domingo, 29 de mayo de 2011

2ª PARTE CALLLE FEIJOO (VULGO "FIJO")




CALLE BENITO FEIJOO:“FIJO” (CONTINUACIÓN)

Para terminar este breve esbozo del insigne benedictino dieciochesco ligado a Cártama históricamente por lazos analógicos puntual, y en aras de un más preciso conocimiento del personaje, a continuación copio unos párrafos de su libro TEATRO CRÍTICO que bien parece estar editados en estos momentos de electoralismo nacional, y, más especialmente, local.

“SOBRE LA OPINIÓN POPULAR.- Aquella mal entendida máxima de que Dios se explica en la voz del pueblo , autorizó a la plebe para tiranizar el buen juicio y erigió en ella potestad tribunicia (de gobierno), capaz de oprimir a la nobleza literaria. Es este un error de donde nacen infinitos; porque asentada la conclusión de que la multitud sea regla de la verdad, todos los desaciertos del vulgo se veneran como inspiración del Cielo (o lo que es peor hogaño: de la Democracia erigida en poco menos que sacramento).Esta consideración me mueve a combatir el primero este error, haciéndome la cuenta de que venzo muchos enemigos en uno solo, a lo menos en que será más fácil expugnar los demás errores, quitándole primero el patrocinio que le da la voz común en la estimación de los hombres menos cautos.

Aestimes judicial, non numeres, decía Séneca. El valor de de las opiniones se ha de computar por el peso, no por el número de las almas.

En este sentido, y viendo lo ocurre hogaño, el reino de la sabiduría pretérita queda aquí nadeado por la desfachatez temeraria de la ignorancia, cuasi ágrafa, de los que hoy tienen mando en plaza no por méritos propios sino por su servil sumisión a las veleidades de los probotes del régimen cuyo servilismo pagan con canonjías a cargo del presupuesto.

Gregorio Marañón en uno de sus libros (Efemérides y Comentarios), nos viene a decir: ...Era Feijoo, en suma, desde su provinciano retiro, como un oráculo universal, resolvedor de dudas, proveedor de datos, enderazador de opiniones torcidas, verdadero mentor de la humanidad hispánica de su tiempo (tenía gran influencia intelectual en América...La victoria oficial de Feijoo, no fue menor que la del pueblo por él mismo. Los Prelados de su Orden y las de las máss altas dignidades de la Iglesia (a la que pertenecían los cartameños coetáneos, Hermanos Altamirano, jesuitas insignes) le pedían inspiración y consejo. El mismo Sumo Pontífice, Benedicto XIV, reclamó los tomos del TEATRO y de las CARTAS, y en algunos de sus documentos aludió, como autoridad, a sus ideas....Y, en fin, es conocida la cordial protección que le dispensó el rey don Fernando VI --que ordenó las prospecciones arqueológicas en Cártama en la persona del Marqués de Valdeflores (tambien amigo de los hermanos Altamirano), que tanta supuso para la gloria histórica de éste-- nombrándole de su Consejo (al que también pertenecían los egregios jusuitas cartameños antes nombrados) , no sólo para honrarle, sino para ponerle a salvo de los ataques de sus enemigos, por sus progresistas ideas.

Y, como final de este sucinto trabajo sobre “nuestro” personaje (da miedo exaltar a persona importante de otrora o de hogaño no sea que nuestros políticos en un alarde de celos y envidia patológica le quiten el nombre a la calle que lo lleva para honra de nuestro pueblo), resulta oportuno, a mi entender, dejar sentadas sus ideas en relación a una de los valores humanos más habitualmente transgredido en estos tiempos. Viene a decir el egregio benedictino: ...En cualquiera materia que se ofrezca al discurso, es de utilidad bastante conocer la verdad y desviar el error. El recto conocimiento de las cosas es estimable por si mismo por encima de otro bien alguno. Las verdades tienen su valor intrínsico, y el caudal o riqueza del entendimiento no constan de otras monedas. Unas son más preciosas que otras, pero ninguna verdad es inútil. La mentira en cualquiera de sus múltiples caretas, es una traición y agresión moral al prójimo y a la patria.

No pueden prosperar los gobiernos sostenidos en la mentira...Tenemops muy cerca indubitable ejemplo de ello.