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En reciente sesión de pleno, el Consistorio cartameño ha aprobado una drástica subida de impuestos y adoptado medidas de ahorro.
En reciente sesión de pleno, el Consistorio cartameño ha aprobado una drástica subida de impuestos y adoptado medidas de ahorro.
No son momentos de críticas desde emociones de ningún orden, y, no seré yo quien caiga en ello.
Otra cosa es el análisis sereno, objetivo, sin pizca de concesión a sectarismos ni adscripciones a falaces ideológicas políticas: Los brutales porcentajes de subida lineal de los servicios públicos, coincidiendo, precisamente, con un 24% de paro, el más alto de Europa, o sea, del mundo (50% de paro juvenil: 1 de cada 2 jóvenes no encuentra trabajo, ¡qué pena Dios!, ¡cuanta energía aparcada en una patria que necesita ser levantada!...). Ante ello, todo el pueblo, con sus políticos a la cabeza, han de dejarse de chalauras y ponerse a pensar seria y responsablemente, teniendo en cuenta que no hay efecto sin causa y, los culpables, si los hay objetivamente, deben asumir responsabilidades. El mayor y más empecinado causante del mal se retira a una canonjía ad hoc con abultados sueldos y se dedica a dar charlas de economía por repúblicas bananeras a 60.000 euros cada charla y, ¡de economía...!¡Tóma huevos...!
Europa hizo ya a tiempo los deberes aplicando medidas correctoras ¿por qué ha sido de otra forma en la hispana tierra...? Sencillamente, por la ineptitud (cualquiera, si es sutilmente dictatorial aunque no tenga luces, vale en España para mandamás), por la corrupción galopante que a todos los niveles se ha instalado en este país, por la mentira institucionalizada en pos del voto y del negocio fácil, por el medro dudosamente lícito, etc, a costa del "pagano", que ahora, es el que tiene que apechar con su peculio y sus sacrificios extremos, a rellenar el "agujero" de nuestra economía que unos desaprensivos han abierto robando.
Sí robando, o, es que en este país el delito está en llamar al que roba, ladrón, al que miente, embustero, al que mata asesino, y no en quien da lugar con hechos punibles a sus respectivos adjetivos calificativos. Al decir esto, obviamente no estoy pensando ni aludiendo particularmente a Cártama, sería injusto particularizar, y menos, sin saber aún, ni dios, las cuentas reales.
Y, la oposición, qué; la oposición (PP), ¡ná, de ná! Doña Leonor, sigue angorando la "echaura"; ya veremos que sale del clueco nidal cuando "saque".
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