HERMANO LOBO
Me llamo Francisco como el de Asís,
De cuyo mirífico libro, “Las Florecillas”,
Soy enamorado y me siento identificado
De cuanto Francisco llama “hermano”,
De la tierra y del infinito cielo
En donde espero ver a mi Dios amado
Aunque aquí siempre Lo presiento
En todo lo que Él ha creado y veo:
Hermanos padres en el recuerdo
Que la vida con
amor me dieron
Hermano sol, hermana luna
Pastora de estrellas por el firmamento:
Hermano labriego bueno y abnegado.
Sí, me llamo Francisco por Él y por eso,
Emocionado
hermano del lobo de Darío,
Soy hermano del mirlo, del jilguero
Y el ruiseñor
que convierten en arpegios
Divinos el
rumor del céfiro entre
las copas de
los umbrosos álamos
que pueblan el soto del nemoroso río.
En la Alhóndiga tuve libre niñez de oro,
Como el hermano gazapo, la hermana libre
Y todas las bandadas de los hermanos pájaros,
De oro era mi niñez cuando la viví en el campo
Y subía a los árboles como un gatillo
Y me enternecía ensimismado contemplando
Los nidos con emplumados pataletes dentro,
Y del campo aprendí más que de los textos.
Amo profundamente las hermanas hazas
Verdes de pegujales sembrados, regadas
Por las aguas del hermano río “del pan de trigo”
Que así lo llamaron otrora los hermanos moros
Que una vez por estos andurriales estuvieron
Del río del que tantas vivencias tengo
Durante mi larga y recta vida a su vera;
Vida, ejemplo
que dieron mis padres buenos
Y por eso he que querido vivir como ellos,
Con la persistente verdad por bandera.
No me olvido de tí, hermana “Castaña”,
Vaca regalo desde que te parió “Confitera”
Y yo niño presente, para hacerte mí amiga
Como me tenían prometido y yo esperaba.
Desde entonces hasta tu sentida muerte
Y enterrada en el venaje junto a la realenga
Cabe los granados de intenso verde
Orlados con reventonas flores rojas.
Cómo recuerdo entrañable hermana “Castaña”
Como iba yo subido en tu lomo al careo
En do el hermano boyero se asombraba,
Como los hermanos gañanes y jornaleros,
Todos hermanos tal quiso Dios en la Cruz
Y por eso en el fondo del dilema yo tengo
Para mí que todos
somos, FRANCISCOS.