jueves, 5 de enero de 2023

 

LOS MESES DEL AÑO Y  EL CAMPO

ENERO

 Cada día en Cártama el sol  apunta por la Sierra de Almotaje,

Y no alcanza a calentar  el  relente mañanero    del mes de enero.

El labriego,  se acurruca cabe el generoso calor del humero

Alimentado con recios troncos a cuya bondad alude  el refran,

Bien conocido  del  labriego: “Ni puta vieja, ni  fuego con virutas”.

Saca el abuelo petaca,  librito  y mechero de torcía,

                    Y, con parsimonia de gato, lía su primer cigarro  

 que sentado en su baja silla  de aneas, en paz se  fuma

 Mientras piensa circunspecto  en las tareas que trae el día.

Aparece la abuela con el desayuno; cafetera de café con leche

    y unos platos con  arrope de higos y trocitos de ajos picados,

“¡¡Venga a “sayunar”, y después, unos a la escuela

 y el abuelo a echar la obrada  con su yunta en la besana.”.

Enero es aún mes  de siembra tardía si no ha llovido en la otoñada

Para  los secanos: Alcaceles, cebada arvejas (verzas)

Altramuces (“chochitos” les llaman  en Utrera) yeros y

Garbanzos negros para cebar el guarro de la matanza de Navideña …

Y, pese al relente frio  de la mañana que atería  los campos,

Embozado en su pelliza el abuelo aparejaba  su burrilla,

Metía  en el cujón del cerón sus herramientas

Y su taleguilla con frugales viandas para  almuerzo, y merienda. Y,

Echaba camino abajo subido en  la parda pollina  

    Hacia la realenga de la antigua “mesta” de trashumancia                           

 En derechura del haza  tras vadear  el río. Pero iba contrariado:  no era favorable el adagio campero que reza,

“Siembra con llovizna  y escarda con frio”

A su paso por los Cardiales, tras cruzar el río,

Se espanta  la perdiz,  que en celo adelantado,

Entre las breñas y sembrados, corteja

Piñoneando a su  perdigón:

¡¡Cuchichí, cuchichí, cuchichí…!!

El campesino, cristiano viejo, pide para que llueva  a la Virgen de Los

 Remedios  y a San Isidro Labrador

¡¡¡Era aquella la  hora  en la que imperaba la paz de Dios…!!!

Y en enero también las almazaras de aceitunas

Están a pleno rendimiento

Con dos turnos (día y noche), manijerado   por el

Maestro de almazara, el bueno  de Miguelón, de día y,

en el  de noche, Antonio el Pichi.

 Al cambio de turnos ende tempranera  hora,

 Se sacaban ya tostadas las rebanadas de pan moreno  del fogón del termo y

  y se echaban para que flotaran y se emparan de aceite virgen

 en las enormes tinajas de barro vidriado de la bodega.

Y luego, tras el prensado de cada “faena” de masa de aceitunas molidas , el aceite obtenido queda arriba en los pozuelos

Y el capataz los iba sacando   con una cazoleta de hojalata ad hoc

Que los molineros en acarreaban y cubos e iban echando  en las

Enormes tinajas de barro de 600 litros de la bodega.

 El “alpechín” con su olor característico

Corrían por las cunetas del pueblo y, desembocaban en las acequias

Cuyas aguas  ennegrecían.

FEBRERO

Según el refrán campero,

Ya en febrerillo el loco, a veces,

Busca la sombra en perro,

Y,  en el mes que sigue, marzo, el perro y el amo.

Es casi primavera…y el gañan canta a la yunta que ara, quedito  quedo:

                                      

                                        Arando en un erial

                             se me perdió la besana,

Y donde  la vine a encontrar

  Echando un rengue rumiando

                                         Detrás de una retama….”

Estamos aun en febrero

Cuando la sangre empieza a removerse

Hasta  en la emplumada especie que estalla en celo, y lo expresan

cantando sus mejores y más aparatosos gorjeos.

Ya, a la puerta del tempero, llama la primavera.

MARZO

Dia 21. ¡Y, llegó la primavera!:

Se fueron las avefrías,  los estorninos las engañadizas y los zorzales,

Y llegan las tórtolas, los abejorrucos,

Los ”Aviones” veloces, los vencejos y golondrinas.

---A estas las ama el pueblo sencillo alegando que,

Según secular tradición,  con sus místicos picos iban

quitando las espinas de su corona al Señor,

Cuando lo llevaban hacia el Calvario con la Cruz a cuesta

A purgar nuestros infraternos y bestiales pecados.

Las golondrinas construyen y  ponen sus nidos

En los aleros de las calles del pueblo labriego

Y en las vigas de los tinados al que convierten

En un cachito de cielo.

¡¡Qué tibieza la de los tinados con los nidos colgados

Del techo asomando las cabecillas  los pataletes,

Que esperan el gusanillo que cada hora les trae la madre

Trincados  por los campos abiertos y, como abren sus picos cuando llega!!.

Las vacas con sus rumios hacen tintinear sus esquilas y esquilones

                     en un concierto de arpegios somnolientos.

ABRIL

¡Primavera! El mirlo en celo, plumas negras

Pico gualda mota lírica  del campo,

Sobre  el tocón de un seco  árbol

Alargando el cuello, ¡para que le oiga la mirla!,

Gorjea imitando el canto de todos los pájaros

De la emplumada especie: el trino de la alondra

(Punto inmóvil levitando fijo en el  celeste espacio) y a

Los jilgueros  que picoteaban sobre los altos cardos borriqueros

Buscando en sus flores la semilla negra que son su alimento.

En eso, irrumpe en el campo que oteaba  la alondra,

Perseguida por un galgo con letales intenciones, una liebre que volaba más

que corría  con las abierta fauces del galgo pegadas al jopo.  La alondra  le

instó con bello canto: “¡¡Frena tu carrera, veloz liebre,  y escucha de mi

pico los arpegios preciosos en loor del Hacedor de todo  lo Creado. Y la

liebre: “Pa cantiñas voy yo, hermana alondra..,  más valdría que te tiraras

 En picado sobre el galgo distrayéndolo con aleteos y picándole  en el lomo

 Para que yo pueda escapar y, entonces, y solo entonces,  podría yo reparar

Y fruir  en la grandeza de Dios.

Cuentecillos de este tenor de literatura docente,  eran los que nuestros

  Los abuelos contaban otrora  a sus nietos niños.

¡¡¡Oh Cartama y sus campos en abril de cada año!!!

Antonio Machado lo cantaba de cien maneras: “En abril

Las aguas mil y entre nublado y nublado

Hay un trozo de cielo añil.

Ya las espigas de los trigales están empanzando con  sus frutos dentro, y las cebadas segadas para su trilla.