PAZ Y AMOR Y, PARA REMEMORAR, UN POCO DE HISTORIA DEL MAS HERMOSO Y ENTRAÑABLE HITO DE LA HUMANIDAD.
--Reinaba en Roma Augusto, siendo ya Cártama (Carthima) un municipio romano floreciente, e influyente, en la urbe del Inmperio. Carthima, como toda la Hispania, había sido desgraciada con los emperadores que precedieron a Augusto, pero con el advenimiento de éste se abrieron escuelas en todo el imperio, floreció la cultura y se significaron preclaros ingenios, de lo que fue exponente señero Cártama (Carthima) dentro de la Baetica, y así nos lo demuestran los textos y la incontable cantidad de testigos arqueológicos aflorados en nuestro término y solar urbano.
--Mientras Augusto ocupaba el solio imperial ocurrió el acontecimiento más grande que han presenciado los siglos:
--Cumplíase a la sazón la orden de empadronamiento dictada por dicho emperador y, a inscribirse se dirigían José y María desde Nazaret, cuando en Belén de Judea, entre el recogimiento y la paz de la noche en un mísero establo, venía al mundo el salvador de los hombres: Cristo Jesús.
--El orbe todo parecía haber llegado a lo más profundo del abismo en corrupción y en barbarie: necesitaba imperiosamente u regenerador, una palanca que elevase la esfera moral deprimida, y ese reparador, predicador del amor y la paz, fue Jesucristo que acababa de nacer en un paupérrimo pesebre de bestias; esa poderosa palanca era, y es, su divino evangelio.
--Otra etapa va a dar comienzo tras la muerte de Augusto en Nola a los catorce años del Nacimiento de Cristo, que dividió la historia de la humanidad en ANTES y DESPUES de nacer Él.
--Gran misterio la conjunción sublime: Dios y pesebre. Ese es el gran ejemplo de grandeza que legó a la humanidad, la gran interrogante: La felicidad y la paz del espíritu ¿está en tener ó en ser?
Y, dos mil años de canciones:
Te aseguro, hermano viento,
que hoy es grande tu fortuna.
Llega despacio a Su cuna
con suavidades de aliento.
No estropees el contento
de esta noche, con tu aullar.
Hoy tu oficio es arrullar
convertido en leve brisa.
¡Que es su primera sonrisa!
¡Que es su primer despertar!
***
Por el olivar
huía la luna
de la Navidad.
Roja por la cólera
para no alumbrar
la máscara amarga
de la falsa paz.
Una media luna
de aceite sombrío,
de turbia injusticia,
comenzó a brillar.
Por el olivar
huía la luna
de la Navidad.
***