miércoles, 13 de octubre de 2010

TESTIMONIOS DE OTROS TIEMPOS


“LA DOLORES"

“La Dolores”, fue un film de la postguerra civil española de 1.936. Se estrenó en Madrid el año 1.940, y, en el teatro-Cine, “José González Marín” de Cártama, pocos meses después de terminado de construir en abril de 1.942, cuando apenas habían pasado tres años de aquel parte de guerra de abril de 1.939 al que, aunque oscura obscura, siguió una paz que desplazaba la tragedia de los frentes y fue alejando los ecos de canciones guerreras que, en las trincheras, cantaban los inocentes soldados de ambos bandos de la liza fraticida. Canciones guerreras que, indistintamente a ideologías, secundaba el pueblo en las retaguardias y entonábamos en nuestros juegos, inconscientes de su motivación, los tristes “niños de la guerra”:

“El ejército del Ebro
rumba la rumba la rumba la
el ejercito del Ebro…
Una noche el río pasó
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!...”

“Si me quieres escribir
ya sabes mi paradero,
en el frente de Madrid
primera línea de fuego…”

Tres años después, digo, protagonizada por Concha Piquer, Manuel Luna, Anita Adamuz y otros, con la dulce voz flamenca de Niño de Marchena y canciones de G. Martínez del Castillo y el Maestro Quiroga, música de Bretón, tuvo lugar el estreno de “La Dolores” en Cártama, película característica de la época.

La traigo a colación porque recuerdo el apoteósico impacto que tuvo en este lugar al ser proyectada en el recién construido, Teatro-Cine “José González Marín”, que éste alentara, e incluso ayudó económicamente a su construcción --¿hay alguna razón plausible para que ahora se le quite su nombre que tantas décadas ha llevado con la aquiescencia de todo el pueblo sin distinción de clases ni ideologías? DIGÁNNOSLO--, y constituyó una bendita fuente de solaz y lenitivo emocional en aquellos años de pobreza suma y hambrunas, sin cuya instauración le habría sido imposible al pueblo liso y llano disfrutar de tan magnífica fuente de cultura y, ver simultaneamente al resto del mundo, las producciones cinematográficas y teatrales del momento.

En dicha película, Concha Piquer cantaba con su argentina voz de tonadillera notable, aquella canción baturra que reza:
“Si vas a Calatayud,
preguntas por la Dolores,
que es una chica muy guapa
y amiga de hacer favores…”

A partir de aquí, era corriente oír en cualquier lugar del casco urbano esta ligera tonadilla, como también otras, todas recogidas en los altavoces del Teatro-Cine “González Marín” (no existía ni “arradio”) cantadas por las mujeres cartameñas mientras llevaban a cabo las faenas del hogar, con lo cual olvidaban en cierta medida la penuria dramática de aquellos tiempos. Vale, por hoy