SEQUIA Y
HACIENDA
Ya ni
siquiera cae la lluvia
Lenta,
“calaera” y benéfica
En el sediento campo
Durante “varás” enteras
Tal toca en otoño e invierno.
Las fuentes
están secas
Sin coquetos rumores del agua
Cayendo en el pilar arriba
referencia milenaria de mi pueblo
Y el labriego y los campos
Sienten en
el corazón tristeza.
Los
barbechos son eriales
Sin tempero, lo que impide
Al abnegado
y fiel campesino
Sembrar
el pan en las amelgas.
A más a más,
por si algo faltara,
Hacienda
estatal, de eso
No entiende
que lo suyo
No debe ser
jamás sólo apandar,
Apañar y
despojar al que trabaja.
¡Qué
melancolía y saudade
En los
recuerdos puros de la
Lluvia
panera cayendo sobre
La santa
tierra de mis amores!
¡Ay, yo
quisiera ser poeta
Para
compartir entendibles
con mís gentes estos mementos… !