etc. Y ello, en total entrega física, mental,
emocional y con riesgo económico porque, invertir en la agricultura conlleva un
alto riesgo del capital invertido, siempre de parco valor añadido.
Pero, en realidad de verdad, los
auténticos beneficiarios del valor comercial de las cosechas que obtiene el
campesino, han sido siempre los intermediario; como los pulgones emplean métodos de succión que rozan la usura descarada contra los beneficios de pequeño y mediano empresarios agrario.
Saben los intermediarios
que el campesino suele estar descapitalizado y, les adelantan dineros bajo el compromiso de llevar a su cuartelada de mayorista a comisión, los
productos para su venta a minoristas, a los que venden caro, para pagar
barato al agricultor mediante unilaterales y muy discutibles albaranes que constituyen la trampa cruel. En ese albarán consigna el
precio que le parece bien con ratio casi usureros.
Recuerdo que uno de los sábados que
vacaba cuando estudiaba en los Maristas de Málaga que, la patrona de la pensión despotricaba contra el pobre labrador de esta guisa: “Así se han puesto ricos los catetos del campo…¿hay derecho a que un
kilo de tomates me cueste cuatro pesetas?…¡Ladrones!”
Aquella tarde, ya en casa, fui al
sombrajo-labor de mi padre. Me lo encontré
rociándoles un pañil de tomates a los cerdos, que los devoraban. “Hola, hijo, venga ayúdame, coge otro pañil de esa pila y rocíaselos tú también a los cochinos a ver si a través de
ellos convertimos los tomates en carnes y obtenemos algún beneficio”. Ante
mi extrañeza, mi padre me explicó: “Es
que en la liquidación que me ha hecho el mayorista de las tres últimas cargas que le envié, no ha salido el kilo ni
a dos reales (0.50 pts)…Todo el año tras el pujal de tomates para esto, ¡Dios
Santo…”
Los gorrino en efecto, engordaron, pero
al mes y medio de lo que cuento, una epidemia de peste porcina, tan frecuentes
entonces, acabó hasta con las cerdas de
cría y las camadas de lechones que amamantaban. Yo quise meterme a torero---como
lo digo--- para ganar dinero y ayudarle a mi padre que ya tenía cinco hijos
más. Pero fue él quien me dijo “No me des
más quebrantos de corazón, si te tiras a una plaza, no vuelvas más por casa…”
Mi padre era un mediano labrador, luchador cien por cien como en general toda la gente del agro.
Hasta existía un adagio infeliz del refranero campesino que rezaba: “El
campo envejece, empobrece y envilece” En
extremo hiriente e injusto el último palabro de tal propuesta (“envilece”), tan en boga en
un tiempo. He dejado antes explicado en
alguna medida la razón que quizás contenga lo de “envejece” y “empobrece”, pero siempre
de forma altamente digna en estos
hombres hermanos de la tierra,y jamás envilecida.
La madre tierra no envilece nada, sino
que ennoblece y mucho. Nací en un
cortijo y tuve niñez fe oro en dicho
cortijo de 200 fanegas de tierras
entre regadíos, tierra calma, olivares y sotos nemorosos cabe el río que
me dieron circunspección y pátina de persona de bien que de boyeros, gañanes, porqueros, aguadores,
braceros, pastores, etc. aprendí para siempre desde mi nacencia.
Porque una simple y pizpireta lechuga
que despectivamente minimizan muchos
alegando, “eso nace sola de la tierra”, requiere durante su ciclo vegetativo (como
toda planta cultivada), un largo y duro
trabajo, siempre a la intemperie, y haga frio, calor o diluvie, no olvidemos esto.
Entre la siembra y el fruto hay un gran
trecho de tiempo que exige en dicho
tiempo duros trabajos y afanes constantes susceptibles, no del nadeamiento habitual que por desconocimiento se le aplica al
hombre del campo, sino admiración, gratitud y ayudas estatales. Valga como
ejemplo, uno por cientos, el que
con propósito didáctico, me permito describir pormenorizadamente: las
faenas que requiere desde su laboriosa y complicada siembra hasta que el molino lo muele y obtiene
la candeal harina con que se hace en las tahonas el pan que nutre a la humanidad: EL TRIGO:
Ya, el cacho de pan
que con el que desayunamos cada
mañana, guarnecido casi siempre con un lamparón de aceite, nos recuerda al campesino,
su entrega total y ciencia empírica.
Su semilla germinal es otro grano de
trigo. tras el abonado del terreno, ya
en tempero, el labriego ase la mancera del arado y levanta el barbecho; al mismo tiempo, otro siembra: rítmicamente, va sacando de un
saco fino convertido en talegón que
cuelga al hombro, puñados de granos que, con empaque de solvente eficiencia
práctica, va voleando a largos pasos por la amelga sin que un solo grano
sobrepase el surco que señala la amelga
contigua en la que hará lo propio.
Otras veces, “pinta” (echa) tras la
yunta a cada paso en el surco que el arado tirado por ésta va
abriendo, pequeños pellizcos de grano que luego, a la vuelta de la yunta abriendo yunto el arado va enterrando la semilla
depositada (pintada) en surco anterior
dejando la siembra hecha.
A los cuatro meses será ya caña con espiga empanzada y reventona
de prietos granos, promesas de cochuras
en las tahonas que alimentan el fuego de los hornos con leña que suelen ser ramón de olivos,
tomillos, jaras y romeros, cuyos vahos, son inciensan el pueblo cada alborada tras dejar en los
grandes cestos las teleras de pan que alimentan a la humanidad.
Llega el momento de la siega realizada
por segadores, y a veces segadoras, con hoces y dediles normalmente bajo un sol de
justicia del inicio estival; tras ellos va quedando sobre los rastrojos un
tendal de gavillas que la carreta o bestias con angarillas, barcinan a la era para su trilla una vez la mies emparvada.
El rulo sobre la mies y el morero subido en el, arrastrado por colleras de mulas convierten los pajotes en fina paja ---con la que luego desde los
pajares, los boyeros irán pasturando en los pesebres del tinado al ganado
acornilados a ellos en horarios
madrugueros que le marca por su
situación en el cielo el lucero miguero--- se produce por los moreros el
aventado en incansables movimientos
rítmicos de brazos de abajo a arriba en trayectos de ida y vuelta sobre la parva empuñando el bieldo con el que lanza paletadas de mies trillada al aire, para que
las ráfagas de aire separen al trigo que, por su mayor peso, cae al empiedro de
la era mientras a la paja la arrastra el pausado viento casi
diez metros en el sentido que éste corre ue a base de una y otra parva acumula
una montaña de paja.
Después, el apaleo del trigo, como la
paja pero sólo grano ya, con palas ad hoc de madera y, finalmente, el cribado
hasta dejar el grano “limpio de polvo y
paja” amontonado en forma de pirámide
con el astil de la pala clavado en su vértice símbolo de que la dura tarea con esa parva ha
terminado. .
Este duro faenar conformaba un ambiente
humano dinámico bajo un sol abrasador
cuyos efectos sólo se paliaban a la hora del rengue a la tupida sombra del sombrajo de la pesebrera-gañanía que siempre existía
necesariamente cabe la era en el que a la hora del almuerzo y merienda comían hombres y
animales de brega y engorde. La hora de la merienda era celebrada
desde el rulo por el morero cantando una
temporera de trilla al son amodorrado del
sonar de la esquilas de las mulas:
Ya
está jecho el gazpacho
Y
en los dornillos,
Señor
morero mayor
Espante usted a las moscas
Y
a los chiquiiiiillos
Aludíamos
a la innegable cultura empírica del hombre del campo de sofisticada técnica
agraria. Conocía el significado de accidentes meteóricos cual que si la luna llevaba cerco que, de ser
positivo, o no, era señal de lluvia o sequía y, por ende, imprimían esperanza o
inquietud de que ese año “se pusiera era o no” con lo que ello era de importancia transcendente te para el devenir
del año agrícola; otro ejemplo: el riesgo cierto de hacer las
siembras de alfalfa forrajera con la
luna llena o en cuarto creciente, porque seguro que el ganado vacuno podía “coger aire en el vientre (se
meteorizaría) y reventaría la res en tal
caso; las “cabañuelas (este proceso se hacía en el mes de agosto y requiere
capítulo aparte; y con la siembra de las judías pasaba igual, o sea, que si
sembraban en luna llena o cuarto creciente, las vainas no tenían semillas y,
por ello, sólo era apta para ensaladas, y cocidos pero nunca para obtener
habichuelas en grano, etc.etc. Una auténtica sabiduría y cultura plural del
labriego.
Estas y otras tareas camperas han aportado desde la noche de los tiempos
temas literarios (cultura humanista en uno de sus aspectos más entrañables) de
la inspiración de los poetas, novelistas, místicos, etc, desde los griegos con
un Virgilio, un Horacio, a un Cervantes con su inigualable y rural Quijote, su jamelgo Rocinante, y un esmirriado
borriquillo; venteros, las mujeres de la obra del “manco de Lepanto”: Aldonza
Lorenzo (la idealizada dama de los altos pensamientos y amor de Alonso Quijano,Fémina inquieta y
andariega, La enamorada ideal, Rosa de pasión, Clara niña, Contigo pan y
laureles, Diana cazadora, la doncella capitana, Maritornes, yVioletas de paz y
dela muerte.
¿Quien dijo que el labriego es un patán
sin ciencia ni poesía…………Lo dejó dicho Concha Espina en su grandioso libro, “AL AMOR DE LAS ESTRELLAS”: “El dolor es el padre
de la poesía y su madre la misericordiosa abnegación… Así: El Labriego..